La princesa está rodeada de tiranos

Capítulo 16

Pero había algo más, ¿verdad?

Elysia volvió en sí misma. Podía ver el rostro de ese hombre encima de ella. Supuso que era todo lo que merecía, sabiendo que jamás saldría de allí. Cuando ya había aceptado su destino, una figura apareció detrás de Ryan. Era Tristan Aderlyn.

— ¿Qué crees que estás haciendo, Ryan? — Tristan lo miró desconcertado. — Tienes el triple de edad que ella.

— Solo déjame disfrutar un poco más — respondió Ryan con desdén.

— Debo preguntarle sobre la emperatriz Carmelía antes de matarla. ¿Pusiste la trampa para el perro loco? — preguntó Tristan.

En ese momento, Elysia recordó. El perro loco, Richard Fitzroy... ¿qué trampa? ¿De qué estaban hablando? ¿Estaba cerca? Y entonces, su mente hizo clic. ¿Por qué el torturador mencionó el apodo de Richard? Confusa, Elysia preguntó:

— ¿Richard está cerca? — Su voz temblaba, con una pizca de esperanza.

— ¿De qué hablas, niña? — Los hombres estaban desconcertados. — Has estado viajando con él desde que saliste del palacio.

— ¿De qué están hablando? — En ese instante, Elysia perdió la mirada y comenzó a recordar todas las cosas sospechosas: la forma tensa de hablar de él, que no mencionara que ella era una noble, o que no le sorprendiera cuando Karim le dijo su nombre y no su apodo.

— Finalmente perdió la mente, está trastornada — respondió Tristan, burlándose. — Mira, viajar con un hombre y luego olvidarlo. ¡JAJA!

— De todos modos, cayó en la trampa desde el primer día. Gracias al niño, encontró la capa de Elysia y pudimos plantar a los espías como testigos, asegurando que estaban cerca del callejón cuando "ocurrió" su secuestro. Y así, nos inmiscuyeron en la búsqueda. Además, hemos estado conduciendo su búsqueda hacia fuera del pueblo, para que no pueda encontrarnos.

Elysia simplemente miraba al suelo, asimilando las palabras.

— Es tan parecida a Carmelía — respondió Ryan con una sonrisa maliciosa. — Es lamentable que fuera asesinada. Estoy seguro de que me hubiera convertido en su amante.

— ¡JAJA! — rió Tristan. — ¿De verdad lo crees? Estaba loca por el emperador.

— Me tendré que conformar con la hija. ¿Nos dejas solos, por favor? — insistió Ryan, con una mirada ansiosa.

— ¡Estás enfermo! — respondió Elysia, mientras Ryan le propinaba una bofetada.

— No le pegues en la cara. Debemos enviarle su cabeza al comprador. Si la deformas, no la reconocerán.

— ¿Qué? ¿Qué quieres, Tristan? — Elysia preguntó, con una mirada intrigada.

— Bueno, si mueres, mueren las tres mujeres que están rehenes en estos momentos de tus hermanos.

— ¿Qué? ¿Rehenes? — Elysia casi no podía creer lo que escuchaba.

— Así es. Las tres facciones y tu padre acordaron comprometer a cada hija con el príncipe de la facción rival, para asegurar tu vida y tener más recursos para encontrarte. Simplemente una locura. Al parecer, el tío Alaric quería sí o sí casar a Seraphine con un príncipe. Pero le salió mal cuando su majestad decidió que, si tú morías, morían todas. Y además, la emparejó con el tirano Raynold. ¡JAJA!

Elysia no podía creerlo. Era un plan despiadado, arriesgado, tal vez para garantizar su seguridad... pero, ¿por qué? ¿Por qué entonces Tristan la había secuestrado? Luego entendió.

— Quieres ser el sucesor. Si Seraphine muere, tú... — dijo, entre sorprendida y resignada.

— Sí, niñita. Pero sabes también quién mató a tu madre. Quizá sea... tu salida. Es mejor ser un príncipe. ¿Qué dices, Ryan? Si te quedas tú con ella como reemplazo de Carmelía, y yo me vuelvo príncipe... — Tristan dijo con confianza, como si todo estuviera bajo control.

— Eso no es posible. Pues soy la única que puede demostrar quién es el asesino. Necesitan mi vida porque... también tengo la prueba — Elysia dio una pequeña sonrisa, pero Tristan, al verla, enfureció y le pegó.

— Aún te podemos matar y me volvería el sucesor del duque pues no tiene más hijos. Eres oro puro en estos momentos. ¿Sabes que los miembros de las facciones están pagando precios exorbitantes. Incluso los líderes planean que el príncipe con quien se comprometió su respectiva hija sea quien te entregue, traicionando el principio de su facción?¿Pero sabes que más? ¿Sabes cuánta gente quiere tu cabeza por venganza?

Jajaja — rió Elysia, sin importarle nada. — ¿Qué más da? Primo de Seraphine, pequeño Tristan, aunque seas el siguiente en la línea, mis hermanos no asesinarán a las princesas si me ven muerta.

— Te subestimas mucho, ¿eh? — respondió Tristan con una sonrisa arrogante.

— No, no. Al contrario, van a arrasar con toda la familia de los tres líderes de las facciones — replicó Elysia, confiada, a pesar de la debilidad que sentía, del dolor de los golpes, y de su inestabilidad mental.

— Finalmente te volviste loca... El emperador prome... — Tristan fue interrumpido por la voz firme de Elysia.

— ¿Quién crees que permite todo esto? ¿Crees que podrás con la furia de Raynold? ¿Y con lo sádico de Cassian y el emperador? ¿Crees que podrás con los planes de Dimitri? Él encontrará la forma de que calce, vamos Ryan, díselo, tú lo sabes bien, ¿verdad? — respondió Elysia, enloquecida por la desesperación, pero también con una calma peligrosa.

— ¿De qué habla Ryan? Está loca, está inventando cosas, ¿verdad? — Tristan preguntó, mirando a Ryan con desconfianza.

— Bueno, realmente no creo que asesinen a todos... Quizá te mantienen vivo por no ser de la familia principal — respondió Ryan, algo confundido.

— Ay, Ryan, tú mejor que nadie nos conoces — contestó Elysia, sin inmutarse.

— Esta maldita mujer... ¡Está jugando con nosotros! — Tristan, furioso, levantó la mano para irse. — Me voy, haz lo que quieras.

— Por fin, me toca algo bueno — dijo Ryan con malicia, sonriendo al ver cómo se alejaba Tristan.

— El eterno enamorado de Carmelía, ¿quién lo diría? Ahora quieres recordarla conmigo — le lanzó Elysia con una mirada mordaz.




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