No era una de esas personas que amara a los bebés. Para mí no representaban más que una molestia, solo lloraban se ensuciaban y comían tenías que gastar mucho dinero en ellos. Dinero que podría gastar en ropa, zapatos, bebidas, fiestas. Y tiempo que podía pasar tirada en una silla al lado de una piscina, esperando que los demás hicieran todo por mí.
Si me veía en el futuro, era casi imposible imaginarme a mí misma como una madre o una mujer que se dedicaría a la casa y ser la esposa "de". Tenía grandes expectativas para mi vida como adulta, y era para empezar, ser alguien fuerte, no depender de nadie y ser una chica que se vale por sí misma. Si tengo la suerte de tener un compañero a mi lado que me acompañe, bienvenido era, y si no aparecía, también sería feliz.
—Es hermoso—susurró.
—La verdad es que lo es—dije.
¿Eso había salido de mí? De verdad. Sacudí mi cabeza. Concéntrate McClifford. Seguramente la falta de sueño me estaba afectando de sobremanera, porque esto no es nada que saldría de mi boca y menos frente a alguien como Logan. Pero la verdad es que jamás había visto un bebé tan lindo como aquel. Me preguntaba si mi hermanita hubiese sobrevivido, habría sido así de hermosa. De que fuese feliz, me habría encargado yo.
—Va a tener un buen tío—dije.
—Espero serlo.
—Lo serás—dije tomando su mano y apretándola fuerte.
—Sabes Bree, en un futuro me gustaría estar en el mismo lugar, en unos años, pero me gustaría que el bebé que este de ese lado de la vitrina—dijo señalando hacia las cunas—Sea mi hijo.
—Eso es...muy tierno de tu parte.
—Lo sé. Solo espero poder encontrar a la persona correcta con la cual formar una familia—me miró.
No por favor esa mirada no.
—Lo harás.
Porque me costaba tanto expresarme en estos momentos. ¿Qué me sucedía?
—Logan, porque no llevas a Bree a su casa .Sus padres deben estar preocupados.
—No se preocupe Sra Scott.
—Dime Karen.
—Karen, mis padres no están en casa.
—Oh—un silencio incómodo lleno el pequeño pasillo— ¿Quieres quedarte esta noche en nuestra casa? Nosotros nos quedaremos pero Logan debe ir mañana a la escuela.
—Y preferiría no estar solo.
—Está bien—sonreí.
—Pues vamos—tomó mi mano.
—Cuídala hijo—y se alejó de allí.
—Le caes bien—sonrió mientras me pasaba el brazo libro por mis hombros—Ninguna chica que lleve antes a casa le había caído bien.
—Espera—dije separándome un poco más— ¿Tú has tenido novias?
—Claro—sonrió triunfante— ¿Dónde piensas que aprendí a besar así?
Me quedé boquiabierta. Quién lo diría...
—Y no es lo único que aprendí—susurró seductoramente en mi oído.
— ¿Qué quieres decir?
—Ya verás—y nos perdimos juntos en la oscuridad de la noche.