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—Auch tus palabras son muy hirientes—dije poniendo una mano en mi corazón. 

Aunque en realidad me daban igual, y tampoco no es nada que no hubiese escuchado antes, sabía que muchas personas pensaban aquello de mí y si, debía admitir que al principio me dolió, pero a esta altura, ya las había escuchado tantas veces que había perdido cualquier clase de sentido para mí.

—En herir personas eres experta—dijo soltando una risita irónica.

Tampoco se equivocaba en aquello. Pero eso estaba dentro del manual de las chicas pesadas. Si no te dedicabas a molestar a las personas y lastimarlas con tus palabras no servía de nada haberse esforzado tanto haberse convertido en un si no le iba sacar provecho a la situación.

—Wow para ser un nerd y un nene de mamá, tienes muy malos modales.

Él no respondió y comenzó a caminar hacia la caja.

De alguna manera, sentía que él estaba escapando de mí. Pero eso no pasaría...no dejaría que una presa se escapara...eso no le pasaría a la gran Bree McClifford. Cuando se me ponía algo en la mente no paraba hasta conseguirlo y Logan Scott no sería la excepción.

—Hey Scott—dije mientras apuraba el paso para llegar a su lado. Empezamos con el pie izquierdo, te invito a una cena  en mi casa esta noche...

—No creo que sea buena idea.

Podía ver como la duda y el miedo se reflejaban en su cara y se debatían ante que acción tomar. Porque si era visto conmigo posiblemente su reputación de niño bueno estaría hecha polvo y tendría miedo de que lo llevara a algún lugar secreto que solo los niños populares frecuentan. Sabía que era intimidante pero nunca peligrosa.

—Vamos, no seas cobarde—dije golpeando su brazo—Será para compensar tantos años de maltratos...trato de ser buena persona.

— ¿Y empezarás por mí?...Algo ocultas y lo descubriré dentro de poco—dijo entrecerrando los ojos y mirándome de arriba a abajo.

—Por favor deja de ser tan paranoico...te vendría bien confiar en alguien de vez en cuando...Cóbrese de aquí—dije dándole a la cajera mi tarjeta de crédito dorada.

—Oye...no hace falta que hagas esto.

—Solo caridad —le sonrió—No es nada, en serio.

Me devuelve la sonrisa.

Bajamos a buscar mi auto.

—Porque haces esto—dijo mientras caminábamos juntos.

—Ya te lo dije, quiero cambiar mi reputación.

—Ya veo...espero que sea cierto.

—Lo es. Créeme, cuando me propongo algo, no paro hasta conseguirlo. No soy una persona que se rinde fácilmente.

—Eso lo sé, te esforzaste por hace mi vida miserable toda la secundaria, juntos a tus amigas y todo el equipo de football.

—Lo siento, ya te lo dije. No pretendo compensar todos estos años de tortura con una comida, pero tómala como una ofrenda de paz y una pequeña disculpa—dije mientras me subía al auto y me colocaba el cinturón de seguridad.

—Toma—le entregué el control del estéreo—Pon lo que tu quieras.

A los  minutos, la música de Green Day comenzó a inundar el auto.

—Buena elección, una de mis favoritas—dije mientras Boulevard of Broken Dreams sonaba de fondo.

Comenzamos a entrar por el camino empedrado que llevaba a casa.

—Esta es mi casa—dije sonriendo triunfante.

Era una de las pocas cosas de las cuales me sentía orgullosa en mi vida.

— ¿Y tus padres no están?

—No, estoy sola. Prácticamente vivo sola. Mi padre está en un Congreso y mi madre trabaja hasta media noche.

—Ya veo—dijo mientras bajamos del auto.

Tomé mis llaves de la casa y abrí la puerta.

—Pasa y ponte cómodo .Imagina que estás en tu casa—dije dándole mi sonrisa más honesta.

—Gracias—dijo un poco confundido.

—Yo dejaré esto en la nevera y pondré un poco de música mientras cocino. Tú no harás nada—dije al ver que se levantaba del sofá—Después de todo eres mi invitado, ahora con tu permiso.

Y desaparecí de la sala de estar llevando conmigo mi móvil para enviarle un  mensaje a Chelsea:

     El plan comenzó,estoy ansiosa por tener ese bolso en mis manos.XOXO,Bree.