Capitulo 68

Al poco tiempo recibí la llamada que tanto esperaba aunque no con la información que necesitaba.

Los hombres que fueron tras el maletín me llamaron para darme la terrible noticia de que Miriam se les había escapado.

—¿Cómo? ¡Son unos estúpidos!

Grité e hice berrinche como un loco. Eso me había puesto en jaque nuevamente.

Miriam había encontrado por fin el maletín pero se había dado a la fuga.

Les ordené que fueran tras ella, puse a todos mis hombres a trabajar. Envié a todos los disponibles en esa misión aunque no era lo correcto hacerlo.

Me quedé un poco desprotegido aunque no me importó. Terminar con la misión del maletín era mucho más importante.

Después y por si fuera poco, el secretario se me acercó. Lo hizo en modo de suspenso pues sabía de mi enojo pero me tenía que contar lo sucedido. Su lealtad estuvo presente hasta ese momento.

—Señor, tengo que comunicarle algo, me enteré de un asunto de suma importancia.

El suspenso me invadió por completo. Sentí que mi corazón no iba a resistir muchas más sorpresas y por la cara que traída el secretario, supuse que era una de estas.

Lo miré fijamente clamando piedad al momento de decirme las cosas, pero él no se tocó el corazón.

—Acabo de recibir un reporte por parte de inteligencia.—Dijo muy acelerado.—Un hombre civil, notificó a un par de personas del país vecino que estaban haciendo actividades ilicitas.

Generalmente le hubiera pedido ir al grano pero por esta ocasión le permití que me desglosara la información despacio para ir asimilando todo.

—Estas personas se hicieron pasar por un matrimonio instalado muy cerca de un campamento militar.—El pobre necesitaba agua, se notaba sumamente cansado, pero cumplió con su deber.—El vecino se dió cuenta porque el estudia informática y hubo un problema con la señal. Fue una casualidad pero el destino nos permitió enterarnos de sus actividades.

—¿Cuáles fueron estás actividades?—Pregunté para entenderlo todo.—¿Qué consecuencias ha traído?

—Son personas que robaron información y que pretenden venderla a los gobiernos que nos atacaran, el suyo principalmente.

El jefe de partido tenía razón, los demás países habían notado esto como un momento de debilidad en mi gobierno y estaban planeando como derrocarme.

Tenía la intención de retirarme y dejar que lo hicieran, estaba demasiado cansado como para batallar con eso. Me quedé sumido en la depresión un momento que no fue muy largo. Algo me inspiró para no terminar de esa manera.

—¿Tenemos la ubicación de esas personas?—Quise saber en qué posición estábamos.

—Si señor, inteligencia ya los rastreó.—Dijo muy emocionado por primera vez en esa conversación.—Estamos esperando sus órdenes para capturarlos.

—Se está tardando señor secretario.—Le dije muy motivado y deseoso por salvar a mi país.—Traiga a esas personas ante mi.

Salió de inmediato para cumplir mis órdenes. Ya estaba cansado de todas las personas que se ponían en mi contra, estaba muy molesto.

Salí a tomar aire, necesitaba tener ideas frescas y no perder la cabeza con esas situaciones.

Entendí que debía comunicarle a todo el gobierno para que tomaran precauciones. Así como mover a mi ejército a la zona norte del territorio y que el país vecino no nos tomara por sorpresa si intentaban atacar.

Pretendía dejar a un grupo encargado para que terminaran con los grupos rebeldes y empezar a poner orden en el país.

Tenía que reunirme con los generales y con el ministro de guerra. Conversar con todos ellos sobre una posible solución y estrategias en caso de guerra.

Para evitar todo eso, estaba el ministro de relaciones exteriores e incluso yo mismo al hablar con los demás mandatarios. Pero no tenía ganas de hacerlo así que le pedí a ese hombre que fuera el mismo.

Aceptó la misión de ir y cruzar la frontera como un miembro diplomático. Le pedí que fingiera que no sabía nada de los espias o de las intenciones para así sacar la mayor información posible.

De inmediato tomó un vuelo y comenzó a hacer llamadas para poder ir a ese territorio.

Tenía que seguir moviendo mis piezas para evitar el caos que podría llegar a mi país.