Sofía
Se abre la puerta, y para mi sopresa...Malena. Viene hacia a mi y la abrazo con tanta felicidad que me llena el alma, Dylan me mira serio, y Aldana feliz.
Ésta niña es adorada. La bajo de mis brazos, y veo en su bracito una cicatriz como si le hubieran cocido, recuerdo haber visto la misma cicatriz antes.
Con curiosidad levanto mi vista y miro a Aldana.
-¿Dónde estaba?-pregunto.
-No nos quisieron dar información- me responde y la miro tratando de entender. No, claramente no entiendo cómo no le dijeron donde se encontraba la niña.
Dylan va hacia la cocina y yo lo sigo con la intención de aclarar las aguas.
-¿Vas a seguir así?- cierra la heladera y me ignora.- Pues, déjame decirte que eres un niñato, ¡Ya! ¡¿Hasta cuando vaís a seguir!?- le pregunto fastidiosa. Se da vuelta y me arrincona contra la mesada, me mira desde arriba tratando de intimidarme... pues, soy mucho más bajita que él.
-¿Cómo querés que esté después de todo lo que pasó?- me pregunta seriamente, puedo ver cómo está dolido o molesto con todo lo que está pasando.
- Sofía, está todo bien, estoy un poco cansado- Genial, pienso.
Volvemos a la cocina y recuerdo ver esa cicatriz en Julián y en...Aldana. Joder.
-¿Sabéis donde está Julián?- le pregunto a ambos y Dylan me mira como si no le gustara mi pregunta y luego los tres nos miramos sin entender ya que Julián debería de estar aquí.
Julián
Joder, lo último de la valija, al fin ya casi termino de desempacar. Guardo la última muda de ropa... espero que todo esto acabe pronto, no traje dinero como para un año. Y tampoco traigo los cojones para aguantar al tonto de Dylan.
Suspiro, cojo las llaves, cierro la habitación y camino por el pasillo hasta llegar al ascensor. Éste se abre y cuando quiero entrar... ¡Zas! choco a la misma tía de la otra vez, en ése momento nuestras miradas se cruzan pero como un gilipollas le derramo el café ensima, ésta apenas se queja.
-Disculpa Bonita, que no te eh visto- Se limpia el pullover, me mira molesta.
-No, no... no pasa nada, quizá con un poco de agua sale- ¿Es enserio? Pensé que me daría una bofetada. Éste es tu momento Julián.
-Lo siento...te has quedado sin el café, dejame repararlo, mañana por la mañana te espero en el café de la esquina...- la miro tratando de adivinar su nombre.
-Lorena, Lorena Buzzo.
-Vale Lorena bonita, pues...si no vienes, lo tomare como que te has ofendido, házmela fácil...-me mira desafiante y asiente.
-Si, por cierto, podría ser por la tarde, a eso de las 17 hs ¿te parece bien?- me mira con esa carita angelical y me sonríe. Eres brillante Julián, ¡Que tío más increíble eres!
-Perfecto-respondo, y sigue su camino.
Tiene un tono de voz tan dulce, y és guapísima, su pelo colorado lleno de rulos, sus ojos claros, su perfume, su manera de vestir... que cabrón, que tío mas cabrón al derramar el café.
Suena mi móvil, lo cojo, Sofía.
-Sofi...
-Juli, llegue a casa y no estabais, ¿dónde te has metido tío? - pregunta curiosa.
-Olvide de escribirte, vine al hotel a desempacar mi ropa que todavía no lo eh echo... ¿todo en orden?
-No lo sé...
-¿Es por Dylan no? Si quieres quedamos en algún sitio y hablamos mas tranquilos.
-¡Dylan es un cabrón!- grita enojada y me río- igual... no es eso, algo muy extraño esta pasando, encontraron a Malena y tiene tu misma cicatriz al igual que Aldana... en su brazo.
-Me alegra saber que encontraron a la niña, pero no me alegra lo de la cicatriz, joder. Estoy seguro que fueron a por Malena, no sé para que, pero resulta que está marcada... Ya salgo para allá- corto la llamada, salgo del hotel, camino y me tocan el hombro, me doy vuelta, una señora muy mayor la cual se ve en muy mal aspecto me habla.
-¿¡Tu me ves verdad!? ¡Soy real y lo de mi alrededor también!- Quedo sorprendido al escuchar sus palabras, miro a mi alrededor, es una mierda, una puta mierda, la ciudad esta echa un asco...edificios en muy mal estado, rotos, pareciera que hubo una bomba y destrozo todo... los tres escalones del hotel son tres cuerpos apilados, mierda me da escalofríos, me agarro la cabeza, mi vista se distorsiona y varias voces me dicen:
"Créeme" repetidas veces, me acojono, lloro, ¿Que cojones esta pasando aquí? ¡Estoy enloqueciendo! ¡Tengo miedo, de verdad tengo miedo!
- ¡Te están engañando ! ¡Lo que vives no es real!- la mujer grita con desespero.
Camino hacia atrás y luego me doy la vuelta para echar a correr. Corro muy rápido, la vista se me nubla, me mareo, freno y trato de respirar, abro los ojos y está todo normal.
Oriadna
No paro de pensar en lo ocurrido mientras llego a la casa de Ciro, la angustia me pesa y tengo miedo, mucho miedo.
Mi cuerpo recorre escalofríos.
Allí están, Ciro sigue igual o peor no lo sé, y Alan trata de reanimarlo.
- ¿A dónde fuiste?-Me pregunta Alan. No respondo, abro mi bolso y saco unas jeringas, me agacho a su lado.
- ¿Pero qué..? ¿De dónde sacaste eso? Amor, no jodas. - Alan ya nervioso y yo no le doy importancia, preparo las jeringas.
-Amor, ¿Pero qué mierda? ¡Está agonizando, y eso es droga! -Súper nervioso- ¡Oriadna dejá eso la puta madre!- Alan ya sacado, me grita a la vez que palmeo el brazo de Ciro y lo inyecto.
-¡Basta!- grito llorando- ¡Dejame en paz! ¡La necesita!
Alan clava la mirada en mis ojos, una mirada fría y asombrada, creo que no entiende lo que está pasando, Ciro poco a poco se va recuperando, suena el celular de Alan, éste atiende, me mira , tapa el audífono y me dirige la palabra.
-Es Sofia, ¿Que le digo?-
-¿Está con los chicos?- le pregunto.
-Creo que s5i, pregunta por nosotros- Explica.
-Que no se entere de ésto, dejala tranquila - Digo muy nerviosa.
Alan se va afuera mientras sigue hablando por teléfono, me tapo la cara y suspiro poniéndome de pie, de solo recordar lo que pasó siento un nudo tan pesado en la garganta, que siento que me voy a morir, me doy vuelta y Ciro se esta poniendo de pie...no se lo ve tan bien, amaga a hablarme pero estoy tan llena de bronca y miedo que le gano de mano.