La Princesa del Reino Perdido

VI

Reino de Arthegón
18 de Diciembre de 1945
 


El sol salía, la oscuridad de la noche se dispersa como humo. Yo miraba aquel escenario con tristeza, la noche no había sido precisamente un momento de descanso para mí, los compulsivos pensamientos que rondaban mi mente no me dejaban dormir, mi mente se mantenía despierta, gritándome una y otra vez lo tonta que había sido por no darme cuenta de las revelaciones que había descubierto, o tal vez muy en el fondo ya sabía pero no había aceptado hasta ahora. Curiosa característica humana, muchas veces sabemos las respuestas  a nuestras interrogantes pero no aceptamos aquello por la jodida esperanza de que estemos equivocados. Me alejo de la ventana para limpiar mi cuerpo y alistarme, sería un viaje de tres días. Después de terminar de  cambiar mi cuerpo con el mismo vestido morado, levantó a mi hermano quién con gruñidos se levanta para darse un baño. Mientras tanto yo empiezo con la difícil tarea de cepillar mi cabello, hace muchos días que no pasaba un peine por mi cabello, por suerte el capitán había podido conseguir uno para mí. Mi hermano salió con su pantalón azul y camisa blanca, yo aún batallaba con los salvajes cabellos de mi cabeza. Mi hermano sonríe al ver como trabajo con mi cabello.

 

-. ¡Es una misión imposible! .- digo con una sonrisa.

 

-. Siempre que cepillas tú cabello dices lo mismo .- dice el divertido.

 

-. ¡Siempre es difícil hacerlo! .- reniego y el sonríe.

 

Minutos después había terminado con mi rebelde cabello, no hacía mucha diferencia, sin mis cremas fijadoras de cabello, mi cabello estaba alborotado, mi cabello era largo y totalmente rizado. Al llegar a la estancia de la parte de abajo mi hermano y el joven de ojos ámbar desayunaban avena, a la par de mi hermano había un plato de avena tibia para mí, en silencio me senté a consumir los alimentos. Nadie decía nada mientras comíamos, al terminar los tres salimos de la casa, el joven llevaba una bolsa blanca en el hombro. No sabía que contenía aquella bolsa pero era lo único que llevábamos para un viaje de tres días donde tendríamos que acampar en el bosque ¡Esto no podía ponerse mejor! Los tres caminamos en silencio, por mucho rato, habíamos tomado el camino contrario al que yo había tomado aquel día, el sol alumbraba los alrededores, el verde resaltaba en los árboles, la tierra está cubierta de césped y algunas flores silvestres, en los árboles habían toda clase de animales; Desde pequeñas ardillas hasta nidos gigantes de toda clase de aves, en mi vida había estado en un lugar tan plagado de naturaleza, era maravilloso, los colores parecían más vivos y hasta la más mínima hoja de un árbol parecía tener una escencia pura.

 

-. Probablemente tardemos más de tres días en llegar .- dice el joven sacándome de mis pensamientos con su mirada fija en mi.

 

-. ¿Por qué? .- preguntó.

 

-. Debemos rodear el páramo para llegar, lo más sensato es salir del bosque hoy a más tardar .- dice y yo asiento.

 

-. ¿Es por qué hay animales salvajes? .- pregunta Jorge y yo sonrió.

 

-. No debes preocuparte por ello cariño, el capitán nos protegerá ¿No es así capitán? .- pregunto con una sonrisa y una floja mueca parecida a una sonrisa aparece en sus labios.

 

-. Por supuesto .- dice el y guiña un ojo a mi hermano, yo solo sonrió.

 

Caminamos en silencio, mi mente pensaba en cómo le diría a mi hermano todo lo que he descubierto incluso me cuestionaba ¿Debería hacerlo? sí no le decía le ahorraba muchas emociones negativas, pero sino lo hacía y el se enteraba de que yo sabía no me lo perdonaría, se supone que somos una alianza, no debemos escondernos nada absolutamente y el ha cumplido aquella promesa, yo en cambio seguia acumulando cosas que decir, tal vez la oportunidad perfecta no existe, solo debo ser sincera y decirle la verdad acerca de Polonia y acerca de este lugar. Mientras más atrasaba las cosas más difícil sería decir la verdad, pero no estaba segura de cómo empezar a hablar.

 

-. Jorge .- le llamo y él voltea a verme.

 

-. ¿Pasa algo? .- pregunta

 

-. Debo decirte algo muy importante .- digo, el capitán parece caminar más rápido para darnos nuestro espacio, yo paro mi andar y mi hermano hace lo mismo.

 

-. ¿Que quieres decirme? .- pregunta, yo trago en seco y suspiro.

 

-. La verdadera razón por la cual regresamos a Polonia es por qué me ofrecieron un trabajo mejor y la oportunidad para seguir estudiando .- digo rápidamente, el se queda en silencio, su rostro era inexpresivo mientras procesaba aquella información.

 

-. ¿Hace cuánto te ofrecieron ese trabajo? .- pregunta sin expresión en su rostro.

 

-. Hace unos seis meses, les pedí dejar que terminarás el año escolar .- dije y el nego.



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En el texto hay: misterio, segunda guerra mundial, realeza

Editado: 06.05.2020

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