La princesa y el guardaespaldas

4. Daphne.

 

No sabía si era mí impresión o que pero tenía la sensación de que hasta el aire era mucho más liviano aquí que en casa. 

Tomé una profunda respiración y le permití a mis pulmones que sintieran eso como a mí corazón.

-Lo logré- le dije a mí madre mirando al cielo-Pude escapar.Al menos temporalmente.

Porque si, era consciente de que esto no sería sencillo y que tenía los días contados al igual que las metidas de pata. Si erraba así fuese una vez tenía que volver a armar las maletas y regresar al palacio.El cual representaba absolutamente todo lo que odiaba. Que me había dado más dolores que felicidades, en especial desde que ella no está aquí conmigo para verme crecer.

Una parte de mí sabía que si pudiera verme ahora estaría orgullosa y estaba determinada a que eso continuará de esa manera. Es la única persona a la que no me perdonaría fallarle.

Dorothea, la  asistente que me habían asignado venía pisándome los talones,corriendo como si su vida dependiera de ello y posiblemente lo hacía porque si me perdía de vista su puesto de trabajo se vería comprometido. 

Cuando logro atraparme sucedió un acontecimiento sincronizado espectacular, uno que cualquiera podría llegar a pensar que había sido ensayado. Ambas soltamos un gruñido, aunque sus razones distaban bastante la una de la otra. El suyo me hizo creer que no había corrido una maratón en mucho tiempo mientras que el mío era de total exasperacion al descubrir que no había cumplido con mí cometido. 

-Mierda Dory-me quejé- Si quiero pasar desapercibida no puedo tenerte detrás de mí como un perro faldero, siguiendo cada paso- le reclame.

-Es mí trabajo, se supone que tengo que ocuparme de eso.

-Ni que te hubieran contratado como mí guardaespaldas - bromee.

Pero mí risa no perduró tanto en la suave brisa que corría al percatarme de que mí lado su espalda se ponía rígida , como si le hubieran metido un hielo por la camisa o un palo en el cu… Okay ustedes entienden.

-Pasa algo?- inquiri , la curiosidad aflorando.

-N…Nada - murmuró, mordiéndose el labio inferior, notoriamente nerviosa- Por qué pregunta eso?

-Porque te has puesto rara de repente. Y me das espacio a que mí mente cree escenarios hipotéticos desfavorables para mí padre. Sobre todo porque le dejé muy en claro que en cuánto me de cuenta de que hay uno de sus monigotes persiguiendome y merodeando a mí alrededor, el poco respeto que le guardo se iría por el drenaje. Nunca lo perdonaria por eso.

Su pose se volvió aún más rígida.

-Sabes algo que no me estés contando?

-No, no. Le juro que no es asi.

-Te conviene que sea así ya que en cuánto me enteré de  lo contrario pondré el grito en el cielo y será uno tan fuerte que le llegaría a papá , de esa manera sabra que descubrí su secretito.

-Si, señorita. Quédese tranquila- susurro.

Ese condenado mote hizo que me pusiera de un humor de perros.

-Ya  no estamos en el castillo y no hace falta que  me llames as- explique y le di un codazo amistoso - Puedo ser Daphne aquí, de hecho prefiero que sea asi- añadió antes de girar sobre mis talones.

Mis ojos no daban crédito de lo que estaban viendo, era como si la realidad por fin superará la ficción. El grito que solté fue la prueba concreta de mí felicidad, una que nada más podía comparar con estar en la cima de la montaña rusa.

 Y si, las dos eran peligrosas porque tan pronto como estaba arriba podía estar abajo. Por ello debía ser sumamente cuidadosa para no arruinarlo.

Había llegado para quedarme. Al menos por lo que dure el semestre. Le gustara a quien le gustará.

A medida que recorriamos el jardín, el cual aprecia haber sido sacado de una película, mis latidos se volvían más y mas fuertes. La emocion circulando por mis venas.

Clubs de teatro, porristas, construcción, agrupaciones ambientales, feministas,deporte música, arte, cocina, mecánica.

Laa posibilidades eran infinitas. Y sentía la urgencia de probarlas… en su mayoría.

-No te recuerda a  Harry Potter?- comenté, imaginandome con el famoso sombrero que se encargaría de asignarme un grupo- Que casa eres? Mamá solía decir que el rey era un Slytherin, en su época no comprendía porque ella hablaba así de él. El tiempo le dio la razón- me alce de hombros- Yo soy una Gryffindor tu?

-De…Desconozco lo que esté relacionado con ese universo - confeso.

Tenía que estar de coña. Estaba al corriente de que no muchos eran fan de la saga o los films no obstante tenían un conocimiento mínimo. Cómo ella podía ser ajena a esto.

-Permiteme ser quien te ilumine y eduque. Gryffindor valora el coraje por encima de todo, pero también la osadía, el temple y la caballerosidad. Sus estudiantes son valientes, pero también muy imprudentes.Hufflepuff se caracteriza por valorar la capacidad de trabajo, con estudiantes amigables y leales. Los estudiantes de esta casa son conocidos por ser trabajadores, amigables, leales y sin prejuicios.Ravenclaw valora el aprendizaje, la sabiduría, el ingenio, y el intelecto como elementos importantes para formar parte de su casa y mis menos favoritos, los Slytherin cuenta con miembros ambiciosos, inteligentes, muy astutos y que tienden a ser líderes fuertes. Aunque también son unos supervivientes, lo que les hace pensar antes de actuar (al contrario que los Gryffindor), pese a tener un claro desprecio por las reglas-hice una pausa, dándole unos segundos para asimilar esto- Si, tu eres una Hufflepuff, sin dudas.

-Y eso es… Malo?

Negué.

-Ni un poco aunque no te vendría mal ser un tantito ambiciosa y codiciosa de  vez en cuando- la aconseje y aguarde por una respuesta pero ella estaba demasiado concentrada en mi itinerario.

-Que estás leyendo?

-El itunes que ha enviado por mail su padre con las actividades que tiene que llevar a cabo aquí.

-Y si  nos olvidariamos de ellas?- consulte tirando sus papeles al viento haciendo que quedara uno entre sus manos temblorosas-  Que tenemos en esta? 




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