La Orden de las Sombras: Mentiras

CINCUENTA Y CUATRO

 

Londres.

—¿Dónde está su cuerpo?

Habían pasado quince minutos desde que Sarah había visto el video de la muerte de su hermana y esa era la primera pregunta desde ese momento. Frente a ella estaban Nikolái, Thomas y su abuelo, Efraín.

—Cuando llegamos a la escuela se lo habían llevado todo —respondió este último con voz firme.

—¿Cómo saben que está muerta?

Nikolái frunció el ceño confundido y decidió intervenir.

—Acabas de verlo Sarah.

Ella negó con la cabeza.

—La sangré hallada en el lugar coincidía con la de Emily, cariño.

—¿Dónde está Cameron, Beatriz y los demás?

—Escaparon.

Las lágrimas cayeron por los ojos de la chica, pero ella no se inmutó.

—¿Podemos hacer una ceremonia? — cada vez que pestañeaba más lágrimas caían de sus ojos azules. — Necesito un lugar al que llevarle flores, no puedo solo aceptar que Em ya no está.

Los tres asintieron y Efraín pensó en lo egoísta que había sido. Nunca había pensado en Sarah y en su necesidad de sepultar el recuerdo de su hermana.

Sarah salió del despachó de su abuelo con las imágenes de la muerte de su hermana dando vueltas por su cabeza. La imagen inerte de Emily, colgando de sus brazos y la sangre goteando, casi parecía una película de terror. Ojalá lo fuera, eso significaría que su hermana estaba viva.

Sacó su teléfono y comenzó a llamar a todos sus amigos, Emily merecía ser recordada y merecía un último adiós.

 




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