La partida sin adiós

Capitulo XIV (Fin)

Y para cerrar todo aquel capítulo, me había planteado algo súper loco; supongo que no era tan fácil terminar con algo que había tocado cada parte de mi ser. Sabía que no me podía seguir aferrando a algo que ya había terminado.

Después de pensarlo todo un mes y de que Nicole me hubiera amenazado de muerte si le volvía a hablar, me decidí a hacer todo lo que un tonto enamorado haría, sí, hablarle a tu ex.

A continuación les invito a leer lo que le había escrito...

"Daniela,

Quiero despedirme de ti de una manera especial, y siento que un simple mensaje no bastaría para todo lo que quiero decirte. Me encantaría llamarte en fin de año, no para volver, no para aferrarme, sino para darte un último pedacito de mi corazón.

Fuiste una parte hermosa de mi vida, y aunque nuestros caminos ya no se cruzan, quiero que sepas cuánto te valoro y cuánto te quise. Este adiós no es fácil, pero siento que es necesario, para que podamos seguir adelante sin sombras del pasado.

Quiero que esta despedida sea nuestra manera de cerrar este capítulo con cariño, con respeto y con amor. Si estás de acuerdo, dime cuándo podría hablar contigo ese día.

Con todo mi corazón...

Ese mensaje fue enviado el día 31 de diciembre del 2024, a la 1:30 am, sí, una hora lo suficientemente tarde como para que revisara el mensaje en ese momento.

Al siguiente día la respuesta llegó, y la respuesta fue un sí, lo que provocó gran locura en mi ser. Habíamos acordado que la llamada sería a las 11 de la noche, una hora antes de que el año 2024 terminara.

Llegué a la casa de una tía a las 10:30 para la cena. Me apresuré al comer el pavo, tanto así que puedo decir que ni siquiera disfruté su sabor. A las 10:55 pm, subí a la terraza de la casa, mismo lugar en donde sentía el doloroso frío en carne viva. El clima no estuvo a mi favor y, aparte de todo aquello, yo no había llevado mi saco por el apuro, pero me resigné al frío de la noche.

Pregunté si podía llamarla, a lo que ella inmediatamente contestó que sí. La llamé, y mientras sonaba el timbre de llamada, yo me ponía cada vez más ansioso; cada segundo mi corazón palpitaba tan rápido que sentía que explotaría.

Contesto y pude escuchar aquella dulce voz. La conversación comenzó a surgir, yo caminaba ansioso por el patio húmedo y lleno de agua de la terraza, mojando mis zapatos y provocando que se empaparan mis medias y el frío comenzara a recorrer mis pies.

Hablamos de todo, recordamos aquellos tiempos en los que salíamos, hicimos cuenta desde cuánto tiempo habíamos salido y notamos que un poco más y hubiéramos completado el año, pero no fue así; ahora esas cosas ya no tenían importancia.

Nos planteamos los problemas que tuvimos, y nos dimos cuenta de que cada gusto y cosa del otro se nos había pegado. Ella extrañaba que la regañara por no desayunar, y yo extrañaba regañarle por no desayunar, dedicarnos músicas que amábamos, decirnos buenas noches y buenos días, y un sin fin de cosas como esa.

Eran las 11:30; sabía que ya mismo darían las 12:00 y así el año se iría, y con ello ella también lo haría. Sabía que debía terminar, entonces para concluir le pedí disculpas por aquellos momentos en los que llegaba ebrio y le decía un montón de cosas de las cuales me arrepentía al siguiente día, por portarme tan inmaduramente hasta tal punto que parecía un idiota rogando amor.

Le deseé que encontrara un mejor hombre que yo, a lo que ella contestó con la voz entrecortada que no podría hacerlo porque no había nadie más, y entonces mi corazón se derrumbó, y respondí que no había alguien como yo, pero habría alguien mejor. Le dije cuánto la amaba, tanto así que le dediqué aquella frase que todo fan de Marvel sabría...

Daniela, te amo en todos los universos. Que te vaya bien, feliz año, adiós...

Ella respondió que me amaba, y ya marcaban las 11:50. Colgamos, me puse mis audífonos, me senté en el borde de aquella terraza y puse "Memories" de Maki Otsuki mientras contaba los minutos para que todo terminara. Marcaron las 12:00 y así el cielo lluvioso y oscuro se llenó de luz por aquellos fuegos artificiales. Me senté a verlos un rato y, después de 5 minutos, bajé corriendo hacia afuera de casa para abrazar a mi padre y a mi madre con los ojos llenos de lágrimas.

Ya todo había acabado, y por última vez vi la barra de notificaciones y ella me había enviado un feliz año junto con un te amo. Respondí y ella me dedicó la última melodía, "Love in the Dark" de Adele; le dediqué una yo también, y así todo terminó.

Escribo esto el 4 de enero del 2025, sabiendo que aún no me recupero por completo de aquello. La amé, y aún la amo, pero ya todo terminó, y espero que ella encuentre a alguien que la ame como yo la amé, incluso más. Ahora todo volvió a su lugar: yo concentrándome en mis estudios, teniendo insomnio como antes, pero algo ahora es nuevo, y es que aprendí lo que nadie nunca me enseñaría jamás, que el amor no es momentáneo si la amas con todas tus fuerzas, que los hombres también lloran, y que no siempre se puede ganar, que soltar también es amar...

Jamás podré olvidarla, pero tampoco puedo tenerlo todo; espero que sea feliz, aunque no sea junto a mí, entonces así concluye esta historia. Gracias a ti, querido lector, por disfrutar mi obra, y recuerda que para poder amar a alguien debes ser atento y constante. Disfruta el momento porque algún día puede terminar...

(Esta obra esta basada en hechos verídicos vividos por el protagonista)

FIN




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