La Obsesión del Rey

|1: ¿Quién es Kisha Courtier?

 

 

 

1.¿Quién es Kisha Courtier? 

 

 

 

 

 

 

El día era hermoso cuando Millicent rompió aguas dando inicio al parto de su primera hija.

Las primeras nubes se asomaban cuando Robert corrió escaleras abajo completamente desesperado alertando a todos los trabajadores de su casa.

Pues la señora de la casa había entrado en labor de parto.

Un  asustado Robert y una irritada Millicent partieron rumbo al hospital en compañía de una de sus más fieles sirvientas, Marie.

Millicent podía jurar que ese sería el último hijo que tendríaz no volvería a pasar por el dolor que estaba sintiendo en ese momento nunca más.

Su esposo se mantenía a su lado, un poco pálido pero siempre a su lado. Fueron  tres horas en las que su joven marido jamás dejó de susurrarle que lo estaba haciendo bien.

La nueva señora Courtier solo pudo relajarse y dejarse caer sobre la camilla cuando el llanto abrasador de su hija inundó la sala de parto.

Su grito era fuerte pero no aturdido.

Robert podía jurar que nunca había escuchado un llanto tan melódico. Era su bebé, su pequeña.

Tras ser lavada y envuelta en una manta lila, la pequeña recién nacida fue entregada a su padre quien la sostuvo como si se tratase de una pieza de cristal que pronto podría romperse.

Caminó lentamente mientras la mecía de un lado a otro en un vaivén suave. Su esposa lo admiraba desde la camilla agotada, sudorosa, pero sonriente. Después de meses de espera al fin podía deslumbrar lo perfecto que se veía su esposo con un pequeño bulto entre sus brazos.

El señor Courtier dejó a la pequeña en el pecho de su esposa haciendo que esta comenzará a llorar de nuevo. 

—Tranquila mí bello amor no me he ido, estoy aquí — dijo en un susurro apenas perceptible. Pero fue suficiente para que la menor se callara.

Sin dudas la bebé ya había escogido a su favorito, y era su padre.

 

 

 

 

 

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Un año, esa era la edad que cumplía la pequeña Kisha Kösem Courtier.

Ese día 15 de febrero se celebraba el primer año de vida y el bautismo de la más joven del linaje Courtier.

Su madre iba de aquí para allá corroborando que todo estuviera como debía ser, los arreglos florales que decoraban la casa, las guirnaldas que se esparcían por todo el jardín, las sillas y las mesas decoradas con telas blancas y una franja lila.

Globos de colores, mesas con comida y sobre todo juegos infantiles y animadores contratados para entretener a los niños y también a los adultos.

Robert alzaba a Kisha haciéndola volar como un avión. La pequeña pelinegra reía y chillaba feliz llenando el corazón de su padre.

—Robert por favor ten cuidado de que no se despeine me costó demasiado peinarla. — lo regañó Millicent  mientras bajaba el vestido de su hija que se había subido entre los pequeños vuelos que su marido daba con la niña.

—Está bien cariño, no te preocupes. Mira lo feliz que está. ¿No te llena de gozo verla reír? —preguntó parándose junto a su esposa.

—Por supuesto que si, su risa siempre llenará mí corazón —los ojos de Millicent brillaron al contemplar a su hija.

—Ella siempre será nuestra alegría Millicent —acotó Robert besando la frente de su esposa.

—Siempre.

—Los pretendientes le lloverán cuando sea una jovencita, su sonrisa es encantadora y es tan preciosa — la mujer tomó su mano acariciándola.

—No, ella siempre será la niña de papá, ¿verdad que si pequeña?

Millicent sólo río ante las palabras de su esposo. Era claro que siempre sería la niña de papá sin importar su edad.

 

 

 

 

 

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La pequeña Kisha de seis años saltaba de alegría por toda la casa a pesar de las súplicas de su madre y su niñera para qué dejara de hacerlo. La castaña simplemente las ignoraba

Ese día era muy especial para ella.

Puede que después de años de ser hija única, se le cumpliría un sueño. Tendría dos hermanos mayores. Los cuales jugarían con ella y a los que podría darle amor, por fin ya no estaría tan sola en aquella inmensa casa.

La puerta principal se abrió y la pequeña de cabellos castaños, e inflados cachetes corrió y saltó a los brazos de su padre quien la cogió y la hizo girar por el aire, tal y como siempre que llegaba del trabajo. Solo que está vez no venía solo.

Un niño de diez años y joven de quince venían junto a él cargando sus maletas y algún que otro bolso.

—Kisha te presentó a los nuevos integrantes de la familia. Tolomeo el mayor —señaló a un joven de contextura maciza y cabello negro azabache— y Sirius el menor —señaló al niño que era más bajo y escuálido, su cabello era más claro que el de su hermano y a diferencia del mayor le dedicó una sonrisa que Kisha correspondió.

—¡Al fin voy a tener hermanos con quien jugar! —chilló feliz la niña que pronto fue arrebatada de los brazos de su padre por su madre.

—Bueno dudo que Tolomeo quiera jugar contigo princesa, pero estoy segura que se llevarán bien. — la mujer le sonrió a su hija y luego miró a los muchachos— Pasen, Ethan llevará su equipaje a sus habitaciones, espero que se sientan bienvenidos y que todo sea de su agrado.

Kisha pronto entendió por qué los jóvenes estaban en su hogar y le entristeció saber que habían perdido a sus padres en un accidente y que sus Padres cómo eran cercanos a la familia y sabían que no tenían a nadie más los habían cobijado bajo su ala sin siquiera pensarlo.



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En el texto hay: traicion, guerras y dramas, romance +18

Editado: 19.04.2024

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