Conectando
Parte 2
Mei
Amoeba suena de fondo mientras doy las últimas pinceladas en el lienzo, algo abstracto esta vez.
Amo con todo mi ser pintar, y de alguna manera siempre encuentro la inspiración en la música para hacerlo. Mezclar esas dos cosas es la combinación perfecta para hacerme sentir viva. Una pequeña parte de mi habitación se encuentra rodeada de lienzos y pinceles, manchas secas de pintura y uno que otro cuadro que considero obra de arte, guardandolos para cuando logre tener mi propia galería. Termino por hoy, me quito el delantal y me limpio con acetona las manos mientras me siento frente a la laptop.
Del cajón secreto de mi escritorio agarro dos mazapanes y los abro, quiero pensar que es una habilidad el hecho de que puedo quitar la envoltura sin que se trocen. Aunque no es una buena idea lo meto completo en mi boca mientras de dos clic se abre la plataforma de Soul Harmony, las mejores playlist que se encuentran son las que yo he creado...o al menos eso indica la gente, ya que con la opción de poner likes o comentarios siempre me lo mencionan.
Escucho de todo y mezclo de todo, no tengo excepción por ningún género ni idioma preferido, si logro que una canción me transmita algo seguro la encontraras en una de mis playlist
Coloco los audífonos inalámbricos color azul en mis orejas mientras se reproduce Show Me How, abro una nueva carpeta y empiezo a añadir canciones, agarro el otro mazapán y repito el proceso, mala idea pues se me queda una pequeña parte pegada en el paladar. Miro alrededor buscando una botella de agua, pero la última que tenía la use para limpiar.
Salgo de mi habitación y voy hacia la cocina, mi padre está sentado en la sala viendo una película en Netflix, sin razón aparente aproximadamente hace tres meses deje de ver películas, mi enfoque se priorizo en puras series o documentales sobre asesinos seriales.
Abro la puerta del refrigerador y agarro la botella, doy un sorbo y me enjuago escupiendo en el fregadero de la cocina.
Cuando regreso a la habitación recibo una notificación.
¡Alguien descubrió tu playlist y ha comentado!
Doy click y me encuentro con palabras de elogio por mi selección musical. Una sonrisa se dibuja en mi rostro. Amo ver esas notas.
Le doy me gusta a su comentario y con curiosidad decido explorar el perfil de Dax.
Lo primero que noto es que compartimos gustos musicales similares aunque los de él parecen ser más selectos. Sin dudarlo ni un segundo le envió un mensaje privado de agradecimiento por su amable comentario. Siempre trato de interactuar con los demás usuarios.
¡Hola, Dax!
¿Verdad que es genial descubrir canciones que nos hagan sentir vivos? Me alegra que la playlist haya cumplido con su cometido. Si tienes alguna recomendación o quieres compartir tus canciones favoritas estaré fascinada de escucharlas. (carita sonriendo)
Envío el mensaje con rapidez. Cierro mi laptop y me alisto para ir a dormir.
...
La alarma del despertador suena a las seis quince de la mañana, me preparo para correr, sacó la ropa deportiva del armario y me hago una media coleta que es lo único que mi corto cabello me permite hacer.
Voy al cuarto de mi hermana a despertarla. Abro la puerta mientras escucho su alarma sonando. Niego y la apago, la zarandeo un poco hasta que abre los ojos y se encuentra con mi sonrisa de oreja a oreja.
—Ya es hora, Silvi—digo mientras peteo un calcetín sucio bajo su cama
Cierra los ojos y frunce el ceño.
—Mei, yo se que dije que sería una persona saludable, pero porque tenemos que correr... y luego a las 6 am —dice refunfuñando y estirando la colcha hasta taparse la cabeza.
—Correr libera endorfinas, ayuda a tu mente, bajo el sol nos aporta vitamina D...
—Si, ya me se ese discurso—dice sentándose en la cama mirándome desanimada— ¿Y si empiezo mañana?—pregunta mientras se rasca el ojo.
—Eso dijiste ayer...si no lo haces ahora nunca lo harás. Ten disciplina. Ahora, espabilate, ponte protector solar y te espero en la sala.
Salgo de la habitación antes de que se arrepintiera. Agarro un plátano y tomo un vaso de agua, minutos después Silvia se me une.
—Eres una hipócrita —dice mientras agarra otro plátano.
—¿Qué?—pregunto con la boca llena, confundida.
—Sales a correr a las seis de la mañana y en la noche te tragas media docena de mazapanes...—dice entrecerrando los ojos.
—Una cosa no influye con la otra—respondo depositando la cáscara en el bote de basura. — Andando— digo jalandola del brazo.
Por lo regular cuando corro sola siempre utilizo mi playlist de confianza, sin embargo en esta ocasión como esta mi hermana decido que el silencio nos acompañe.
30 minutos después
—No estás corriendo un puto maraton, Mei. Soy principiante.—grita mientras entramos de nuevo a la casa. — Claro que iba a aguantar poco tiempo.
—Ese lenguaje, Silvia— la reprende nuestro padre desde la cocina.
—Tengo dieciséis, no es nada del otro mundo decir maldiciones. —responde con molestia.
—Nadie dice que lo sea, pero te ves mal al decirlas. Eres una señorita—afirma mientras nos lanza una botella de agua a cada una. — Vayan a bañarse, hoy las llevo yo, de camino les compro un desayuno.
—¡Quiero un Starbucks!—grita mientras se aleja por el pasillo.— Me lo merezco por destrozar mis piernas.
Sonrío. No corrió ni cinco minutos y ya se está quejando.
Después de veinte minutos que estamos listas nos subimos al auto, me coloco el cinturón de seguridad y saco mi teléfono para reproducir una canción. Al momento de darle play me llega una notificación
¡Dax te ha enviado un mensaje privado!