Pista en blanco.
Parte Uno
Dax
In The End suena de fondo mientras esperamos sentados en el comedor que mi hermano, Po, termine de hacer el desayuno. Ambos lo miramos mientras simula que la espátula es una guitarra y el toca.
— Se te quemarán los huevos, Por…
— Ni se te ocurra decirme por ese nombre, mujer— dice mientras le apunta con la espátula a nuestra madre.
— Tienes un lindo nombre, hijo, no debes avergonzarte.
Po, se acerca a nosotros y mira a mamá incrédulo mientras nos sirve el huevo y el tocino quemado en el plato.
— Si tan solo ese francés hubiera hecho bien su trabajo y no hubiera buscado un nombre genérico en google…
— Ese francés es su padre— intervino nuestra madre.
— Un padre que nos abandonó antes de los diez no cuenta. — dice sentándose en la mesa y sirviéndose Cocacola.
— Po, callate. — digo mirándolo mientras niego con la cabeza.
— Tu callate adonis, tu opinión no vale.
—¡Porfirio!—grita mi madre. — Es suficiente.
—Yo…lo siento—Po, mira a mamá con una expresión de disculpa.
Unos segundos bastaron para que se tornara un silencio incómodo, interrumpido solamente por el sonido de las burbujas del refresco en el vaso de Po.
Querer hablar en este momento sería un error así que decidí simplemente dar un sorbo a mi Volt mientras desvio la mirada hacia el exterior donde el sol comienza a filtrarse por la ventana.
Terminamos el desayuno en silencio mientras Po y yo intercambiamos miradas fugaces, sabe bien que la cagó…otra vez. Se levanta de la mesa recogiendo los platos y llevándolos al fregadero.
Nuestra madre suspira una vez más, y dedicandonos ambos una sonrisa nos mira y dice:
—Que tengan un buen día, hijos, los quiero.
…
Suena Ser Parte mientras camino a la escuela, leí el mensaje de Mei por la mañana, pero no pude contestar, me pedía que le compartiera mis canciones favoritas y claro que tenía recomendaciones solo que sentía de alguna manera temor de que no cumplieran con sus expectativas.
Mi respuesta fue un simple emoji.
Ella parecía ser una persona genuinamente interesada en compartir su amor por la música y en conectar con otros a través de ella, era refrescante encontrar una persona así no alguien superficial como todos los que abundaban en las redes.
No quería perder una posible oportunidad de ser amigo de alguien así.
Al llegar a la escuela saludo a mi mejor amigo, Leo, y a lo lejos veo como se viene acercando mi quedante Julieta…
—Ay no, otra vez ella—dice Leo sin disimular.
Julieta se acerca sonriendo y saluda a Leo y luego a mi con un beso en la mejilla.
—No contestaste mis mensajes, Daxito.
Leo arruga la frente al escuchar ese apodo y agita la cabeza como si eso pudiera hacer que se borrara de su cabeza.
—Si, bueno, yo… eh… me distraje anoche, una disculpa.
Ella sonrió. Antes de que pudiera decir algo más su grupo de amigas le habló.
—Me tengo que ir, pero nos vemos al rato.—dice sin dejar de sonreirme alejándose de ahí.
No quería sonar como una persona mala, pero mientras ella se alejaba sentí un alivio instantáneo, no quería ser descortés, pero a veces su constante atención me llegaba abrumar. Leo, con su expresión de alivio evidente, soltó un suspiro y se volvió hacia mí.
—No logro entender como haces para soportarla.
Encojo los hombros sin tener una respuesta clara, Julieta no era una mala chica, me gustaba, pero su interés en mí era más de lo que podía manejar.
Decidí cambiar el tema hacia algo menos complicado.
En el camino al salón de clases le conté sobre Mei.
Nos detuvimos en la puerta y Leo me miró con una ceja levantada.
—Eso suena interesante, pero…¿Un emoji? ¿en serio?
Suspiré.
—Siento presión porque quiero elegir una canción que sea perfecta para compartir con ella. —digo sincerandome.
—Dax, no seas intenso jaja, solo es una canción, no te pidió la cura para el cáncer. ¡Relájate! —dice mientras me aprieta los hombros masajeandolos.
Tiene razón, saco el celular y abro el perfil de Mei.
Mei, me gustaría saber más sobre ti y tus gustos musicales. Cuéntame, ¿en qué te inspiraste para crear esta playlist? De las diez canciones ¿hay alguna en particular que signifique mucho para ti?
—Eso es lo mas idiota que he leído—dice Leo mientras me mira con la boca abierta. —Ni siquiera la saludaste, tan simple hubiera sido, Hey Mei, como andas, mi canción favorita es el baile del gorila ¿y la tuya?—dice impactado. — Si yo fuera Mei, ya te hubiera bloqueado, por raro.
Releo el mensaje tal vez me pase un poco de intensidad…siento que soy un señor atrapado en el cuerpo de un joven.
Pretendo escribir algo más, pero el profesor entra al aula y debo guardar el celular.
Mientras el profesor comenzaba su clase mi mente seguía divagando en Mei y en cómo abordar la conversación de una manera menos “intensa” como decía Leo. Decidí que después de clases intentaría arreglar el desastre que había hecho con mi mensaje.
Ni siquiera me dio el tiempo pues minutos después una notificación apareció
…
¡Mei te ha enviado un mensaje privado!