La oscuridad de la Corona

Capítulo 2: El plan suicida

Cerré la puerta a mi espalda, mis pasos resonaron por la pequeña sala de estar y en silencio observe la cabellera castaña de mi joven compañera de casa. La pequeña Emma se encontraba sentada en el suelo medio inclinada sobre la mesita de la sala, aparentemente dibujando algo.

—¡Hola Vip!

—Hola pequeña…

Tome asiento en el desgastado sofá de la sala, inclinándome para poder observar aquel dibujo al que la jovencita le ponía tanto empeño, Un hermoso atardecer era lo que entretenía a la niña, sonreí divertida cuando note que intercambiaba con rapidez los lápices de colores para lograr un degradado casi perfecto.

Volví a mi posición inicial dejando mi espalda recostada en el sofá y mi vista en la pared frente a nosotras.  Un rostro que me resulto de lo más conocido fue lo primero que vi, la chica de la fotografía tenía su cabello platinado  recogido y algunos mechones de este se encontraban sueltos, dándole un aspecto elegante. Se encontraba mirando a un lado y desde aquí podía notar como sus ojos expresaban miles de sentimientos.

Detalle su rostro, admirando la belleza de la joven, hasta dejar mis ojos posados en el collar que llevaba puesto. Era una reliquia de la corona, conocido como “La lagrima de la luna” por su color azulado y la forma en la que reflejaba la luz.

Sin duda era un retrato hermoso de la princesa.

 —¿Te gusta?

Mi cabeza instintivamente se movió asintiendo como respuesta a aquella pregunta. No sabía realmente por qué pero aquella princesita tenía algo que llamaba mi atención de una manera que era poco normal. Tal vez era e color de sus ojos grises que parecía poder mirar por horas o la delicadeza y amabilidad con la que sonreía a algunas personas cuando se encontraba en la calle.

—Hablo del dibujo, no de la princesa

—Tu dibujo también me gusta Emma, tienes talento

Le di una sonrisa divertida a la vez que ella hacia un gesto egocéntrico,  no era secreto para nosotras que aquella princesita tenía algo que llamaba mi atención pero en vez de volver a dejar que mis pensamientos divaguen otra vez en ella, preferí cambiar el rumbo de la conversación.

—Ya que tanto quieres hablar, ¿Conseguiste lo que te pedí?

—Por supuesto, sobre la mesita se encuentra tu invitación al banquete real… ¿Si sabes lo que tienes que hacer?

Reí apenas asintiendo, para ser una adolecente Emma entendía bastante bien cómo funcionaba nuestro mundo, como funcionábamos nosotras y que todo lo que hacíamos tenía una razón y una consecuencia.

Comencé a hablarle mientras me ponía de pie para buscar la invitación.

—Para comenzar tu trabajo era conseguir que alguna o ambas entremos a esa fiesta ya que es nuestra única oportunidad de estar cerca de Sophia y del collar que portara en su cuello…

—¡Y te acercas para conquistarla! Y así  vivirán felices por siempre

Su voz deja salir un tono soñador… Como si nuestra vida sea tan fácil…Como si pudiéramos enamorarnos y simplemente ser felices, suspire mientras negaba y me limitaba a seguir hablando.

—…La idea es que estando cerca de ella en algún momento en el que este descuidada poder arrebatarle el collar, después viene lo más difícil que es salir de alli sin que nadie sospeche… Y por último…

Cuando menos me lo espere volvió a interrumpirme con la diferencia que ahora mismo toda su atención estaba en mí. Su postura era encorvada y su mirada reflejaba tristeza y preocupación, los mechones de cabello caían descuidadamente sobre su rostro, apenas ocultando sus cejas fruncidas y labios ligeramente temblorosos.

Lo que más había llamado mi atención eran sus ojos,  los cuales normalmente vibrantes, llenos de sentimientos ahora parecían opacos, como si hubieran perdido un poco de su brillo característico.

—¿Por qué seguimos con esto Viper? ¿No podemos simplemente dejarlo?

Con pasos suaves me acerque a ella, al llegar a su lado con delicadeza me arrodille para estar a su altura y  extendiendo los brazos la envolví en un abrazo cariñoso a la vez que le daba un beso en la frente. Sentí como se aferraba a mi cuerpo, trataba de mantener controlado los pequeños temblores de su cuerpo  por lo que suavemente fui acariciando su espalda.

—No me gusta que te expongas tanto por las dos…

—Te prometo que esto será el último trabajo que realizare… Y después cuando seamos libres  me encargare de que seas feliz dibujando

—¿Y no es opción mandarle una carta, explicarle la situación y que nos ayude?

Le di un último apretón con mis brazos  antes de negar y con una sonrisa darle muchos besos desparramados por su cara haciendo que riera.

—Vamos termina tu dibujo y yo termino de planificar esto. Deja que yo me ocupe Emma…

—¿Y a partir de mañana a la noche seremos libres?

—Hare todo lo posible para que sea así

Al separarnos  Emma volvió a concentrarse en su dibujo mientras  yo me quede cerca de ella pensativa. Ahora solo quedaba esperar a la siguiente noche para entrar al castillo, buscar la forma de encontrar sola a la princesa y arrebatarle el collar… Y así de esa forma la deuda con el Sr. Regalis estaría saldada y podría asegurarme de darle una buena vida a mi hermana

Anthony Regalis, el idiota que nos había ayudado cuando nuestros padres murieron y Emma era muy pequeña, nunca podría  haber imaginado que terminaríamos en una situación así… Con el cobrándome todo y amenazando con dejarme sin nada.

Era un plan suicida  nadie intentaría robar en la cara de la raleza sin pensar que probablemente salga sin vida. Para mi mala suerte tenía que salir de allí sana y salva, por mí, por Emma y por un buen futuro juntas

¿Qué podría salir mal?




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