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Dai: Rodrigo entró al rancho y empezó a recorrerlo de pies a cabeza, mientras Gonzalo y yo, nos mirábamos con nervio, rogando que no encontrará a Leonardo.

Rodrigo: muy bien, No hay nada malo.

Gonzalo: Pues claro.

Dai: Bueno pues, ahora sí ¿puedes esperarme afuera no?

Rodrigo: no, aquí me tengo que quedar.

Dai: ¡Ay ya! afuera, afuera, afuera, dije empujándolo hacia afuera y cerrando la puerts.
¿En dónde esta?

Gonzalo: en el fondo.

Dai: Okay, voy para allá, tú encárgate de este.

Gonzalo: Sí yo me encargo, no te preocupes.

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Dai: Hola ¿Cómo estás?

Leonardo: Hola, Bien ¿y tú?

Dai: bien... tarde en entrar porque el escolta que me puso mi hermano, entró al rancho a revisarlo.

Leonardo: sí lo vi, me escondí para que no me viera y creo que funcionó, porque si no no estaría Ahora aquí.

Dai: sí.

Leonardo: pero bueno, son los peligros de esto ¿por qué no me dijiste que los Chapitos eran tus hermanos?

Dai: porque esas cosas no se andan diciendo en todos lados.

Leonardo: Pero eso es algo que todos quieren ser, en la escuela todos dicen que son parientes de.

Dai: una cosa es soñar con serlo y otra cosa es serlo en realidad.

Leonardo: Sí, pe...

Dai: aver, si tienes algún problema con eso, dímelo y lo solucionamos de una vez.

Leonardo: yo nunca dije que fuera un problema.

Dai: Entonces por qué tanto interés en eso.

Leonardo: porque fue un shock enterarme de una, Quién era tu familia, pensé que eran no sé, unos empresarios importantes o algo así, pero no, me encontré cara a cara con el mismísimo Iván Guzmán.

Dai: ¿bueno perdón sí? pero como te dije, no puedo andar diciéndoselo a todo el mundo.

Leonardo: te entiendo, pero creo que a mí me lo tuviste que haber dicho, por lo menos para prevenirme.

Dai: ¿Ay Sabes que? mejor me voy y nos vemos otro día, porque para Reproches están mis hermanos, Adiós, dije levantándome de mi lugar y saliendo de la casa.

Rodrigo: ¿todo bien? me preguntó cuando me vio salir de la casa.

Dai: Sí, mejor Vámonos... ahí me saludas a los demás, le dije a Gonzalo saliendo del rancho.

Gonzalo: Sí claro, dijo extrañado.

Rodrigo: Dime la verdad,.. ¿sí te puedo tutear no?

Dai: Sí claro wey, si nos conocemos desde la escuela.

Rodrigo: Dime la verdad, si te hizo algo ese wey, vuelvo y lo pongo en su lugar, yo no tengo problema en hacerlo, o le decimos a tu hermano que se encargue de él.

Dai: No, él no me hizo nada.

Rodrigo: ¿seguro?

Dai: sí, simplemente me harté de esperar, sabes que odio la impuntualidad.

Rodrigo: Bueno eso sí, por esta vez te creo, pero quiero que sepas que sí pasa algo, tienes que decirlo, nosotros estamos aquí para cuidarte, sea quien sea.

Dai: Sí, ya lo sé, gracias.

Rodrigo: de nada.

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