La nueva yo

Capítulo 3: Un milagro

Melissa:

—Por favor doctor, solo un minuto más—pidió mi madre llorando.

—Lo siento mucho—el doctor extendió su mano por encima del hombro de mi madre consolándola— pero ya llevamos más de una hora esperando. Es duro y la verdad nunca estará preparada en este momento. Lo otro es que si en cinco años su hija no ha salido del coma ya es muy difícil que lo haga—ella lloró aún más, con mucho sentimiento.

—Solo la abrazaré—dijo abrazándose de mi cuerpo y el doctor me quitó el oxígeno que llevaba puesto y procedió a desconectar todos los equipos que me mantenían con vida. Un largo pitido se escuchó en la máquina que marcaba los latidos de mi corazón y mi madre se echó a llorar cubriéndose los ojos. Tras medio segundo casi con ese tedioso sonido que parecía imdicar el fin de mi vida de nuevo se volvió escuchar como mi corazón se estabilizó y los pequeños sonidos intermitentes de la máquina que medía la frecuencia cardíaca que era la única que el doctor había dejado conectada. Y moví mi cabeza.

—¡Está viva, es un milagro! —el doctor y las enfermeras que lo acompañaban corrieron hacia mí. Yo abrí los ojos.

—¿Dónde estoy? —pregunté con dificultad mientras todo daba vueltas a mi alrededor y veía algo borroso. —¿Dónde están mis bebés? —no tenía mucha fuerza siquiera para hablar.

—Tuviste un accidente, estás en el hospital—pronunció el doctor. Mi madre se cubrió los labios llorando de felicidad. Mi vista se quedó fija en ella.

—Mamá... —balbuceé. Ella era la única persona que estaba allí, esperando por mí, rezando por mí, con la esperanza de que en algún momento iba a despertar. Era la única que me amaba de verdad y que nunca me abandonó quedándose cuando no tenía nada, cuando el mundo solo esperaba mi muerte mi madre esperaba que sobreviviera, que ocurriera un milagro y despertara del estado de coma en el que me encontraba.

—Melissa necesito que sigas mi lapicero con la vista—exclamó el doctor y obedecí. A medida que pasaban los minutos las cosas se concentraban un poco más.

—Me siento un poco mareada—pronuncié—¿Y mis bebés? ¿Y Cris? —pregunté mirando a mi madre en ese momento ni siquiera pensé que todo esto era culpa de Cris y que tuve ese maldito accidente al descubrir su infidelidad—mamá dónde están mis bebés. —ella solo lloraba sonriendo como si hubiera ocurrido un milagro.

—Es normal que sientas mareo y dolor de cabeza. Llevas mucho tiempo en coma...

—¿Y mis bebés están... Con mi esposo? ¿Dónde están mis gemelos?—pregunté agena a la realidad.

—Te pondremos un sedante, cuando despiertes podrás hablar con tu madre, tu frecuencia cardíaca es muy irregular y no conviene que te agites demasiado—fue lo último que dijo el doctor antes de inyectarme. Me quedé dormida un buen rato , par de horas y luego abrí los ojos, mi madre era la única persona que estaba allí a mi lado.

—¿Dónde están mis bebés? —fueron las primeras palabras que dije al despertar de nuevo, mi madre bajó la mirada pensando como explicarme todo lo que había pasado.

—Hija, han pasado cinco años—la observé confundida. —Los bebés, tus bebés que solo tenían tres meses de nacidos ya tienen cinco años . Estuviste cinco años en como.

—No, no puede ser—derramé una lágrima—¿Y ellos saben que estoy aquí? Preguntan por mí. ¿Cristhian les ha hablado de mí?

—Cariño—bajó la mirada—cuando tuviste ese accidente, tu esposo me quitó a los bebés y a los tres meses se comprometió con tu mejor amiga, ellos le han hecho creer a los niños que ella es su mamá. Esos pequeños no saben que existes. —cubrí mi rostro llorando, todo esto era culpa de mi esposo, había tenido ese accidente al descubrir su infidelidad con quién creí era mi amiga. Pero esto no se iba a quedar así yo iba a recuperar a mis hijos e iba a vengarme de esos dos desleales.




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