La Novia Del Presidente

Capitulo 76

—¿A dónde vas?—Me preguntaron con prepotencia.—Tú no puedes estar aquí, eres una prisionera.

Me sujetaron muy fuerte y me llevaron de nuevo a mi habitación.

Ahí estuve por varios minutos, caminando como león enjaulado, queriendo salir de ahí.

Abrieron la puerta de mi habitación, Esteban entró con una expresión en su rostro que no era nada esperanzadora.

Me miró a los ojos con muchas ganas de llorar y me dijo.

—Tenias razón, ella se fué...

—¿Por qué estás tan calmado?—Le dije a manera de reproche.—¿Qué sucedió realmente?

La astuta mujer fingió ir de parte del gobierno aprovechando que los guardias la conocían. Entró dónde la mujer estaba siendo atendida y ella le reveló toda la información.

Dejó pasar unos minutos y decidió salir de aquel lugar sin que nadie la viera.

Se subió a su automóvil y se fue de ahí.

Esteban pudo reclutar esa información con el testimonio de los guardias y a las cámaras de seguridad que la vieron ir con la espía y luego salir sospechosamente en su auto.

Aún así dudaba un poco pensando en una posible casualidad. Pero ni el hombre más estúpido podría no ver lo que estaba en su frente. Aquella mujer lo había traicionado y utilizado.

—Soy un estúpido.—Se reprochaba enfrente de mi.—Tuve al enemigo enfrente de mi todo este tiempo y no lo ví.

No puedo negar que tuve una sensación de placer gracias a eso. Era exactamente como yo me había sentido por su culpa, aunque no se lo dije. Me dió un poco de lástima su caso

—Mi carrera y todo por lo que he trabajado, se han derrumbado.—Tenía un tono de tragedia en su cara que hubiera ganado un Oscar al drama.

—¡Déjate de tonterías!—Le grité desesperada por su situación actual.—Aún no es una derrota, todavía podemos ir tras ella.

—¿Para qué?—Me dijo resignado.—Me salen enemigos por todos lados.

—¡Pues lucha contra todos!—Le grité para despertarlo.—Si yo decidí perdonar y avisarte, fue porque no me rendiré ante esa mujer, ¡Deberías hacer lo mismo!

Mis palabras ocasionaron el efecto que deseaba en él. Se mostró más concentrado en el asunto y le nacieron ganas de resolver la situación.

Esteban se puso más serio. Noté que se le había bajado el ánimo anteriormente porque le pegó el engaño de su novia, pero ahora, al recordar el papel de su puesto decidió luchar de mejor manera.

—Si, tenemos que alcanzarla.—Dijo muy prendido.—Gracias a ti, aún es posible.

Tenía mucha razón en lo que dijo. Si no me hubiera avisado, su novia se habría ido como si nada y hubiera desaparecido sin él darse cuenta.

Me pidió que bajara con él y que no me despegara si quería salir bien librada de ahí.

Le hice caso, desde el primer momento bajé con él y lo ví dar órdenes.

Todos sus hombres se reunieron al escuchar su voz. Hicieron una fila y pude reconocer al que me había ignorado.

—Si ese hombre me hubiera hecho caso.—Le susurré al oído mientras le señalaba al otro hombre.—Ella no se habría escapado.

Esteban se llenó de coraje y lo pasó al frente para reprenderlo.

—¡¿Por qué no me diste el recado de esta mujer cuando te lo pidió?!

El hombre había estado muy calmado hasta ese momento. Incluso se le trabó su bebida en la garganta.

—¡Le hice una pregunta!—Continúo el regaño ante su silencio.

—Porque era una prisionera señor...—Tartamudeaba al hablar.—Todos suplican y piden lo mismo...

Esteban lo entendió y para mí desgracia no pudo seguir el regaño. Pero pude disfrutar lo poco que ese duró como una venganza personal.

—¡Vamos a desplegarnos todos en un caso de máxima importancia!

Mientras daba sus indicaciones con voz de mando. Noté que varios de esos hombres diplomáticos y políticos entraban para saber que es lo que pasaba.

A Esteban no le importó y decidió seguir dando indicaciones a sus elementos de seguridad.

—Todos conocen a mi novia, la han visto muchas veces.—Caminaba mientras les hablaba.—Ella es una traidora, nos estuvo engañando a todos y hay que ir tras ella.

Los hombres se miraron unos a otros, la sorpresa era muy grande, incluso para mí que la acababa de conocer.

Era una mujer que estaba apunto de efectuar el plan más grande de la historia.

—Se a dónde se dirige, nos lleva más de 20 minutos de ventaja.—Sacó su celular y se quedó quieto.—Voy a compartir la ubicación en sus celulares, ahí deben llegar lo antes posible y agarrarla. ¿Quedó claro?

Todos entendieron que era una emergencia y reaccionaron como esta lo ameritaba.

Se fueron de ahí rápidamente subiendo a los autos.

Yo hice lo que Esteban me dijo, me pegué a él y salimos hacia allá.

Justo cuando estábamos por salir, un hombre trajeado, de unos 55 años, lo interrumpió.

—¿A dónde crees que vas Estaban?—Le preguntó como si fuera su jefe.

—Es una misión importante la cual requiere hacerlo de inmediato.—Respondió con ganas de no entretenerse.—Daré las explicaciones pertinentes una vez que lo haya resuelto.

—Últimamente has tenido muchas de esas aventuras.—Le dijo poniéndose en medio para impedirle el paso.—Considerando tu estatus, eso es preocupante.

—El país está pasando por una situación muy difícil.—Le respondió con voz tajante.—Todo lo que hago es para solucionarlo. Necesito irme ahora.

El hombre pareció sorprendido con dicha respuesta, no se esperaba algo así de su parte.

Se hizo a un lado para que pudiera pasar pero se interpuso en mi camino.

—¿Ella a dónde va?—Me miró a los ojos ocasionando un escalofrío.—Según tengo entendido es una prisionera y una enemigo para el gobierno.

Faltó poco para que me sujetara del brazo, no lo hizo gracias a que Esteban regresó dos pasos para evitarlo.

Cuando lo hizo, le pidió que me dejara ir. Habló maravillas de mí en muy pocos segundos. Incluso lo convenció de que yo era una aliada y no enemiga. Lo dijo tan convencido que incluso yo me lo creí.



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En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

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