Mientras lo miraba dormir, no podía parar de pensar como era un día en su vida. ¿Qué es lo que le gustaba? ¿Cuáles eran sus intereses? Qué tenía planeado hacer una vez que saliéramos de ese infierno que muchas personas solían llamar escuela.
La gente pensaría que al ser la chica popular, todo sería fácil. Las chicas querían ser como yo, los chicos querían estar conmigo. E incluso algún que otro profesor. Pero a diferencia de Chelsea, nunca me metí en ese terreno, era demasiado peligroso, incluso para mí. Y a diferencia de lo que muchas otras personas pensaban, jamás había enviado esa clase de fotos que decían que enviaba. Era lo suficientemente lista para entender que una vez que haces eso, te condenas a ti misma.
Observé por un minuto más a Logan antes de interrumpir su sueño. No entendía porque las chicas no se fijaban en él. Tal vez el problema no eran ellas, era él, quien se creía que era demasiado para las mujeres que habían en esa escuela. Después de todo, así como las chicas populares teníamos la reputación de ser fáciles, los nerds solían ser demasiado selectivos. Por eso acababan la secundaria, sin haber salido con una sola chica, y menos aún, asistían al baile de graduación.
—Hey despierta —dije tocándolo suavemente. Aunque parece que no lo hice demasiado bien porque él se despertó sobresaltado y de un golpe se incorporó en la silla.
—Lo siento—dije tendiéndole el café y un poco de comida—Necesitaras esto, va a ser una larga noche.
—No era necesario—respondió—pasando una mano por su pelo—De verdad, pero gracias y gracias por estar a mi lado en esta situación.
—No es nada —me senté a su lado— ¿Y que dijeron los médicos?
Sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente y sentí una punzada en mi corazón.
—Su situación es crítica, el bebé aún es muy pequeño y podría no sobrevivir, y si sobrevive ella podría no hacerlo.
—Ya verás que si—intenté consolarlo.
Pero mi intento no fue lo suficientemente bueno, él se arrojó a mis brazos sollozando.
—Tengo mucho miedo, Bree de verdad. No quiero la, ni al bebé tampoco. No podré continuar sin ella aquí.
Las lágrimas comenzaban a hacerse presente en mis ojos, pero parpadeé para alejarlas. Ya había vivido eso antes, y sabía lo que sentía.
—No digas eso—dije tomando su mentón haciéndolo que me mirara—Ellos saldrán de esto, no seas negativo. Ella se recuperará, y tú disfrutaras de ese bebé y serás feliz con él. Serás un gran tío—sonreí.
Él no dijo nada, solo me abrazó más fuerte y sentí que sus lágrimas comenzaban a humedecer mi camiseta. Nos quedamos unidos en ese abrazo. Por segundos o minutos. No lo sé. Pero lo que sí sabía era que su proximidad me hacía sentir bien...demasiado bien si tuviese que ser honesta.