La Novia Del Presidente

Capitulo 39

Cuatro días pasaron desde que logré descifrar el mensaje. Días en los que me atendieron como reina aunque cada vez bajaban más su atención. Gracias a eso pude corroborar que solo me estaban utilizando y que en cuanto no fuera de utilidad, muy probablemente me iría mal.

Al único que sentí sincero fue Omar, era el chico encargado de llevarme de comer y pasarme mensajes del exterior. Era muy atento y carismático. En una ocasión le comenté que me gustaban mucho los chocolates, él hizo todo lo posible por conseguirlos y darmelos de contrabando.

Se lo agradecí mucho, era lo más cercano a un amigo y en esos momentos lo necesitaba.

No podía decir que tenía otras intenciones conmigo, era un joven de 17 años, demasiado menor como para pensar en algo romántico hacia mi. Por eso entendí que su única intención era el ser atento conmigo.

Él me contó muchas cosas del campamento, desde que inició la lucha, cómo se unió él, sus padres en esas tierras, todo lo que le había llevado ahí.

Sus historias me entretuvieron mucho, yo no podía salir tan constantemente de aquella habitación así que le agradecí todas sus visitas.

Omar fue de lo poco agradable en esos días. El resto del tiempo solo ví terror las ocasiones que salía de esa habitación.

Me tocó ver a muchos hombres heridos que salían a dar batalla en las calles. Aparentemente se había dado una guerra en la ciudad. El gobierno y los rebeldes se vieron las caras en enfrentamientos abiertos que ocurrían en todos lados. No podía ni imaginar el caos que eso pudo ocasionar.

Me preocupé por mi madre que estaba en otra ciudad pero no sabía el alcance de esto. Menos ahora que todo mundo sabía lo de mi padre.

La guerra era el pretexto ideal de dos grupos idealistas para culparse unos a otros. Entendí que ninguno de los dos bandos debía tener los documentos por los que tanto peleaban.

Tenía que irme de ahí y desaprecer junto a mi madre. Esa era mi prioridad.

Escuché rumores que advertían que nos debíamos mover de aquel lugar. El gobierno no tardaría en encontrarnos y era de vital importancia encontrar un nuevo punto estratégico.

En el fondo sentí lástima por el destino que sufrió Luis, aquel que se involucró en su perdición por raptarme a mi.

Fue una mala decisión para todos los que nos involucramos en eso.

—¿Qué ha pasado con la información?—Me preguntó Sérgio al verme en uno de mis paseos.—Lo necesitamos con urgencia, con eso ganaremos esta guerra.

—Estoy terminado, ya casi lo tengo.—Le dije con la voz más motivadora que pude.

—¡Apresúrate entonces!

Él estaba evidentemente muy estresado, dirigir una batalla en la que iban perdiendo, tener tantas bajas, la responsabilidad de todas las personas que le acompañaban, no era para nada sano.

Yo había tomado la decisión de darle información falsa. De algún modo sabía que al darle algo que seguir, el me quitaría los ojos de encima y así podría escapar.

Me fuí a mi habitación fingiendo que terminaría de descifrar el mensaje. Ahí busqué en el mapa un lugar con características similares, uno en el que le costara trabajo investigar para darme el tiempo que necesitaba.

Después de un rato pude escoger el lugar correcto y salí para notificarle.

Estaba en una reunión muy importante con todos los militares que le seguían. Eran tantos que me dió mucho miedo verlos con sus caras de enojados. Dudé un poco en darle esa información falsa pues no sabía de lo que serían capaces al enterarse de mi mentira.

Intenté regresar pero ya era demasiado tarde. Sergio me había visto y me pidió pasar. En frente de todos me preguntó si yo tenía algunos avances y no me quedó más remedio que responderle de forma afirmativa. Eso los puso muy contentos. Yo le di el papel con las coordenadas rogando que después de eso no me molestara más. Tomó la hoja y lo presumió como un triunfo de guerra, me miró y me dijo.

—Espero que esto sea el comienzo de algo positivo entre nosotros y te unas a este grupo…Tu padre así lo hubiera querido.



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En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

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