La princesa y el guardaespaldas

12. Daphne

Okay por lo que yo sabía podíam haberme sentido justo en la cara y ahora podría estar  estar siendo tomada prisionera.

 Quizás este tal Matthew no era quien decía ser y era en realidad uno de los oponentes de papá. Uno que me había traído engañada aquí en contra de mí voluntad…

Bueno bueno,ni tanto porque siendo objetiva y sincera tampoco es que salí corriendo del auto en si cuando me subí a este pero si tenía que reconocer que no había sido algo muy inteligente de mí parte. 

Las luces se encendieron, dandonos oficialmente la bienvenida.

-Sientete cómoda, estás en tu casa- anunció, estirando sus brazos, hacía los costados.

 Una risita, involuntaria se me escapó de entre los labios.

Claramente esto  no era así, la mía ocupaba tres o cuatro veces más este espacio y tenía al menos piso más. Lamentablemente no podía compartir esa información sin quedar en evidencia o como una capulla descomunal.

-Que ocurre?- inquirió, enarcando una ceja como lo hacía cada vez que algo parecía molestarle - Que te causa tanta gracia?

-Es que está horrible alfombra bordo con arabescos que tienes aquí  desentona  con los colores cálidos de las paredes- pinche el puente de mí nariz con dos de mis dedos- Me está dando migraña. Por favor sacala de aqui- pedi, recordando que para él esa una frase sagrada que conseguía lo que fuese.

Sin embargo no podía olvidar que esto no era el palacio y no porque yo odiase algo tendría a diez personas corriendo de aquí para allá para eliminar a dicho objeto.

-Er…Era de mi madre - murmuró con el ceño fruncido- Es uno de los pocos recuerdos que me quedaron de ella.

Un silencio tan espantoso como el que podía propiciar una metida de pata descomunal como la mía se plasmó  en medio de ambos.

Afortunadamente no duro demasiado en cuanto el  solto una carcajada tan fuerte que se tuvo que doblar y colocar una mano sobre su estomago, el aire saliendo de sus pulmones y volviendo a entrar intercalada mente , sus ojos llorosos me dieron la pista de que se la estaba pasando se maravillas a costa mia.

-Dios- dijo, incorporándose, mientras intentaba controlar su respiración - Tendrías que haber visto tu cara. Me arrepiento tanto de no haber tenido una camara a mano. O mi móvil - agrego limpiando una lágrima que recorría su mejilla.

-Quieres que te cuente algo?

-Que? 

-Siempre he deseado ser el payaso gratis de alguien - masculle, recargando mí peso en uno de mis pies.

-Oh vamos. Tienes que admitir que fue gracioso. Además me la debías.

-Te lo debía?- dije-Okay, lo reconozco, me perdiste.

-Por lo que hiciste allí fuera. Después de haberte traído aquí y tratarte bien- meneo su cabeza, expresando su disgusto.

-Asi aprenderás a no menospreciarme de nuevo-sentencie, alzandome de hombros.

-Leccion aprendida- respondio- Eso si, esa cosa la conseguimos en una venta de garage y te suplico por lo que más quieras que no la critiques  delante de Zoe- rasco su cuello. Otro hábito que había descubierto de él. Lo hacía cuando estaba nervioso - Le tiene un gran un cariño. 

-Debes de amarla mucho - murmure.

-Eso eso una pregunta sería?

-Lo siento, ha sido una muy estupida…

-No tienes nada de que disculparte- aseguro- Hoy en día no está de más querer cerciorarse de si un amor era verdadero. Lo hago y mucho. Es mí universo entero, haría lo que fuese por ella, para que sea feliz, para que no pase necesidad como lo hice yo, para que crezca en un ambiente sano, y tenga lo que ella quiera. Desde que su madre la abandono, como el cretino del donador de esperma, porque llamarle padre es un halago para él, yo soy todo lo que tiene y vicerversa.

Cmo si ella supiera que estábamos hablando de su persona, bajo por las escaleras con un pastor ingles siguiéndole los pasos, no era tan enorme como para salir corriendo a esconderte pero sin dudas era imponente.

-Quien es este guapetón?- le consulte acariciando  al  animal quien sin dudarlo se me acercó para olfatearme.

Cómo podrán adivinar y  como la persona débil que era ante el encanto animal no pude resistirme y hundí mis dedos en su pelaje suave y cuidado.

-Es Er….

-No estoy hablando contigo- dije observando a Matt- Le estaba preguntando a Zozo… Puedo llamarte Zozo, no?

La niña sacudió su cabeza con tanto ímpetu que tuve miedo de que se desnucara delante de mí sin quererlo 

 -Se llama Eric.  Lo rescatamos  de una perrera el verano pasado. La dueña del lugar nos contó que lo habían dejado tirado ahí desde que era cachorro y que su orejita tapa su ojo izquierdo para cubrir que se había quedado ciego de este , y se lo habían tenido que quitar. Con mí tío teníamos miedo que no sobreviviera a la que operación… Por suerte lo hizo y nos mostró que es  un luchador. Supo vencer todas las adversidades que se le presentaron.

Tuve que morderme la lengua para no decir que ella también lo era porque eso derivaría a la explicación de porque había comentado eso y otra posterior que giraría en torno a cómo me había enterado de su historia, lo que podría causar una pelea con su cuidador.

Y la única figura paterna que tenia.

-Es curioso que su nombre fuera igual que el principe de “La sirenita” y  que fuese el mismo que salía en la película.

-Esto fue a propósito, esto género un gran debate con él - apuntó a Matthew quien nos miraba sorprendido- Uno que duro mucho y el que gane porque claramente soy mucho más fuerte- espetó inflando su bicep para besarlo.

-Te gustan las princesas?- susurré  la agachandome para quedar a su altura.

Su mirada de iluminó y supe que había abierto una puerta que tendría que haber permanecido cerrada.

-Y…Yo ire a  preparar la salsa bolonegsa - nos informó el dueño de casa y cabecilla de esta mini familia antes de dejarnos solas.

Al escucharla darme una exposición detallada de por qué Tiana era superior a Aurora no pude evitar pensar que es lo que haría si descubriera que estaba delante una princesa de verdad.




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