La obscuridad en sus ojos

Capítulo 12

- ¡VANESSA CON UN DEMONIO SAL YA ¡- grita una vez más James y parezco una magdalena y Kenya está más que furiosa, camina como loca por toda la sala.

 

- ¡SUELTAME! -escuchamos y creo saber por qué.

 

- Will…-susurro, corro a la puerta y la abro, y veo a Will allí sosteniendo a James por el cuello.

 

- ¡WILL NO! -grito y corro para separarlos.

 

Puedo ver como los ojos de Will se han tornado rojos, lo abrazo para que lo suelte no quiero que se meta en problemas por mi

 

- Por favor-le digo y el asiente y lo deja, al girar su rostro veo que su labio está roto.

 

-Esto no se quedará así Vanessa un día estarás sola-die James antes de salir.

 

- ¡No lo creo! - grita Will.

 

(…)

 

Estamos en la sala y curo el labio partido de Will, se encuentra furioso lo veo en sus ojos, Miquel llego después de todo lo que paso y Kenya está muy molesta con él, así que les pedí que se fueran para que a mi chico no lo pusieran aún más de malas.

 

- ¿Estás bien? -pregunto.

 

-Si-contesto muy tajante.

 

-Si estas tan molesto será mejor que te vayas – digo y comienzo a subir a mi habitación, pero en un abrir y cerrar de ojos lo tengo de frente, a veces olvido que es un vampiro.

 

- ¿A dónde vas? -creo que está molesto y al verlo siento miedo.

 

- A mi habitación, me permites –conteste molesta para que no notara mi miedo.

 

-No – se le dibuja una sonrisa maliciosa en el rostro y me carga al estilo de costal de papas y me lleva hasta mi habitación.

 

-Will bájame-grito entre risas, me fue imposible no contenerlas.

 

Al llegar a mi cuarto me recuesta sobre la cama y se postra encima de mí, veo una gran sonrisa dibujada en su ostro y no sé si es por la situación o porque será.

 

- ¿Qué pretendes-pregunto?

 

-Nada, ¿Qué no piensas agradecer que te allá salvado?

 

-Usted disculpe, pero como estaba demasiado molesto no lo hice- ruedo los ojos.

 

-bueno ya no estoy molesto así que puedes agradecerme ahora.

 

-bueno, muchas gracias por venir a rescatarme-deposito un ligero beso sobre su mejilla.

 

Sus ojos cambian de color al regresar mi mirada a la suya, ahora se tornaron color ámbar y debo decir que se ven hermosos.

-no fue nada, yo aria cualquier cosa por ti y eso lo debes tener muy presente – una de sus manos pasa a mi cintura y la otra sostiene mi mejilla, baja la vista a mis labios y se lo que piensa así que no hago esperar lo inevitable y acorto la distancia uniendo nuestros labios en un apasionado beso, baja ambas manos a mi cadera y yo rodeo su cuello con mis brazos y me levanta ligeramente de la cama para subir un poco más en esta y yo rodeo su cintura con mis piernas, si algo va a pasar que pase ya, lo deseo demasiado en este momento.




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