Elior, envuelto en su manto de gloria como Emperador, observaba desde las alturas en su coloso Invictus la vastedad de los dominios imperiales en constante expansión.
Sabía que para consolidar su poder y garantizar la estabilidad del recién creado Imperio Celestial, debía reformar la organización militar de manera radical. Hasta ese momento, las fuerzas armadas de las Repúblicas habían estado fragmentadas y, aunque efectivas en la guerra, carecían de una estructura que garantizara una defensa eficiente y duradera.
Antes de partir en otra de sus expediciones a los mundos lejanos y portales ocultos, Elior decidió visitar a Kael, su Ministro de Guerra, en su fortaleza. Kael, siempre dispuesto a escuchar las innovaciones de su Emperador, aguardaba con ansias lo que Elior tenía en mente.
-Kael!-, dijo Elior mientras observaba un mapa de los mundos celestiales, -el Imperio necesita algo más que tropas listas para la batalla- Necesitamos legiones verdaderamente organizadas, disciplinadas, que no sólo respondan a la guerra, sino que se conviertan en la columna vertebral del dominio imperial de Elinvictus. He ideado un plan que quiero discutir contigo.”
Kael asintió con respeto, -Estoy listo para escuchar, Su excelencia-. -Se que las fuerzas de las Repúblicas han sido eficaces, pero carecen de cohesión. Si tienes una idea que pueda remediar eso, cuenta con mi plena disposición-
Elior reveló su ambicioso plan de reestructuración militar. Bajo su visión, las fuerzas imperiales se reorganizaran en Legiones, cada una compuesta por centurias, unidades que representan la décima parte de una legión completa. Este modelo permitiría una distribución equitativa de recursos, y cada centuria contaría con:
Alrededor de Cien Soldados de infantería, Diez Colosos y Veinte aeronaves
Este enfoque eliminaría cualquier posibilidad de que unas centurias fueran más débiles que otras, ya que todas recibirían la misma cantidad de recursos.
Elior continuó: -La organización es solo el principio. Los territorios pacificados, aquellos donde la resistencia o los enemigos han sido eliminados, tendrán una sola legión como guarnición. Sin embargo, en las zonas fronterizas o conflictivas, apostaremos varias legiones. Así, las zonas de mayor peligro estarán mejor defendidas. Sin embargo, quiero algo más: un sistema de rotación-
Kael levantó una ceja, intrigado, “¿Rotación, Su excelencia?”
Elior asintió. -Las legiones que hayan pasado un año en zonas pacíficas serán rotadas hacia el frente, donde verán acción del mismo modo las legiones que hayan combatido durante ese tiempo serán trasladadas a zonas seguras para descansar y reorganizarse.
Esto asegurará que nuestras tropas no se estanquen en la paz, y que aquellas que han visto acción no se desgasten más allá de lo necesario. Cada legión debe mantenerse siempre lista, siempre en su mejor forma-
Kael meditó por un momento, reconociendo la lógica detrás de la estrategia. -Es una idea brillante. Mantendría a las tropas activas y bien entrenadas, y al mismo tiempo, evitaría el agotamiento que tantas veces ha causado la caída de grandes ejércitos-
Elior, satisfecho con la aceptación de Kael, añadió otra posibilidad más a su plan asi:
-En situaciones extremas, si una legión es diezmada, las centurias supervivientes serán integradas a otra legión- fortaleciendo su número hasta que la original pueda ser reconstruida. -No permitiremos que ninguna fuerza sea eliminada por completo-
Impresionado por las grandes dotes tácticas y estratégicas de Elior, empezó a tomar nota de para un borrador inicial de lo que sería la inminente reestructuración del ejército imperial.
Mientras el Imperio comenzaba a escalar su producción militar, las fábricas de colosos y aeronaves aumentaban su actividad. Cada día, nuevas máquinas tecnomágicas emergen de los talleres y fábricas, listas para ser enviadas a las diversas legiones apostadas en los mundos celestiales. El Imperio de Elior no solo estaba construyendo un ejército, sino una fuerza militar sin precedentes, capaz de mantener la paz a través del poder abrumador y el puño de hierro.
Sin embargo, Elior sabía que un Imperio no podía sustentarse solo con soldados y armas. Para alimentar esta vasta máquina de guerra, designó a los habitantes de los desiertos como granjeros y artesanos. Estos pueblos, cuyas tierras habían sido desoladas por las guerras pasadas, fueron reubicados en las zonas fértiles del Imperio, donde podrían producir los bienes de primera necesidad que abastecerán tanto a los ciudadanos como a las legiones así de cierta forma los celestiales empezaron a segregar a las razas que consideraban inferiores que ellos.
Las granjas comenzaron a florecer en los nuevos territorios, y las rutas comerciales que Myrta había establecido facilitaron el transporte de alimentos y suministros a las regiones más distantes. Las ciudades industriales producían armamento y equipos militares, mientras las zonas agrícolas garantiza que ningún ciudadano o soldado pasara hambre.
Kael, observando a Elior, no podía evitar sentir admiración por su visión. Bajo la dirección del Emperador, el Imperio se estaba transformando en una potencia incomparable. Las Repúblicas, con su enfoque fragmentado y sus ideales de libertad, ya no podían haber sostenido el crecimiento que Elior estaba impulsando.
-Este nuevo Imperio será invencible, Su excelencia-, dijo Kael, inclinando la cabeza en señal de respeto. -Bajo tu liderazgo, nuestras fuerzas estarán más organizadas que nunca, y el poder de las legiones será legendario-
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Editado: 18.11.2024