¡Aquí unidad ESE reportándose, después de vario tiempo en espera, el objetivo ha sido capturado y sometido, los tenemos aquí y nos dirigimos inmediatamente hacia su posición, repito, hemos capturado a los objetivos y nos dirigimos hacia allá, llegaremos en unos minutos.
La felicidad no cabía en mi rostro, me la pasé sonriendo como un estúpido después de escuchar eso. Por fin algo había salido bien aunque no quise cantar victoria antes de que llegaran.
Me levanté y salí del cuarto, tenía mucho que preparar y órdenes que dar para cuando llegaran.
Corrí hacia donde mi novia estaba, era una habitación de descanso.
Cuando entré ella estaba en su celular acostada boca arriba, me dió mucha tentación su cuerpo pero estaba mucho más feliz por los acontecimientos que habían pasado que excitado, hasta yo me sorprendí de esto.
—¿Qué sucede?—Me preguntó al verme entrar.—¿Hay nuevas noticias?
—Las mejores mi amor, las mejores.—Le dije igual de emocionado.
Ella soltó su celular para prestarme atención, quería escuchar que era lo que me tenía así de contento.
Me senté a su lado y le conté todo. Ella parecía un poco sorprendida, no sonrió conmigo como lo hubiera esperado, era más como si algo le preocupara.
—¿Traerán a esos espías aquí?—Preguntó en modo serio.
—Por supuesto, quiero verlos yo mismo y sacarles la información.
Ella se levantó de la cama, no entendía esa reacción, siempre había estado de mi lado como para dejarse perder ahora, no sabía que le preocupaba así que le pregunté directamente.
—Son buenas noticias, ¿qué sucede entonces?—Le pregunté mientras me daba la espalda.
—Solo estás viendo lo superficial Esteban.—Su tono había cambiado a uno preocupado. Se tomó las manos para hacerlo notar.—Si era verdad lo de los espias significa que hay países deseando invadir, peor aún, significa que el capturarlos es el pretexto perfecto para organizar la invasión.
Yo no lo había visto así de radical, sabía lo que significaba pero aún quería llegar a un acuerdo diplomático, por eso me urgía sacarles información.
Cuando mis hombres llegaron, bajé inmediatamente. Yo poseía la preocupación que mi novia me había transmitido.
A los primeros que ví fue a mis hombres quienes de inmediato me dieron el reporte.
"Todos están a salvó señor. La intervención médica fue muy buena y lograron estabilizarlos. Los tres adultos ya están a resguardo, esposados y listos para que los interrogue. En cuanto al menor, un especialista está hablando con él para saber quiénes son sus padres y poderlo llevar inmediatamente con ellos.
Agradecí por la información y ordené el traslado inmediato de los capturados así como el de todo el equipo hacia nuestro siguiente punto.
Todos se sorprendieron, creyeron que yo les iba a interrogar de inmediato, pero no fue así. Dado el pánico que comencé a sentir, se me hizo mejor idea irnos de ahí para evitar que nos siguieran. Habíamos estado mucho tiempo en ese punto.
Todos me hicieron caso y salimos de ahí inmediatamente.
La caravana de autos era muy grande, era casi imposible no verla. Aún así ordené que permanecieran juntos para mayor seguridad.
El traslado fue rápido. Las carreteras aún estaban vacías, las personas no se habían reincorporado del todo.
Para ver a sus familias esperaron, optaron por el sistema digital haciendo videollamadas, este tipo de tecnología les hizo no caer en pánico saliendo de un lado a otro para encontrarse.
Nos dirigimos a las afueras del estado, ahí había una casa de protección de la cual muy pocos sabían. Ese lugar fue seleccionado para tener la reunión de emergencia, el jefe del partido así como otros miembros del gobierno querían verme para hablar en persona.
Llegamos muy rápidamente. En todo el trayecto nunca se me quitó el nervisismos, mi cuerpo ya se estaba acostumbrado.
Al bajar entré al lugar y me dirigí a la zona de mayor seguridad, pedí que trasladaran a los prisioneros hasta ahí, quería hablar con ellos antes de que los demás llegaran.
Mis hombres me hicieron caso, los llevaron a todos y cada uno de ellos.
Pasaron en fila, me presentaron a los primeros dos.
—Señor presidente, estos dos son los espias.—Los aventaron para que quedaran de rodillas ante mi.—Se hicieron pasar por un matrimonio y raptaron a un niño.
Después de verlos me llené de coraje pero algo hizo que se esfumara rápidamente.
Pasaron a la tercer persona y la ví como un sueño.
—Esta mujer estaba con ellos pero aún no sabemos su proceder.—Dijeron portandose un poco más respetuosos con ella.—Creemos que en realidad eran tres y que se les unió al escape.
La miré y los ojos me brillaron, ahi estaba ella, era Miriam, la mujer que no creía volver a ver tan pronto, estaba enfrente de mi.
—¡Miriam! ¿Qué estás haciendo aquí?—Pregunté muy sorprendido y aún incrédulo por verla.
Ella no me dijo nada, su mirada era como de miedo.
Los otros dos la miraron sorprendidos porque yo la conocía, algo muy raro estaba pasando y yo tenía que descubrirlo.
Ordené que comenzaran el interrogatorio sin mí. Era más importante conversar con Miriam y saber cómo había llegado hasta ahí.
Pedí que nos dejaran a solas en aquella habitación.
Al inicio ella se resistió, su coraje hablaba por ella ya que no quería ni verme a los ojos, pero algo final, cuando todos salieron se digno a hablar.
—¡Eres un idiota!—En ese momento me miró a los ojos.—Yo no tengo nada que hablar contigo.
Se sostuvo en una posición para que la que no tenía tiempo.
Me acerqué a la entrada principal y cerré con seguro. No quería que mi novia entrara y escuchara algo de lo que tenía que decirle.
Si se enteraba le iba a inventar algo para sostener mi versión.
—¿Qué te sucedió?—Comencé de nuevo.—Lo último que supe de ti es que ibas por el maletín.
Ella seguía sin hablar pero está vez no me quitaba la mirada de encima. Pude notar un gran odio y resentimiento en su rostro.