La princesa del país perdido

Capítulo 14: Bram Fuller (parte 3)

Aquella noticia fue como un golpe repentino. No esperaba que los gatos evitaran el enfrentamiento con el coven cuando ya parecían tenerlas dentro de su dominio.

  Ari me explicó que, debido a lo ocurrido en la dimensión no física, se vieron obligados a partir inmediatamente hacia la ciudad secreta de Zephyralis. Sin embargo, desconocía los motivos detrás de su decisión y mucho menos entendía lo que ganaban al convertir a Henry, un humano común, en su aliado más allá de utilizarlo como su boleto de viajes.

  Algo se me estaba escapando con respecto a ese joven, algo que en su momento yo no pude ver, pero los gatos sí.

  Además, Ari los había estado espiando a todos cuando estaban en la playa de la isla mediante los insectos mucho antes de que comenzara la lluvia, posiblemente antes de que Merrick y yo nos adentráramos en los registros Akáshicos. Según mi amigo, aunque a Henry se le ofrecieron varios grimorios que contenían hechizos, rituales y fórmulas alquímicas a cambio de su colaboración. Sin embargo, él los rechazó y, en su lugar, pidió solo dos libros: Civilizaciones pérdidas más allá de la Antártida y, Los linajes de Venrumia: Árbol familiar de los reyes y príncipes de Camavelia.

  Henry buscaba algo y, sin duda, se estaba acercando cada vez más a ello. Incluso los gatos le preguntaron si estaba seguro de su decisión, ya que esos libros jamás habían sido traducidos a otro idioma. Poco le importó. Él afirmaba contar con la ayuda de alguien capaz de traducir fácilmente el etrusco utilizado en Camavelia de aquellos libros.

  Ese individuo no era su amiga, Mika, quien encontraba difícil descifrar algunas líneas del idioma. Aquella persona era alguien ajeno al grupo, alguien que ni siquiera Merrick, su mano derecha, conocía.

  Con la información limitada que tenía de Henry a través de las memorias de su amiga, ya suponía que esa enigmática persona también debía estar involucrada en la práctica de las artes místicas. Me desconcertaba que conociera con fluidez el lenguaje muerto de mi antiguo hogar. No era un idioma fácil de encontrar vestigios y dominarlo como cualquier otro lenguaje actual. Incluso yo había olvidado cómo pronunciar y escribir algunas palabras, al no haberlo hablado en siglos con otro.

  Solo era obligatorio aprenderlo desde muy temprana edad en... el círculo de brujas dónde estaba Nhor.

  — Necesito tú ayuda para enfrentarlas sin causar destrozos, no puedo con todas, no solo

  — Necesito tú ayuda para enfrentarlas sin causar destrozos, no puedo con todas, no solo. — le dije con preocupación a mi amigo, pero él no volteó a verme — Acabará como la última vez que lo intenté.

  — La última vez... — recalca — te lanzaste en un catorce contra uno... frente a... maestras rojas durante un... walpurgisnachtCasi te mueres si... no fuera por el... señor Berbelion que te...

  — La Brinivoor  está aquí también — vuelvo a interrumpir — , y está reuniendo una gran cantidad de niebla espectral en el mar no muy lejos de la costa. No sé con qué fin, pero ninguna ave espía que mandé ha vuelto.

  — Nhorhassan Nhorin; hija de la niebla... — dijo en un susurro — Tiene sentido, así nos... conociste esa... primera vez.

  — ¡Sé que una de sus habilidades es generar niebla! pero ahora posee al barco fantasma El Holandés errante para potenciar eso ¿No te preguntás siquiera cómo se terminó apoderando de él?

  — Ojalá... tuviera alguna respuesta, pero con el mundo no físico aún desconectado... es imposible tener... esas respuestas, perdón.

   Se creó un silencio incómodo entre los dos, esperando a que el otro hablara, pero yo permanecí en silencio y volví a mirar con los brazos cruzados hacia el paisaje a través de la ventana. Por un momento, si cerraba los ojos, podía sentir a Nhor a mi lado, con la ventana abierta, sentada en el marco, apoyando su espalda y dejando una pierna afuera y la otra adentro, como en los viejos tiempos cuando conversábamos sobre el futuro.

  — No puedo ayudarte — habló finalmente Ari — , estás solo en esto otra vez... Aunque... espera si... aún tienes a esa pelirroja, ella... puede acompañarte.

  Moví la cabeza en negativa.

  — La chica no puede y no voy a llevarla a un conflicto ajeno a ella. De hecho, ni siquiera estoy seguro si la volveré a ver.

  — ¿Por qué lo dices?

  — No estoy seguro si ella logró despertar como nosotros o, si se quedó atrapada allá. Me voy a sentir culpable si pasó eso.

  — Oh vaya... esto es malo — volvió a sentarse — Si no ha conseguido... despertar, entonces da por hecho que... está muerta porque para esta hora... un monstruo ya debió... haberla atrapado.

  — ¿ Tu sabes algo? — lo miro en hito en hito

  Él dejó escapar un suspiro que parecía más el sonido de alguien con la respiración cortada.

  — Vi a... un Kryshfleim entrar en los archivos de Camavelia antes... de la expulsión masiva. Sí esa joven... sigue allá, su alma ya debe... estar en... las garras de eso.

  Al oírlo pronunciar esas palabras, mi cuerpo se quedó inmóvil. Un escalofrío recorrió mi espalda y, por un instante, dejé de respirar. Con un esfuerzo, giré mi cuerpo hacia su dirección, sintiendo que mis manos temblaban ligeramente. El aire se volvió denso, cargado de la noticia que acababa de recibir, y el miedo se apoderó de mí como una sombra oscura que se cierne en el silencio.

  — ¿Estás seguro? — pregunté nervioso




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.