La Novia Del Presidente

Capitulo 74

El lugar no estaba nada mal para ser una celda. Al gobierno le gustaba consentirme después de todo. Tenía buen clima, la cama era cómoda, un baño para mí, un espacio grande, una televisión, en fin, me sentía como en casa.

Desafortunadamente el momento no era ideal para relajarme de ese modo. Sabía que en cualquier momento llegaría alguien que cruzaría esa puerta y pasaría algo sorpresivo.

Pensé en mil ideas pero nunca se me ocurrió lo que sucedió a continuación.

Esa si fué una sorpresa muy amarga.

La persona que cruzó la puerta fue la novia del presidente. Llegó sola, lo cual lo hizo aún más raro. En un momento llegué a pensar que llegó hasta ahí para dañarme.

Ella tenía la llave, solo escuché como giró la perilla y me preparé refugiándome al fondo de la habitación.

Cuando entró se quedó justo en la entrada. Me miró desde ahí un poco despectiva. Era evidente que yo le causaba una amenaza en su relación.

—Asi que tú eres esa mujer.—Me dijo mientras me seguía mirando de arriba a abajo.—No eres la gran cosa.

Sus palabras no me causaron ninguna molestia, al menos no de inmediato porque mi mente estaba tratando de asimilar la situación. Hoy en día, aún me hierve la sangre de recordar sus palabras.

Después de unos segundos, por fin avanzó hacia la habitación. Dejó la puerta abierta, al parecer me tenía más miedo ella a mi. La mala fama que me hice por fin servía de algo.

—¿Qué quieres?—Le pregunté con voz firme y dura.

Esa pregunta le impactó pues se detuvo inmediatamente. Entendió que no sería fácil intimidarme.

—Vine a ver a la mujer tonta que se ilusionó con el presidente de la república.—Me lo dijo con un tono odioso que me recordó lo tonta que había sido.—La chica que creyó que él se fijaría en ella.

Yo no le dije nada, debo reconocer que si generó un impacto en mi. Era una mujer muy hermosa, tenía un estilo único hasta para caminar. Se veía muy elegante, de esas presumidas que sus padres armaron hasta los dientes para afrontar la vida.

Si algo tenía que reconocer es que Esteban tenía buenos gustos y esta vez no lo decía exactamente por mi.

Ella continúo con sus ataques verbales una y otra vez, esos que pretendían bajarme la moral y hacerme ver inferior ante ella.

—Yo creo que veniste para suplicar que lo dejé el canino libre.—Dije con un tono burlón en respuesta a su actitud.

—¿Cómo dices?, ¿crees que puedes ser competencia para mí?

A pesar de sus palabras se notaba que tenía mucho nerviosismo, quizá si se sentía amenzada por mi.

—Él jamás se fijaría en ti. Todo fue una broma para sacarte información... lo sabes.

—Pues él no parecía tan bromista cuando teníamos sexo.—A mis mentiras le sumé un tono de prepotencia.—Se veía tan sincero cuando me decía "te amo" después de terminar en mí. No te sientas mal, lo mismo hacía desde la prepa.

—¿Se conocen desde la prepa? No te creo.

Había logrado afectarla. Ahora para ganar ese juego lo único que tenía que hacer era no romperme yo por dentro. Estaba muy cerca de hacerlo al recordar que todo era mentira.

La mujer se quedó callada, no sabía nada de nuestra historia y era mi oportunidad para montarle toda una obra con información falsa sobre nosotros.

—Incluso me propuso matrimonio.—Continúe con tono burlón.—Un gran detalle para una mentira piadosa de su parte ¿No crees?

—¡Mientes! Él no te pediría matrimonio nunca.—Dijo aún más brava.—¿Dónde está el anillo si fue así?

—Dije que me lo propuso, no que lo acepté.—Le guiñé el ojo para cerrar la frase.—Ahora si me disculpas, la primera dama desea descansar.

La mujer no se fué, me siguió mirando hasta el punto de volverse algo incómodo.

—¿Qué me ves?—Dije muy agresiva.

—Solo estoy viendo con lo poco que se conforman los hombres hoy en día.—Su confianza había vuelto de la nada.—Al entendió lo inalcanzable que soy que se conformó con alguien a quien pudiera controlar.

Su actitud había cambiado por completo, no entendí el por qué, era muy rara.

—Me imagino que con tanto sexo le hiciste olvidar el maletín rojo ¿no es así?

Había sacado un tema importante, todo lo demás había sido una pantalla para llegar a ese punto.

—No se de qué me estás hablando.

Me hice la tonta, no estás dispuesta a darle información adicional aunque ella ya lo sabía todo.

—Ese maletín que robó tu padre y que fuiste a recoger.

La mujer caminó hacia la puerta y está vez la cerró. Quería una privacidad total.

—Tú y yo no hemos empezado muy bien.—Comenzó a hablarme mientras me miraba a los ojos.—Yo sé todo de ti y como Esteban te humilló y destrozó a tu familia. Lo mismo hace con todos.

La mujer había cambiado de bando aparentemente, yo me mantuve firme, quizá era solo una nueva estrategia para confundirme aún más.

—Ese idiota al igual que todo el gobierno tiene que pagar.—En su mirada, muy increíblemente se podía ver honestidad en lo que decía.—Yo estoy aquí para eso.

—No te entiendo. Mejor vete de aquí, me estás quitando el tiempo.—Le hice señas para que saliera.

—Tiempo es exactamente lo que no tenemos.—Se acercó a mi para hablarme en tono bajo. —En cualquier momento alguien llegará y te llevarán de aquí. No podré ayudarte entonces.

Si que era una mujer bipolar, ahora decía que me quería ayudar después de todo lo que me insultó. Se lo hice saber y su respuesta fue sencilla, antes de ser sincera conmigo me había probado para saber mi actitud ya que mi bando lo había conocido.

Sabía que yo estaba ahí en contra de mi voluntad y lo que estaba haciendo era ayudarme a seleccionar un mejor bando, eso dijo.

Se autoproclamó enemiga de mi gobierno diciendo que ella solo estaba utilizando a Estaban así como él lo había hecho conmigo, una gran tontería en la que no estaba dispuesta a caer así de fácil.

La mujer no estaba dispuesta a dejarse vencer y menos por el silencio incómodo que se originó después de su declaración.

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En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

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