Me desperté y sentí un dolor en mi brazo derecho. Él estaba sosteniendo mi mano, nos habíamos dormido así. No sabía bien el por qué pero esa simple acción, viniendo de cualquier otra persona me habría fastidiado, al venir de Logan realmente me parecía algo extremadamente único y tierno a la misma vez.
Me tomé mi tiempo para mirarlo dormir, y me preguntaba como alguien era tan lindo. Parecía un pequeño niño al que el gran mundo malo no lo preocupaba y mucho menos lo asustaba, en especial si tenía el cobijo de los abrazos de mamá y papá cuando las cosas salían mal.
A pesar de que ya no era un niño, sabía que eso seguía siendo una constante en su vida, los padres de Logan eran amorosos y tenía a su hermana mayor para protegerlo también.
Yo no había tenido eso y en cierta forma sentía envidia. Mamá y papá siempre habían estado ocupados con sus trabajos y luego de la muerte de mi hermana, su ausentismo se había intensificado aún más. Por lo que mi única confidente era nuestra nana.
— ¿Admirando la vista?—dijo abriendo un ojo.
Su arrogancia me tomó completamente por sorpresa. Me espera un comentario de tipos como Luke o Mike pero nunca de alguien como Logan. Tal vez al pasar tanto tiempo conmigo, le había transmitido un poco pocos de mi confianza.
— ¿Cuánto te amas, no? Y suelta mi mano, tengo mi brazo derecho dormido.
— ¿Y si no quiero?
—Llegaremos tarde a la escuela.
— ¿Llegaremos?
—Sí, llegaremos, tú y yo...nosotros—dije mirándolo.
—Nosotros—dijo sonriendo como un niño pequeño.
—Sí, nosotros.
— ¿Llegaremos juntos?
—Si.
Tiró de mi brazo, haciendo que cayera sobre él.
—Acabas de hacerme el chico más feliz del mundo—dijo acariciándome la cara.
—No exageres.
—No exagero—dijo besando mi mejilla y deslizando su boca hasta mi cuello.
Dejé escapar un gemido.
—Logan, para.
—No quiero.
—Para, por favor, llegaremos tarde.
—No me importa.
Me paré como pude, y comencé a arreglar mi cabello.
—Ya tendrás tu recompensa —dije guiñándole un ojo mientras entraba al baño.
—La esperaré ansioso.
Luego de desayunar nos dirigimos a la escuela.
— ¿Por qué tienes esa sonrisa estúpida en tu rostro?
—Porque estoy feliz, muy feliz, cómo hacia mucho no lo era. Tú me haces feliz Bree.