—Listo, ya se por dónde podemos escapar.
Me dijo con tanta emoción que me contagió bajando mis niveles de estrés y ansiedad que se me habían generado en las horas de espera. Era como recibir una buena noticia esperada por mucho tiempo.
—Prepare sus cosas que en unos veinte minutos los soldados se moverán de posición.—Me apresuró con sus manos.—Tenemos que estar listos para entonces.
Me sorprendió su capacidad para analizar todos los movimientos e idear una ruta de escape, me había sacado la lotería con ese contacto. Ahora solo faltaba lo más difícil… que su plan funcionara y me pudiera escapar de ahí.
—No tengo muchas cosas.—Le dije intentando corresponder a su velocidad.—Solo me llevaré está libreta.
Él me sonrío y estuvo de acuerdo.
Después de eso nos acercamos a la puerta para salir de ahí y acordamos caminar lo más normal posible.
Yo no era una prisionera y en ocasiones salía a caminar, así que no habría problema con que me vieran por ahí.
Lo raro o incómodo sería que me vieran con él, por eso en ocasiones se adelantaba o se retrasaba señalándome la ruta por donde caminar. Así hasta llegar a un punto en el que no había tantas personas y con el que comenzaba la dificultad, pues era una zona sospechosa en la que si me veían se podría deducir que yo trataba de escapar.
—Aqui tenemos que ir por los túneles.—Me dijo indicándome hacia abajo.—Nos llevarán a uno de los puntos en la maleza, ahí podemos tomar una ruta hacia la ciudad.
—¿Es seguro?—Pregunté visualizandome en el interior de aquellos túneles.
—Si, hay muy pocos guardias ahí.—Me dijo mientras quitaba la tapa para entrar.—Solamente los usan los espias para ir y venir. Están conectados con gran parte de la ciudad en puntos estratégicos para observar al enemigo desde ahí.
Su explicación me bastó en ese momento para confiar en él y bajar por la alcantarilla que nos conectaba con el túnel mencionado. Era muy obscuro, eso podría ser una ventaja para mí pues así nadie me vería.
Lo único malo es que era un lugar lleno de ratas y me asustaban mucho.
Afortunadamente mi desesperación era aún más así que no me importó caminar entre algunas de ellas.
Omar se movía como pez en el agua, a pesar de la poca visibilidad, parecía como si él conociera el camino. Debía tener mucha experiencia hurgando en aquellos túneles.
El trayecto no fue muy largo, al poco tiempo ya habíamos cruzado el túnel.
Se detuvo y comenzó a abrir la parte de arriba, tuvimos suerte de que no había ningún guardia o algún rebelde cruzando por abajo ni tampoco por arriba.
Después de unos segundos, me dió la señal de que estaba totalmente despejado, salió y después me ayudó a salir a mí.
Sentía la adrenalina correr por todo mi cuerpo, era esa sensación que desde hace años no me ocurrirá. La última vez fue cuando me fugué de una clase o cuándo salí de casa sin qué madre se enterara. Nada tan extremo como aquello.
Al lograr salir, Omar me señaló el camino por el que teníamos que irnos. Ahí decidí Interrumpirlo.
—Creo que desde aquí me las puedo arreglar yo sola.—Le dije intentando detenerlo.—No te arriesgues más, déjame aquí.
Intenté continuar la despedida con él pero se mantuvo firme en que debía acompañarme. Parecía que él no tenía ningún temor de que le descubrieran que se había fugado conmigo. Es más, en su semblante podría verse un poco de expresión de victoria, como si no quisiera estar ahí y el hecho de fugarse fuera más un bien para él que para mí.
Yo insistí, le dije que podía llegar yo sola a las coordenadas.
Él trató de explicar que la situación del país no estaba nada bien, me confirmó que había una guerra y que él conocía una ruta y lugares en los que podríamos escondernos.
De continuar yo sola, me advirtió, podría quedar atrapada en el fuego cruzado.
Para nada me hizo sentir mejor lo que me dijo, claro que no me gustaría quedar en el fuego cruzado pero si por alguna razón él saliera herido por mi culpa, no me lo perdonaría.
Aún así lo ví tan convencido que sabía que no sería fácil deshacerme de él de una manera verbal. Así que ya pensarían algo, mientras tanto tenía que llegar a mi objetivo y hacerlo lo más pronto posible. Después de eso tenía que replantear mis ideas y ejecutar un plan para mi futuro.
Justo cuando nos disponíamos a avanzar, un acontecimiento muy impactante ocurrió.
A lo lejos pude ver algunos carros militares acercándose hacia el campamento al igual que helicópteros y aviones. Me produjeron precaución pues no me hubiese gustado ser vista por aquellos, pero después pude apreciar que yo no era su objetivo sino el propio campamento.
Con terror vi como lanzaron un feroz ataque hacia ese lugar, no se tocaron el corazón ni un minuto para pensar que ahí había mujeres, niños y personas que quizás no deseaban pelear. Fue un infierno indescriptible para las palabras, pero lo vi todo. Los disparos, los misiles y el fuego que deseaba extenderse por todo el lugar.
Los rebeldes intentaron defenderse lanzando impactos del mismo calibre y enviando hombres a contrarrestar los carros, pero lo letal eran las aviones que pasaban una y otra vez dejando caer bombas con la intención de destruir todo el lugar. En cuestión de segundos, todo el campamento se había convertido en derrumbes y fuego.
Lo que mis ojos veían era horroroso pero lo que mis oídos escucharon era aún peor, gritos de dolor y lamentos que quedaron marcados en mi mente.
—¡Salimos a tiempo!—Exclamó Omar al ver el impacto.—Fue buena decisión escapar.
También me impresionó la forma en la que él estaba viendo las cosas, no parecía afectado por ver a sus compañeros caer en el fuego. Creí por un momento que correría ayudar a alguien a intentar rescatar a los heridos, pero supongo que su instinto de supervivencia pudo más que su humanidad.
Estaba festejando de una manera muy inusual el hecho de haber salido de ahí. Yo debería haber hecho lo mismo, si no fuera por mi decisión de escapar, en esos momentos estarían vuelta en el fuego o algo peor.