Mi corazón acelerado, podía escucharlo latir en mis oídos, es la sensación cuando corres por mucho tiempo, aquella presión en el pecho y esa sensación cuando el aire se escapa de los pulmones y aquel ardor en el pecho que se extiende por cada parte de tu cuerpo. Sentía la mano del joven en mi cintura ayudándome a salir de aquel terrible lugar, ahora entendía por qué el no quería que yo entrara al bosque ¿Qué habría pasado en aquel lugar? Jamás había visto algo igual en mi corta vida. Caminamos y yo sentís que el camino nunca terminaba, miraba con horror a los alrededores, no sabía que tipo de bomba o artefacto había logrado algo tan devastador como lo que le había pasado a aquel bosque. Las preguntas no tardaron en formularse en mi mente al igual que el enojo que creció en mi pecho, enojo con el joven por no decirme el verdadero motivo del por qué no quería que entrara al bosque, también enojo con cualquiera que hubiera hecho aquello tan inhumano en el bosque. Salimos rápidamente de aquel lugar, yo me solté de su agarre con brusquedad, el me miro sorprendido y yo solo lo miraba con enojo.
-. ¿Qué fue eso? .- pregunte a gritos. El parecía nervioso pero en ningún momento se exaltó.
-. Será mejor que se calme .- dice el con suavidad, yo no estaba ni cerca de calmarme, me había cansado ya de todos los secretos que el joven oculta de mi.
-. ¡No me pida eso! Solo respóndame ahora ¡Digame la verdad! .- pido con enojo y él suspira con pesadez.
-. Será mejor que se siente .- dijo el señalando la banqueta, yo cruce mis brazos con mala cara -. Por favor .- pide el y yo bufo, era increíble que apesar de el enojo que tenía hacia el en aquellos momentos no podía negarme a ese rostro. Camino hacia la banca, me siento al igual que el hace lo mismo, mi mirada está fija en el, esperando una explicación.
-. Entonces .- digo al ver que el permanece en silencio. Luego de unos momentos y unos cuantos suspiros el empieza a relatar una historia;
Flashback
El Inicio de los Tiempos.
Antes del Reino Perdido
Hace mucho tiempo tiempo, cuando la tierra era joven y el mundo se empezó a poblar, existían tres reinos; El Reino de Babilonia, El Reino de Sumeria y El Reino de Arthegón. Cada reino vivía en armonia, ningún reino conocía de la existencia de los demás excepto Arthegón. El Reino de Arthegón era una tierra pura y mágica, llena de seres mágicos quienes compartían tierras con seres humanos de corazón puro. La armonía duro años hasta que el rey de Babilonia consumido de ambisión y odio empezó una guerra contra Sumeria, robando sus riquezas y matando a sus habitantes, el Reino de Sumeria desapareció de la existencia y Babilonia se había convertido en el Reino legítimo más poderoso de la tierra. Más sin embargo a oídos del rey llegó una leyenda de un tercer reino que sería el más poderoso de los tres por qué contaba con algo más poderoso que los ejércitos y el oro; Magia. El rey busco el reino por décadas hasta que su cuerpo no pudo más y colapso. Cuando el rey murió su hijo tomo poder en Babilonia y queriendo dar un reconocimiento a su padre ordenó a toda la población de Babilonia buscar el Reino de Arthegón. Una pequeña niña caminaba por el bosque cuando sin querer se encontró a un Ada, la niña era una criatura desdichada, su familia no sentía el más mínimo cariño por ella y la habían prometido a un juez de la corte cuando cumpliera los diez años, apesar de aquello la niña era una joya de corazón puro. La niña empezó a frecuentar el bosque para ver a su amiga. Todo marchó bien y la niña fue la primera humana del exterior en conocer Arthegón. Más sin embargo sus padres empezaron a sospechar de las frecuentes salidas de la niña al bosque, su madre la siguió y descubrió la ubicación del reino. Los ejércitos de Babilonia atacaron al Reino de Arthegón. El reino no contaba con un ejército que pudiera defenderles en esas situaciones, muchas vidas se perdieron en aquella gran guerra. La Reina y el Rey de Arthegón desesperados pidieron ayuda a las criaturas mágicas. Se lanzó un encantamiento en el reino, escondiendo al Reino de Arthegón de la ambisión de la humanidad. Arthegón se convirtió entonces en el Reino Perdido.
-. Esa es la verdad sobre este reino .- dice el para terminar su historia.
-. ¿Qué pasó con la niña? .- pregunto con curiosidad, la historia me había conmovido y aunque parecía difícil de creer una parte de mi me decía que era verdad.
-. La niña fue adoptada por los reyes, se convirtió en la princesa de Arthegón .- dice el y yo asiento con lentitud.
-. ¿Entonces me está diciendo que este es un reino mágico? .- pregunto con incredulidad.
-. Así es .- dice él.
-. Sí eso llegará a ser cierto ¿Qué fue lo que pasó con el bosque? .- digo y él suspira pesadamente, su cuerpo se tensa y sus puños se cierran al evocar el pensamiento.
-. Cuando Arthegón se alejó de la humanidad los reyes habían aprendido una lección, crearon un ejército de criaturas mágicas para proteger el reino en caso de alguna amenaza. Hace cinco años una fuerza maligna llegó al reino, nuestros ejércitos pelearon con honor pero las fuerzas del mal eran más fuertes y nosotros no contábamos con un líder, perdimos la batalla, yo era el capitán de todos los ejércitos del reino y fui el único que sobrevivió al ataque .- cuenta el, sus ojos reflejaban la tristeza que eso le causaba, de allí venía la melancolía en sus ojos. El se lamentaba estar con vida cuando todo su ejército ya no estaba. Reconocía aquel tono, aquella melancolía y tristeza, el se culpaba por el hecho de estar vivo, creía que estar vivo era su castigo y que por ello no merecía la felicidad. El se culpaba por el padecimiento de su ejército, yo sabía muy bien de esas desdichas. Mi mente era una membrana de pensamientos ¿Creer o no creer?.