La Novia Del Presidente

Capitulo 64

Se extendió diciendo que a raíz de la guerra, su trabajo se veía comprometido pues el gobierno iba a entrar en una etapa en la que no permitiria la crítica en su contra pues lo consideraría un acto rebelde. Era su obligación a toda costa evitar otro movimiento.

Después el hombre se centró en el presidente. Esteban salió de su boca y no como un asunto prudente. Lo atacó diciendo que era solo un títere y un estúpido. Y aunque yo pensaba lo mismo, salió en mi ese orgullo enamorado que lo defendió.

Ahí notaron que yo tenía una fascinación por él. No lo defendí como una fanática si no como una mujer enamorada. Algo que me trastornó la mente más de lo que ya la tenía.

La conversación se volvió turbia. Me miraron muy feo que casi podía jurar que me echarían de su carro. No me podía arriesgar a eso, ¿Qué carajo me pasaba? Tenía la oportunidad perfecta para hacer lo que quería, poner fin a todo pero algo me detenía... ¿Amor?, ¿en serio esa sería la justificación de mi mente para no destruir a Esteban? Yo no podía estar enamorada de él aunque mis palabras dijeran lo contrario.

Reaccioné de inmediato, desperté de ese sueño y comencé a hablar.

—Yo tampoco soy partidaria del gobierno.—Dije con voz suspensiva.—Solo digo que no es culpa del presidente actual, es una cadena de varios años y gobiernos atrás. Todos son culpables.

Con esa justificación bastó para tenerlos en la bolsa de nuevo. Pude ver a través del retrovisor que me miraban un poco más relajados.

Principalmente él, quien era el más fanático de los dos.

—Este gobierno solo ha traído problemas.—Continúe con mi ataque. Esta vez hablaba con la verdad, mi ser sentía eso.—Ha sido el más desgraciado de todos. En mi caso, no me habria podido hacer más desdichada.

—¿Por qué lo dices?—Me preguntó la copiloto, le pareció demasiado dramática mi forma de expresarme. Así que para no hacerla creer que estaba exagerando, le conté todo.

—Mi padre murió en sus manos.—Dije con un tono duro, no deseaba llorar con aquello.—Mi madre se encuentra en una posición en donde su salud está en juego. Y yo, he sufrido lo suficiente como para decir que esto no es vida.

—Siento mucho escucharte decir eso.—Me dijo con un tono aún dudoso.—Si necesitas hablar, cuentas con nosotros para escucharte.

—Mi padre se volvió un enemigo del gobierno.—Dije pensando en que no podía llamarlo de otra forma.—Para muchos fué un héroe, mientras que para ellos, solo un estorbo.

Les conté el resto de la historia omitiendo detalles. Les ibas a contar que había salido con él y todo lo que viví. Solo les dije lo que deseaban escuchar, el motivo para odiar a ese gobierno.

—Debes querer vengarte.—Me dijo él incorporándose de nuevo a la conversación.—Me imagino que si tuvieras la oportunidad no dudarías. Eso pensamos todos los que hemos sufrido gracias a esos estúpidos al poder.

—La cuestión es...—Hablé sin pensar, solo me dejé llevar por lo que mi alma deseaba expresar.—si tengo como vengarme de ellos.

El joven se mostró muy interesado en mis palabras. Pensó que era un comentario de alguien que tiraba basura en redes sociales o que se dedicaba a hablar mal de gobierno. Eso era muy común, pero no, yo no era eso exactamente. Yo tenía en mi poder la peor arma contra ellos.

—¿Cómo te vengarias de ellos?—Me preguntó para continuar la conversación.

Me quedé en silencio, comprendí que había hablado demasiado con personas que no debía. Me dejé llevar por el momento, pensé que jamás los volvería a ver o que quizá me tomarían como una loca, pero no era así. Ellos se lo estaban tomando muy en serio, tanto que si les dijera, querrían el maletín para ellos mismos.

—Solo es un decir.—Dije desviando su atención.—Tal vez algún día reúna pruebas suficientes contra ellos.

Mientras le decía esto, apreté el maletín con mucha fuerza, como si fuera un tesoro. Me dí cuenta nuevamente gracias al retrovisor que el conductor se percató de mi movimiento. Puso su mirada fija en el maletín entendiendo todo.

—Si tienes alguna información valiosa que pueda comprometer al gobierno, no lo dudes, yo te puedo ayudar.

Me lo dijo con un poco de brillo en sus ojos, era como un lobo observando un cordero para cazar.

Su esposa giró su rostro para verme directamente. Quería ver a qué se refería su esposo con aquello.

Incluso el pequeño que estaba a mi lado y que se había mantenido muy callado y distante, se asomó hacia mis brazos para contemplar el maletín.

—¿Qué harías tú con esa información?

Le pregunté por curiosidad, realmente necesitaba ideas sobre como utilizarla antes de tomar una decisión.

Su respuesta fue muy simple, incluso me miró sorprendido, como si la respuesta fuera evidente.

—Pues publicarla, ¿no crees?—Movió su boca haciendo una ligera mueca.

—¿Crees que eso es suficiente?—Tuve que ser más clara con mi pregunta.—Si solo tuvieras una oportunidad para difamar al gobierno, ¿Cómo la usarías? Sabiendo que si fracasas, el gobierno irá tras de ti e incluso tomará esa información.

—Contra el gobierno no puedes tener una sola oportunidad.—Dijo él entendiendo el punto.—Es un monstruo al cual le tienes que hacer ataques constantes, no lograrás vencer con un solo ataque.

Al escuchar esas palabras se me vino a la mente lo que recién ocurrió en la guerra. Los rebeldes apostaron todo a un ataque con la esperanza de conseguir ese maletín antes de que acabara. No pudieron hacerlo y perdieron el conflicto bélico así como la guerra.

Quizá a Sergio le faltó rodearse de personas como el hombre que me hablaba, alguien más analítico que le hiciera entender esa idea claramente. El resultado hubiera sido distinto o quizá con un poco más de oportunidad.

—Tienes que darle pequeños golpes que difamen a su partido.—Continúo con la explicación. Sin duda era un tema que le apasionaba.—Las personas no se volverán así como así. Cuando sucede algo, el gobierno busca cómo distraer a las personas, si estás caen, no hay más avance.



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En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

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