Londres, Inglaterra
12 de Diciembre de 1945
Vivaces ojos de fuego, criaturas magníficas escondidas entre las sombras de mi memoria, sonidos benditos con gracia y majestuosidad. Aún recuerdo aquella época, cuando la tierra era pura y las personas felices, aquella época cuando en cada calle se escuchaban dichosas risas de felicidad y algunos villancicos navideños. Dicen que la Navidad es mágica y llena de dicha, en algún momento de mi memoria recuerdo lo que se sentía aquello, más sin embargo los días de oscuridad ocupaban mis memorias, los días eran grises, las noches frías y llenas de desolación. La época navideña trae consigo una tristeza infinita que abraza a mi alma ahogándome a momentos con recuerdos que intentan mi tranquilidad, los copos de nieve caen ante mis ojos cubriendo la banqueta de un pulcro blanco y haciendo más frío aquel sentimiento. No podía dejar de pensar que aquella época que para muchos era dichosa y llena de felicidad para mí era como un sordo golpe en el rostro, me hacía sentir más miserable de lo que en realidad soy, hace que la culpa que carcome mi alma se incremente. Hace algún tiempo, cuando cumplía los catorce años mi vida era perfecta;
Ciudad de Varsovia, Polonia
22 de Diciembre de 1939
La intensa luz del sol se filtra a en mis párpados obligándose a abrir mis ojos, con dificultad puedo ver una almohada cerca de mi brazo, la tomo y tapo mi cara para que la molesta luz que se filtra por mi ventana sea bloqueda con ella. Mis párpados caen y empiezo a sentir la dulce enzoñacion golpearme, más sin embargo no logro profundizar mi sueño debido a que siento como mi calidad manta es despojada de mi cuerpo, un gruñido se escapa de mi garganta al sentir el frío chocar con mi cuerpo cubierto con la fina tela de seda de mi camisón de dormir, destapó mi rostro para ver a la causante de mi sufrimiento mirarme con una sonrisa divertida.
-. Eliana Alissa es hora de despertar .- dice con diversión mi madre, yo gruño de nuevo.
-. Cinco minutos más madre .- pido pero ella niega con su cabeza
-. De eso nada jovencita ¡Anda levántate muchacha que debemos partir a Cracovia y solo tú aún no te has levantado! .- dice ella con emoción.
-. No sé por qué te emociona tanto este viaje madre .- digo a regañadientes, me levanto de mi deliciosos y cómodo lecho, ella bufa.
-. Son mi familia Eli .- me dice ella con algo de molestia
-. Familia que te dió la espalda cuando te enamoraste de alguien que no llenaba sus expectativas, no sé si a eso se le puede llamar familia .- comento mirándole a través del espejo mientras tomo mi cabello con una liga de hule para que pueda sostener mis rizos salvajes, mi madre sonríe compasiva al ve que aquello no era una tarea fácil para mí, se acerca con cuidado y toma la liga que se había enterado con mis castaños y salvajes rizos, con una facilidad increíble suelta mi cabello del nudo y comienza a cepilla el mismo -. Aún no puedo entender cómo haces eso con tanta facilidad .- digo con una sonrisa y ella me mira con sus ojos llenos de ternura.
-. Cariño llevo casi 10 anos batallando con esos cabellos tuyos .- dice con una sonrisa y yo río. Ella se concentra en peinar mi cabello mientras mis ojos le miran con atención.
-. ¿Tenemos que viajar a Cracovia madre? Jorge y yo estamos bien sin conocer a tus padres .- digo y ella sonríe con tristeza
-. Se que no es atractiva la idea de pasar las fiestas y tú cumpleaños lejos de tus amigos .- dice ella y yo frunci mis labios ala mención de mi cumpleaños.
-. Solo no entiendo por qué debemos ir ¿Por que después de tantos años quieren conocernos? .- preguntó.
-. Las personas cambian amor y no es fácil para ellos que su única hija halla decidido hacer vida con un simple ganadero .- comenta ella
-. Lo sé madre ¡Odio la aristocracia! .- digo y ella sonríe
-. Esto puede ser bueno para nosotros además que mi padre colecciona sementales puros .- comenta y mi emoción crece, ella se acerca a mi oído y dice -. Iba a ser una sorpresa pero al ver que no deseas hacer este viaje te diré que mi padre tiene un hermoso regalo de cuatro patas para ti .- dice ella con una sonrisa y mis ojos se abren con sorpresa.
-. ¿Enserio madre? .- exclamó con emoción.
-. Así es querida pero recuerda que es una sorpresa ¡No le digas nada a Jorge! .- dice ella y yo asiento con emoción.
-. Creo que Cracovia me empieza a parecer atractiva .- digo y mi madre rie.
-. Anda a darte una ducha niña ¡Al fin he terminado! .- dice ella y yo sonrió.
Ella se dirige a mi closet seguramente para ayudarme con las maletas que no había empezado y seguramente de paso elegiría un atuendo adecuado para ir a ver a mis abuelos aristócratas. Minutos después salí de la ducha y mi maleta estaba lista, tal y como pensé mi madre había elegido para mí un hermoso vestido color morado. Me cambié con velocidad, baje las escaleras encontrándome con mi hermano de cinco años en la sala de estar jugando con unos trenes que papá le había obsequiado hace tan solo algunos días. Caminé hacia la cocina donde mi padre abrazaba por la cintura a mi madre mientras ella servía unos huevos en el plato de vidrio. El besa su mejilla y ella sonríe con cariño. Yo carraspeó para que puedan saber de mí presencia en la cocina.