La oportunidad de un para siempre

06: No podías ser tan perfecta.

CAPÍTULO 6

No podías ser tan perfecta.

Estábamos saliendo de la universidad; y digo estábamos, porque Héctor se ofreció a llevarme. Nos dimos cuenta que los días Viernes teníamos el mismo horario, aunque obviamente diferentes carreras universitarias.

-Sigo sin entender cómo explotaste el laboratorio. -Dijo Héctor por enésima vez de lo que iba de trayecto al estacionamiento.

No sé si ya lo había mencionado antes, pero la universidad quedaba a 10 minutos en coche de la residencia, así que cuando caminaba me tomaba hasta 20 minutos.

-Y yo sigo sin entender cómo no captas que me distraje -Me estresé.

¿Y con qué te distrajiste - Cuestionó mirándome con un deje de diversión en su cara.

-Con nada. -No miento cuando digo que tenía las mejillas rojas de la vergüenza; porque me distraje con una reverenda tontería.

-Es que de verdad, tremendo susto te llevaste.

-Sí, poco más y salto a la luna. -Ironicé.

Cuando salimos del parking de la universidad, Héctor conectó su teléfono al auto para escuchar música de Spotify.

-¿Quién en su sano juicio escucha Reggaeton? -Fruncí el ceño apenas escuché la música que estaba poniendo.

-¿Y qué se supone que tengo que escuchar? -Me miró fingiendo estar ofendido y pausando su música.

-¿Que sé yo?

-Tu eres la que está surgiendo sus gustos musicales para criticar los míos. -Rodó los ojos con diversión mientras ponía el coche en marcha.

-Capaldi o Finneas por ejemplo -Dije con orgullo. -También está Taylor.

-Eso no es para mí. No me llama mucho la atención mirar a una señora que se cree de 16 cantando cancioncitas de amor y despechado. -Atacó sin mirarme

-¿Cómo osas hablar así de ella? -Lo miré ofendidísima.

¿Acaso no apreciaba su vida?

-No se trata de eso, simplemente no me es recíproco escuchar a alguien que no aprecia buena música -Se alzó de hombros.

Y ya está, no apreciaba su vida. Al ver que yo no decía nada me miró cuando un semáforo se puso rojo y en su cara se formó una sonrisita de satisfacción.

-Toma - me tendió su teléfono.

-¿Qué? -Lo tomé dudosa.

-Era broma, respeto tus gustos - dijo dejando de mirarme, aunque nunca dejó de sonreír - Porque bueno... Igual no podías ser tan perfecta. -Rodé los ojos divertida por lo último que dijo.

-Adelante, pon la música que desees. -Dijo volteando a verme menos de un segundo.

-Gracias. -Sonreí triunfante.

Si quería hacerlo cambiar de opinión, tenía que poner una de mis canciones favoritas de Taylor, ahora ¿Cuál ponía si todas me encantaban? Al final decidí poner Enchanted; sí, un clásico.

Si no le gustaba, me bajaba de ese coche y dejaba de hablarle.

-¿Qué es eso Valeria? -Me miró con los ojos entrecerrados. -No sé cuál es el objetivo de perder tu tiempo poniendo canciones en gringo, cuando sabes que no las voy a entender. -No pude evitar reírme.

A ver, yo sabía que el no hablaba inglés; pero solo bastaba con que escuchara los estribillos de la canción para que le gustara, la verdad.

-Deberías apreciar que estoy compartiendo contigo una masterpiece. No cualquiera, ¿Eh?

-¿Mastir qué? -Me reí a mis adentros porque me dio risa como lo pronunció.

-Olvídalo. -Negué divertida. -Y escucha esta obra maestra.

-Es que no sé si se inventan un nuevo idioma, hablan en chino mandarín o en guaraní, de verdad. -Negó con una pequeña sonrisita mientras me veía de reojo.-Pero cuéntame, ¿Porqué te gusta tanto? - preguntó.

Me quedé analizándolo unos segundos para ver si notaba una pizca de burla en su rostro, aunque lo único que encontré fue verdadero interés.

-Bueno, realmente es porque........ -Sí, soy de esas personas a las que les preguntas algo, y te arrepientes porque después nadie las para; pero él nunca demostró eso.

Y así, nos quedamos hablando del tema. Como nos entretuvimos tanto, al final desvió su camino porque me había invitado a almorzar. En un breve resumen, le había comentado cómo empezó mi fanatismo por las músicas de la cantante y las canciones que más me gustaban.

-Ya veo...... Si es así, voy a escucharla para ver si cambio de opinión; lo dudo, pero igual haré mi mayor esfuerzo -Mencionó en medio de la conversación.

-No te arrepentirás de darle una oportunidad. -Asentí victoriosa - Y ¿Qué tipo de música escuchas tú?

-Mira, yo escucho...............

Y así seguimos hablando otra hora más sobre la música que él escuchaba, la cual sorprendentemente, era música que no me disgustaba tanto; porque eran las típicas que escuchabas en un día de fiesta con amigos.

-Y así. -Culminó diciendo - Pero bueno, ¿Qué hobbies tienes? -Preguntó.

-Realmente amo leer y escuchar música; nada nuevo ni mucho menos del otro mundo -Le resté importancia.




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