La princesa de la armadura dorada

Prólogo

Una niña de cabello rizado, piel morena y ojos verdes brillantes miraba con terror el humo que se alzaba por el cielo.

—¿Están muertos? —preguntó, mirando a la mujer que la agarraba de la mano. Escuchó voces de gente gritando en la lejanía mientras su cabeza daba vueltas y las náuseas la invadían.

Su hogar estaba ardiendo en llamas y no había nada que hacer.

—Quiero que recuerdes —dijo la mujer—, que el Consejo es el único culpable de esta catástrofe.

La niña asintió con lentitud. El Consejo había sido siempre el mayor enemigo de sus padres, y aquella frase sería lo que daría inicio a una historia tan rebuscada como interesante.

La imagen de las pociones y los libros ardiendo se quedaría por siempre en su mente.



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En el texto hay: romance, magia, diversidad

Editado: 03.07.2018

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