La Novia Del Presidente

Capitulo 59

El momento romántico aumentó cuando ella y yo entramos en un momento de silencio. Se recargó en mi pecho y yo en su cabeza. Me sentía cómodo, relajado y por supuesto excitado. No era el momento de pensar en eso pero tampoco me habría disgustado acostarme con ella. Mis deseos estaban por encima de cualquier otra situación, al menos en ese momento que tenía los elementos servidos.

Pensando en eso decidí dar un paso en ese camino. Busqué sus labios moviendo mi cabeza lentamente. Necesitaba estar seguro de que ella aún sentía algo por mí.

Me correspondió casi inmediatamente. Sus labios también subieron buscando a los míos. Nos envolvimos en un momento pasional que empezó con un beso. Tenía tantas ganas de hacerlo que el hecho de chocar por fin, me dió mucha satisfacción.

Me besó muy rico, era tan tierna y tan romántica, una combinación muy agradable para aquello.

Yo me esforcé en hacer lo mejor posible, tenía que dejar una buena impresión en ella, no me podía permitir que mi reputación bajara por no saber besar o porque ella no se sintiera complacida con mi desempeño.

Estaba pensando en hacer lo que conllevaban esos besos en un lugar cerrado como en el que estábamos.

Comencé a utilizar mis manos, deseaba acariciarla y así lo realicé. Lo hice suave para entrar en calor. Yo me considero un hombre muy apasionado, y todo eso deseaba sacarlo en ese momento.

Vino a mi mente el hecho de que no había estado con ella de manera sexual. La única con la que había disfrutado en los últimos meses había sido con mí hermosa novia.

Miriam se mostró igual de interesada, en su mirada y en su forma de corresponderme pude notar que el deseo de había apoderado de ella y que podía pasar lo que ambos deseábamos.

Fue mucho más fácil para mí, me mentalicé en que ya era mía. No conté con que nuevamente sería interrumpido.

El secretario llegó, pero esta vez fue mucho más allá de la privacidad. Entró y nos vió en aquellas condiciones.

Ambos nos dimos cuenta de aquello y nos tuvimos que detener. La pena pudo ante pasión.

Nos separamos mientras aún ella seguía incomoda por la forma en la que nos descubrieron. Yo tuve que responder inmediatamente me ajusté el traje y me dirigí hacia el secretario que todavía se disculpaba por lo que había hecho, según él, tocó pero no sabía que la puerta no estaba cerrada, en eso tuvo razón pues yo debí haberme cerciorado que nadie nos interrumpiría.

Hecho estaba, me generó mucho estrés y pensaba liberarlo regañando a mi compañero.

Antes de irme, él volvió a cerrar la puerta para que yo me pudiera despedir de Miriam como era debido. Ahora estaba tan sonrojada que no tuvo el valor de mirarme a los ojos.

Era entendible, después de lo que había pasado y como había pasado, no había más reacción que esa.

Yo no sabía que decirle, no podía pedirle "oye, ¿podemos continuar? Aún tengo deseo de ti"

Sería muy arriesgado y muy infantil de mi parte. Sí ya me habían interrumpido era momento de ir a atender al país.

Antes de salir Miriam me interrumpió diciendo que tenía algo muy importante que comentarme.

Mi corazón pálpito pensando que ella sería la que me propondría que continuaramos aquel acto. Me emocioné tanto que incluso casi respondo un "Si, por supuesto" antes de que me dijera algo.

Por suerte no lo dije pues el tema del que quería hablarme era algo muy distinto, pero no menos importante, de hecho su importancia era tanta que se me olvidó por completo todo lo demás.

—Se que me has apoyado y me has ayudado en todo.—Dijo ella un poco apenada.—Además conozco la importancia del maletín y quiero buscarlo, pero debo hacerlo por mi cuenta.

Sus palabras sonaron como un himno para mí, pues sin proponerlo ni buscarlo realmente a fondo, ella me había dado lo que yo deseaba.

Me giré para sonreír, no podía contener la felicidad pero tampoco podía darle a entender que aquello me agradaba. Después de controlar mi sonrisa, me giré nuevamente hacia ella para verla a los ojos y nuevamente tuvo que entrar mi actuación para decirle.

—¡Nunca, es muy arriesgado. Yo jamás te pondría en peligro!

Le dije con la voz más ronca que me salió. En ese momento las palabras se estaban entre poniendo entre ellas mismas, unas deseando salir y las otras se lo impedían. Mi boca, mi lengua y mi mente eran un revoltijo total.

Todo esto por la mezcla de emociones, en algún punto de mi mente sentía remordimiento al enviarla a ella sola, mientras que en su gran mayoría, la emoción por resolver aquella misión de una vez por todas predominaba.

Pude ver en su rostro una actitud de decisión más allá de la vergüenza que sentía, pero le reconocí el hecho de que se mantuviera firme. Estuvimos platicando un poco más, negociando esa situación, convenciéndome ella de que era lo mejor hacerlo.

Por fortuna para ella cedí, al menos así se lo hice pensar pues mi plan era exactamente ese. Le hice prometer que se cuidaría, que estaría a salvo, que me avisaría y sobre todo que lo encontraría.

La situación estaba saliendo lo mejor posible, ella aceptó todo sin ningún problema, así que el acuerdo había llegado.

Le dije que le iba a dar un auto, recursos, un arma y otros elementos de seguridad todo esto con la intención de que se fuera bien preparada para lo que venía.

Ahora era como si trabajara para mí pero sin un sueldo, únicamente con la ilusión de encontrar respuestas y de serme útil.

Terminé esa sesión dándole un gran beso, le advertí que nosotros estábamos a punto de salir pero que ella y los recursos que le dejaba podía usarlos cuando los necesitara.

Me fuí de ahí con esa gran victoria, bajé hasta donde el secretario estaba y le pedí que antes de que me informara lo que tenía que decirme, le pusieron rastreador al arma y a un auto. Además de otros sistemas de rastreo y de vigilancia.

Lo tenían que hacer rápidamente pues no teníamos mucho tiempo.



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En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

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