La nueva yo

Capítulo 6: ¿Un fantasma?

Llegué al funeral de Melissa y allí estaba su madre llorando frente al ataud, caminé y me acerqué colocando un ramo de flores en el ataud que era cerrado completo. En el fondo me alegraba de que fuera así. Me sentiría culpable si veía su rostro y revordaba que estaba allí por mi culpa. Me volteé y sentí el ramo chocar en mi espalda, y rebotar callendo al piso, como imaginé esa señora ya quería empezar a hacer papelasos. Una sobrina de ella que era muy amiga de Melissa sujetó sus hombros.

—Solo ignóralos tía todos nos miran—exclamó y la señora gracias a Dios le hizo caso y se sentó cerca del ataud. Yo caminé hacia el jardín de donde era el funeral. Habían algunas luces encendidas porque ya era de noche. Suspiré, Aurora se había quedado adentro conversando con una de sus amigas en común con Melissa. Yo empecé a caminar en el jardín, sonreí en un momento recordando la risa de Melissa cuando los pequeños sonreían o reaccionaban ante nuestro llamado, luego sentí de nuevo el tormentoso peso de la culpa. Me paré al ver la silueta de una mujer de espaldas a cierta distancia en la oscuridad, llevaba un vestido largo y el cabello suelto, por detrás era idéntica a ella. Caminé de prisa dando unos pasos para acercarme y cuando estuve a dos metros de ella mencioné su nombre:

—Melissa—pronuncié. Ella se volteó o me observó, triste, culpándome, llevaba un vestido blanco, hermoso, lleno de perlas blancas y la parte de arriba tejido, con mangas tejidas, el cabello caía en su rostro, un maquillaje claro pero bonito adornaba a su cara. Pero Melissa estaba muerta, entonces que demonios estaba viendo, un escalofrío tremendo recorrió absolutamente cada parte de mi cuerpo.

—Melissa—repetí a la par que mis labios temblaron, mi rostro estaba pálido y me quedé en shock, siendo incapaz de moverme. Sus ojos, sus ojos parecían estar vivos y me miraban acusándome, o me estaba volviendo loco o el fantasma de Melissa estaba aquí por mí, tal vez solo era el alcohol o mi conciencia que había comenzado a atormentarme por la culpa.

—¡Crish! ¡Cristhofer! —escuché la voz dr aurora tras de mí y me volteé, fue el único gesto que pude hacer y ella caminó hacia mí que me quedé parado inmóvil como un tonto y con el corazón helado, aún tenía escalofríos, puede que un poco de miedo.

—Melissa está aquí—pronuncié volteándome pero no había allí nadie más, solo estaba yo y mi mente que me había jugado una mala pasada.

—Por supuesto que está aquí, es su funeral, allí está en el ataúd—exclamó, yo tragué en seco. Había algo de ironía en su voz pero no era capaz de hablar bien todavía ni siquiera para reprocharle algo. —Estás pálido, parece que has visto un muerto. Te dije que no estuvieras bebiendo—agregó yo no hablaba, aún estaba paralizado.

—Ya ven, di algo ¿te sientes mal? Cris todos esperan por ti. Hablé con la prensa, ahora irás y dirás unas palabras en honor a tu difunta esposa—sonrió—debemos quedar bien, dejar limpio nuestro nombre. Si puedes llorar un poco para que sientan lástima por ti mejor y no olvides decir como tuviste que hacerte cargo tu solo con los niños en su ausencia y que yo te ayudé—suspiró complacida mientras yo me quedé quieto sin hablar.

—Me voy, no voy a seguir en este teatro—dije dando unos pasos—no me siento bien. —agregué y ella se arreguindó de mi brazo.

—¡Ya basta Cristhofer! Llevamos años hablando de lo que dirías en el funeral de Melissa y ahora parece que le tienes miedo, a una muerta...

—Cuidado con lo que dices—hablé enojado tomándola por la barvilla y obligándola a mirarme, en ese momento había perdido completamente la paciencia. —me parece que se te está olvidando con quien hablas, no olvides tu lugar Aurora—salí de allí enojado y el representante de mi empresa habló al verme llegar, por lo visto ya todo estaba preparado.

—Ahora nuestro CEO y director ejecutivo de la empresa quien también era esposo de nuestra querida Melissa dirá unas palabras en su honor. —agregó entregándome el micrófono en donde estaba y todos los presentes me miraron. En ese momento no tenía ya más ganas de hablar, menos después de lo que había visto hace unos minutos. Para ese entonces Aurora ya iba entrando al salón donde se estaba realizando el funeral.

—No es necesario que él diga nada—escuché esa voz que conocía perfectamente y mi cuerpo se tensó completamente. Una luz alumbró la parte oscura del salón y allí estaba Melissa, de pie, con la cabeza en alta y su hermoso vestido blanco—he estado callada por mucho tiempo, las palabras ahora las diré yo—agregó, Aurora cayó desmayada y no fue la única algunos caminaron hacia atrás, mi hermana se arrodilló y comenzó a rezar y unos cuantos comenzaron a murmurar, incluso a gritar y pedir perdón pir sus pecados. Yo me quedé allí mudo, sin poder mover un solo músculo y sin entender lo que pasaba mientras la prensa comenzó a grabar tanto a Melissa como la reacción de los presentes.

Hola... Parece que se han llevado un buen susto, la hora de la venganza de Melissa ha llegado... ¿Qué creen? He visto en los comentarios que preguntan si el libro pasará a suscripción y no es mi intención engañar a nadie, puede que sí, de igual formas aunque pase a suscripción el libro hay varias formas de continuar con la lectura... Saludos




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