La princesa y el guardaespaldas

20. Daphne

Los cumpleaños siempre habían sido una de mis cosas favoritas sin lugar a dudas pero no este, no lo eran desde hacía media década cuando la vida me dio uno de sus peores golpes y Dios decidió que sería una de sus guerreras más importantes y valientes, cuando ella se fue para no volver. 

Hoy no había despertado como el resto de los días, mí energía estaba vibrando bajísimo, a esta altura después de obligarme a salir de la cama y arrastrarme hasta el aula estaba segura de que mí ánimo estaba en el subsuelo junto con mí autoestima, y era como si una nube de negatividad colgase sobre mí cabeza recordándome cuan infeliz era en realidad por mucho que me empecinara en ocultarlo.

 Cuando entre al aula ,y mientras me encaminaba a mí compañero se respiraba un aire de pánico e incomodidad .

-Que sucede? -inquiri  acomodandome junto a Matthew, conteniendo las ganas de tirar mí bolso sobre el pupitre y usarlo como almohada.

-Vera, señorita- respondió por él nuestro profesor-Siendo fiel al mote que se me ha asignado injustamente aquí hoy les prepare un examen… Sorpresa.

Cómo si lo hubieran oído por primera vez un sin fin de quejas le siguieron a su declaración.

-Sobre Monet. Confío que como personas adultas que han decidido por voluntad propia estar hoy aquí tienen un mínimo de conocimiento sobre el artista- hizo una pausa larga y dramatica- Si les sirve de algo este dato es uno de mis favoritos, así que por si quieren ganarse varios puntos conmigo les aconsejo volcar todo lo que sepan en sus hojas si quieren pasarlo.

De acuerdo, no era sorpresa que para muchos de aquí esta noticia era  devastadora no para mí.

-Afortunadamente para ustedes o no, podrán hacerlo en parejas- afirmó y una oleada de suspiros repletos de alivio le siguieron e inundaron el cuarto - Si les sirve de consuelo también esto será una especie de debate entre ustedes, y será necesario que exploten al máximo su capacidad de trabajar en equipo si quieren triunfar- finalizó antes de regresar a su escritorio, dejándonos a Matt y a mí solos con el documento que a corto plazo podris cambiar mí futuro .

Una carcajada llegó a mis oídos, ronca y gozosa.

-De que te ríes?- masculle dejando en evidencia que hoy me había levantado con muy pocas pulgas.

-Que hay con esas fachas? Mira que en este tiempo te he visto en muchos estados sin embargo jamás me ha parecido ser testigo de…Este. Acaso le has robado tu atuendo al vagabundo de la esquina?

Baje la mirada a lo que traía puesto. Un sweater marrón con un estampado rústico y unos pantalones grises sastreros junto a unos mocasines nuevos.

Okay…Si, no suena tan descabellado creer que podría haberme vestido a oscuras y hasta un ciego podría llegar a tener un sentido de la moda superior al mío. Tal vez en una circunstancia distinta esto me preocuparía y saldría corriendo a cambiarme. Aún asi no me importaba en esta ocasión.

-No me jodas. No tengo paciencia para lidiar con tus estupideces.Estoy teniendo una pésima mañana por lo que te agradecería que acabemos con este examen de una buena vez así puedo regresar a mí dormitorio y meterme debajo de mí cama. Además - acomode mí cabello detrás de mí hombro - Si no lo hacemos bien reprobaremos y eso si que no me lo puedo permitir. No si quiero quedarme aqui. No estoy dispuesta a abandonar el lugar que me ha dejado sentirme viva de nuevo- confese.

Asintió en silencio y me entrego un lápiz.

-Dos cerebros son mucho más útiles que uno y dos manos rápidas - bromeo- Tu ocúpate de la primera parte y yo de la segunda.

-Lo que usted diga , mí capitán - agarre el utensilio de madera y le ofrecí un saludo militar- Aparentemente tu comandaras este bote, lo único que te pido es que no me hundas, porque si no…

-Porque si te hundes me llevarás contigo?

-Y la gente dice que los opuestos no pueden funcionar bien juntos- le di un puñetazo en el brazo- Es agradable que estamos en la misma sintonia- añadí y chequee mí reloj- Anda , iniciemos con esto , tenemos treinta minutos, que tal si en quince intercambiamos hojas y debatimos.

-Suena como que quien está al frente de esta misión eres tu, mí comandante.

-Comandante Daphne, fuerte y decidida. Tirana y determinada, me gusta- contesté con una risita tonta que sacudió mí pecho.

-Mmmm estoy en desacuerdo en esa última oración, si fuese tan tirana serías sería y fría, difícil de entretener y hacerla reír sería tan difícil como conquistar una tierra. Tendría que ser un pirata experimentado para conseguirlo - murmuró acercándose a mí al percatarse que el profesor nos miraba con el ceño fruncido- Y si me das acceso a tus tierras- repaso mí cuerpo- Estaría encantado de recorrerlas y poner una bandera que marque mí victoria - clavo  su índice en el hoyuelos que se me hacía cuando estaba feliz- Aquí.

Un escalofrío  me recorrió y mí cerebro se disocio de la realidad mientras trataba de entender que mierda había sido eso.

Estaba coqueteando conmigo o lo había dicho solo para jugar y molestarme?

Cómo fuese sus palabras hicieron de las suyas y se instalaron en mí mente borrando cualquier tipo de información que hubiese en ella sobre mí pintor favorito. Ahora solo habían imágenes extrañas de él y yo en posiciones poco…Amigables.

Matthew debió de darse cuenta de eso,  o de lo que fuese, quizás fueran los gruñidos que soltaba de tanto en tanto o como tiraba de mí ropa desesperadamente en busca de respuestas, ya que dibujo una carita triste en el borde de la hoja.

-Que demonios haces ?- susurré, pegándome en contra de mí voluntad , más a él - Si el profesor lo nota estaremos condenados.

 Me  ofreció una sonrisa que genero que mi corazon empezara a latir rápidamente y me recordó a un niño pequeño quien había hecho una travesura.

-Tengo un presentimiento sobre el resultado final aunque quiero una confirmación - estipuló en voz baja dibujando una carita sonriente al lado- Escoge jna.




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