La Oscuridad del Cielo

Capítulo 1

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ADVERTENCIA

Este libro tendrá a continuación:

Lenguaje Inadecuado, Escenas de Sexo Explícito, Adicciones por consumo de drogas, Violencia, Uso de Armas, Descripciones Sangrientas, entre otros similares.

Todo lo que se hablará o suceda a continuación es ficticio. No romantizo ningún acto o desición tomada por parte de los personajes de esta historia.

Sí aún así quieres adentrarte en este mundo... eres bienvenido. (⁠。⁠•̀⁠ᴗ⁠-⁠)⁠✧

Novela 100% original mía, no permito adaptaciones ni copias antes o después de ser finalizado el libro. 2024.

Capítulo 1 “Yace de entre las sombras”

No es de extrañar que siendo esto lo poco que queda les sea tan difícil confiar en alguien nuevo. La nieve en el lugar solo hace que todo sea aún más tétrico.

Los pasos de el grupo de personas pisan mis talones. Ellos no me quieren aquí, y yo no quiero quedarme aquí. Tienen un punto lo sé.

Cuando el profesor Clyde dijo que debía emprender un viaje hacia lo desconocido jamás imaginé que algo como esto era lo que él planeaba para mí.

Tengo la certeza de que donde sea que esté ahora, está pensando en que fue lo mejor sin embargo yo tengo dudas de eso.

El frío invernal no es precisamente para lo que fue diseñado mi traje. Mis botas desgastadas de tanto caminar, la parte inferior de mis pantalones rota por la caída del acantilado.

Ni siquiera recuerdo porqué estaba ahí. Ellos siguen murmurando cosas que no entiendo.

uno de ellos propone llevarme con el que supongo es su líder. Este hombre albino de piel pálida, ojos grises casi amarillos, lleva en su espalda unas esplendidas alas blancas.

No me sorprende, luego de haber visto con mis propios ojos demonios salir de las grietas en la tierra ya nada me sorprende.

Quizás sea el apocalipsis o el fin del mundo, el día del juicio, no lo sabemos.

Llegamos a una cabaña en medio de más nieve. Dentro el jóven que me encontró me entrega una manta. Por fin entraba en calor.

El lugar era acojedor, rústica, con una fachada vieja. Si no hubiera visto las luces diría que es una cabaña abandonada.

Los demás se dispersan mientras se alejan. Los escucho hablar de una iglesia cerca de un pueblo a las afueras del bosque dónde planean hacer una visita.

Hablan de rutas, vigilancia y comida. Hacen equipos para luego marcharse.

—Chica nueva.

Los ruidos fuertes o mínimos me hacen daño, mi cabeza aún sangraba por lo que a diferencia de una persona en perfecto estado simplemente hubiera contestado un “¿Qué?” pero yo no. Porque mi cabeza dolía demasiado y su llamado solo hizo que me diera jaqueca.

—Como sea.

No logro descifrar sus ojos ni lo que quería saber.

Sale de un cuarto un hombre alto, de espalda ancha y ropas negras. Este parece ser un humano.

«¿Su líder es un humano?, ¿porqué?, ¿no se supone que la mayoría son seres inmortales?»

Camina hacia nosotros con la vista fija en mí.

—¿Quién eres?

—No ha querido hablar en todo el camino. Yo digo que lo mejor es que descanse, ya mañana hablas con ella. Además, está por anochecer.

—Bien. ¿Los demás se fueron de caza?

—Fueron a la iglesia. Les tomará más tiempo por la seguridad y eso.

—Bien. Te encargarás de ella. Yo debo ir a la torre biblioteca, necesito encontrar la manera de abrirla. Los libros que hay ahí son de suma importancia, puede que logremos hallar alguna pista.

El albino asiente.

Ambos se retiran pero el chico si vuelve. Me toma del hombro levantándome—Te llevaré a una habitación, ahí puedes bañarte. Te buscaré ropa de Luisa. Seguro te queda.

Y error. Porque cuando llegamos la ropa me quedaba ancha de la espalda. Todas las camisetas o blusas tenían agujeros específicos.

—Vaya... olvidé, el detalle de las alas.

Al mirar en el espejo mi espalda se veía fatal, arañada, golpeada, rojiza.

—¿Tienes un nombre?

—¡Oh!, entonces si puedes hablar —me encojo de hombros—Soy Tyler.

—Yo soy Kate.

—Sí. Ya lo sé, créeme—baja la vista analizándome de arriba abajo—Descansa. Si tienes algún recuerdo de cómo llegaste aquí no dudes en decírmelo.

Asiento.

Tratar de recordar será todo un desafío porque lo único que recuerdo es estar en el hotel en Tailandia.

Lo sucedido con los huéspedes, los gritos, las sombras, los demonios, la sangre.

La gente corriendo, todos pidiendo auxilio. Las personas explotando o despellejadas en la calle. Los órganos volando, las tripas molidas, los huesos en las casas.




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