La Novia Del Presidente

Capitulo 79

Técnicamente nosotros éramos lo que íbamos en sentido contrario. Lo habíamos decidido para tomarnos de frente con ella.

Venía a gran velocidad igual que nosotros, las únicas formas de frenarla, eran chocandola, pero eso nos causaría gran daño a nosotros también.

La otra opción era quedarnos ahí parados de forma diagonal para cerrarle el paso.

Está opción la escogió el chofer a petición mía. Se quedó a una distancia considerable justo al centro para impedirle pasar.

Le llamé por teléfono, tenía que conversarla de que todo estaba perdido y que tenía que detener el auto.

—¿Pero qué estás diciendo Esteban?—Me dijo en cuanto se lo notifiqué.—¡Soy tu novia! ¿Por qué me haces esto?

Yo guardé silencio, era claro el por qué lo hacía y ella lo sabía.

—Por favor detente.—Insistí interrumpiendola.—Te prometo que te daré el mejor trato posible.

Tenia la ilusión de que con esas palabras ella se detuviera.

El suspenso nos llegó a todos en cuanto se acercaba. Yo ví todo en cámara lenta, ella no bajó la velocidad, venía hacia nosotros justo como si quisiera estamparse. Estaba claro que ahora que había sido descubierta no tenía nada que perder y nosotros si.

Afortunadamente recapacitó, en el último momento giró el volante y pasó rozando la parte de atrás del auto.

Lo hizo para que el chofer no pudiera reaccionar y así tener la ventaja para escapar.

Después del derrape casi perdió el control pero lo recuperó para seguir avanzando.

—¿Qué hacen?, ¡Disparen!

Dijo Miriam para sopresa de todos.

Los guardias me miraron a mi esperando mi orden.

Yo dudé, no les autoricé porque me quedé pasmado, estaba en shock con eso.

Pero ella, mi amada Míriam tomó la iniciativa.

Le quitó el arma a uno de los guardias, se asomó por la ventana y comenzó a disparar.

Nuevamente ví todo en cámara lenta. El auto de mi ex novia se alejaba cada vez más.

De todos los disparos que hizo, Miriam logró dar uno en la parte de atrás del auto y otro más en una llanta.

Esta no se ponchó al instante, era muy resistente y solo tenía fuga de aire. A esa velocidad podía llegar lejos antes que se le terminara.

Aún así, yo me preocupé y sentí la necesidad de hablarle para que se detuviera antes de lastimarse.

—Asi que has venido tú en persona.—Me dijo en cuanto me respondió la llamada.

—Por favor detente. Lo más importante es tu vida.

—Lo más importante es mi misión y prestigio.—Hablaba con soberbia, era característico de ella.—Asi que voy a cumplirla aunque muera.

Debo reconocer que su valor era mucho. Siempre fue así de temeraria, yo no hubiera podido contra eso, afortunadamente había llegado una mujer a mi vida que era igual de temeraria.

—¡Acelerara carajo!—Le gritó al chofer quien de estaba dando vuelta para seguirla.—Es nuestra oportunidad de alcanzarla.

—Asi que esa mujer vino contigo.—Me dijo con un poco de burla.—Son tal para cual. Una mujer así se tendrá que conformar con lo que dejé.

La persecución siguió. Avanzamos a máxima velocidad sabiendo que en algún punto la alcanzaríamos.

Yo le seguí insistiendo que se detuviera pero no me hizo caso.

Llegó el punto más esperado, pudimos verla nuevamente de frente a nosotros. Poco a poco los acercabamos a ella y lo sabía.

—Por favor Esteban déjame ir.—Me suplicó al borde del llanto.—Es lo mejor para este país. Dentro de dos años te irás y será la misma mierda. En cambio, si me dejas, puedo lograr una negociación con mi gobierno para darte dinero, será mejor para ti.

Su propuesta era muy tentadora. Obtener riqueza y una nueva vida parecía una buena opción. Efectivamente era más de lo que yo obtendría cuando me retirara de la presidencia.

Pero no acepté, nada me iba a garantizar que ella pudiera llegar a un acuerdo después de liberarla. No tenía forma de garantizarlo.

Además, Miram había deja ir esa oportunidad antes de mi. Yo tenía que hacer valer su esfuerzo y tomar la misma decisión.

—Ya casi estamos, por favor detente.—Le supliqué con un tono fuerte.—Es la última oportunidad.

—¡Eres un estúpido!—Gritó antes de colgarme.

El resto de la escena fue dramática. La idea era alcanzarla y está vez ponernos enfrente de ella para chocarla. Sería un impacto mejor con el que les restariamos velocidad.

Pero no salió así, conforme nos acercamos, ella aceleró perdiendo el control de su auto. Los disparos que dió Miriam, habían cumplido su objetivo dañando el auto.

Mi ex novia perdió el control total y se estampó en unas rocas a un costado de la carretera.

No fue un gran impacto, pero si el suficiente para detenerse por completo.

Al percatarse, nuestro chofer se detuvo y derrapó para dar la vuelta. Mis hombres y yo bajamos preparados para someterla.

Pudimos avanzar solo un par de metros pues después de eso, el auto explotó con ella adentro.

Pude ver si rostro desconcertado, fue lo último que ví de ella antes que las llamas la devoraran completamente.

No nos acercamos por el peligro, pero una parte de mi había ido hacia ella deseando que no sufriera mucho.

Después de la explosión, mis hombres se acercaron para verificar la situación.

Sus señales fueron claras, ellos dijeron que no con la cabeza.

Estuve a punto de perderme en la desesperación tras esa noticia, pero Miram me detuvo. Se acercó a mi para tomarme de la mano, era su forma de darme consuelo.

Tardé varios minutos en reaccionar. Cuando lo hice, presioné muy fuerte la mano de Miriam y recordé por qué estábamos ahí.

Vino a mi mente el maletín rojo y toda la historia que me llevó hasta ese momento.

Corrí hacia el auto para yo mismo buscarlo y si ahí estaba. Las llamas no lo habían destruido porque era de un material muy fuerte, resisitió pero si no lo sacaba seguro se quemaria

Al fin tenía en mis manos el objeto que más me había costado trabajo y dolor para obtenerlo, incluso había perdido a mi novia...



#6909 en Novela romántica
#3240 en Otros
#607 en Acción

En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.