Capítulo I

Hace 2 años

Linda estaba en la cama de un hostal barato, donde seguramente varios degenerados habían hecho cosas que ni siquiera quería imaginar.

Se fué de casa hace unas semanas porque odiaba y no soportaba a sus padres. Siempre se llevaron mal, desde antes de que su hermana fuera asesinada.
Todo porque no quisieron darle esa estúpida cantidad de zafines. Desde entonces, los culpa de la muerte de su hermana y para no seguir viéndoles la cara, decidió robar los zafines que tenían en una pequeña caja de ahorros y se largó sin decir nada. Lo más seguro es que sus padres ni se preocupen por ella, si es que se dieron cuenta de que no estaba.

Pone encima todo el dinero que logró encontrar por la calle. 3 zafines, que junto con los 5 que encontró hace unos días eran 8. No le alcanzaba ni para media manzana. No comía desde hace 4 días y no podía morirse de hambre.

Tenía que hacer algo.

No era la primera vez que se encontró en esta situación.

*** Flash Back ***

Sus padres se olvidaron de ir a por ella y su hermana en la escuela y no habían almorzado. La escuela estaba cerrando, por lo que las botaron del establecimiento educativo.

El problema es que no tenían dinero para comprar algo y se morían de hambre.

En realidad, le preocupaba más la alimentación de su hermana, Ester, que la de ella misma. Ella tenía 14 años y su hermana, apenas 10.

Su casa estaba a 1 hora y media. Vaya suerte la de ellas.

Linda tenía una idea de cómo matar el hambre. Pero esa idea no era legal.

<<Es culpa de mis padres.>>

Se convence a sí misma.

Entran a una pequeña tienda donde no había casi nadie. Las pocas personas que estaban, se habían ido con sus compras.

Linda se paró frente al vendedor que le estaba sonriendo. Sin dudarlo, sus ojos y los del joven se vuelven de un tono fucsia brillante.

- Tenemos hambre. - Dijo Linda - Agarraremos todo lo que queremos y nos iremos.

Ester estaba distraída viendo unos pequeños juguetes que venían con unos chocolates, por lo que no prestaba atención a lo que hacía Linda.

El joven asiente y sus ojos vuelven a la normalidad. Lo mismo pasa con los ojos de Linda.

Las hermanas salieron de la tienda con una bolsa llena de golosinas y snacks.

Se había sentido bien.

Le gustó esa sensación de poder controlarlo.

*** Fin de Flash Back ***

Era un recuerdo del que no estaba tan orgullosa, pero debía admitir que le había gustado usar su habilidad. Además, había valido la pena.

De pronto, se le iluminaron los ojos.

¿Por qué no usaba su habilidad?

Podría utilizarlo para robar ¿No? Después de todo, para eso estaban las habilidades. Para utilizarse ¿Verdad?

Ahora que tenía una idea, debía buscar a quién robar y cómo.

Linda piensa a toda velocidad y después de varias horas, una persona le viene a la mente.

El Rey.

Ese viejo que sólo quiere fortuna y mujeres. 
A pesar de ser un rey, es alguien bastante idiota, en especial con las lindas damas. Desde que se ganó esa fama, tiene a un consejero real, que lo ayuda con sus problemas amorosos. Y por resolver problemas amorosos, se refiere a decirle si una mujer es una interesada o no. 
Pero ese no será un problema para Linda, con su habilidad lo quitará del camino en un santiamén.

Algunos, o todos, pensarán de que es una idea muy descabellada. Pero ¿Qué tenía que perder? No tenía dinero. Igual, si muere en el intento, lo agradecería porque al menos ya no sufrirá de hambre. Obviamente no le rogaría a sus padres por comida. El odio entre ellos es mutuo y no conseguiría nada de ellos. No después de enterarse de que no tienen ahorros. Lo más probable es que se burlen en su cara y no les dará el gusto.

Lo único que resalta de ella es su inteligencia y belleza envidiable. Su color de piel clara perfectamente cuidado, su cabello castaño que le llega a las caderas, ojos color chocolate y un cuerpo que más de una quisiera tener hace que cualquiera que pase por su lado, la vea.

¿Por qué no sacarle provecho a esas cualidades?

Después de tener la base del plan, sus ojos y mente no aguantan más y se cierran.