La princesa y el guardaespaldas

31.Matthew

Si alguien me hubiese dado la oportunidad de poder cortarme la lengua juro que la habría tomado.

 Últimamente parecía que esta me daba más problemas de los que me solucionaba, usualmente no era así, pero tenía la impresión de que cuando se trataba de Daphne el efecto era el contrario , es como si mis neuronas quedarán anuladas y la lógica me abandonara por completo, como consecuencia había pasado una vez más la noche en vela dando vueltas de un lado al otro de la cama preguntándome y cuestionando lo que había dicho y los ratos en los que no hacía eso me los pasaba pidiéndole a las fuerzas del cielo que ella no lo hubiese interpretado lo que había dicho como un  intento de mí parte para llevarme la a la cama porque no era así, no tenía interés en hacerlo... o quizás si.

Okay,lo admito,un poco lo deseaba. No es como si no hubiese imaginado como su voz  sonaría al pronunciar mí nombre mientras entraba y salía de su interior o como gruñiria al sentirse sus uñas hundirse en mí espalda para que me acercase más a ella porque no quería que me fuera... 

Bien, puede que haya pensado más de lo debido en esto aún así guardaba un poco de decencia para no hacerlo porque sabía que si cruzaba esa línea cagaría todo. No podía mezclar negocios con placer.

Puede que  cuando todo acabase y si podía seguir con ella y estaba interesada se lo propondría.

La puerta del bowling se abrío y ella hizo acto de presencia  en el local o debía de decir que su bostezo fue el primero que se presentó entre medios de  los dos.

-Una mala noche?- pregunté , riéndome de lo cansada que se veía.

 Esta vez no se había molestado en aplicarse ni siquiera rimel.Afortunadamente no tuve tiempo para sobre pensar como fue que me había defendido a analizar ese detalle porque si lo hacía sabía que me volvería más loco.

-De que te burlas?- mascullo- No es como si tu estuvieses en un mejor estado- sentenció - Pareces  pedazo de mierda aplastado.

-Oh vaya, gracias - respondí tirándome hacía la máquina de café para presionar  los botones que obraríansu magia en cuestión de segundos-Aprecio mucho tu sinceridad .

-De nada. Es uno de los rasgos más característicos que tengo  y una de mis pocas virtudes.

-Puedo apostar que tienes muchas mas- afirme, entregándole la bebida-No hace falta que seas tan modesta.

-Es muy considerado de tu parte- murmuró antes de darle un trago a su brebaje energizante - Aún así te pediría que no jodas conmigo, no estoy de humor.

-Que sucedió ?

-Tuve una discusión con mi padre, quien me obliga básicamente  a elegir una obra de beneficencia a la cual ayudar como pago de mí  rebelión contra él.

Me entrego  los panfletos y los evalue cuidadosamente: un refugio de perros, limpiar las calles quitando hojas y basura, clasificar desechos peligrosos como jeringas y vidrios, un comedor infantil o una tienda de segunda mano.

-Si yo tuviese que escoger me iría por el de los perritos- dije, firmemente convencido- Nos es por menospreciar al resto de las actividades, es que suena como la mas… Tranquila. No significa que no es importante alimentar a la gente , o mantenerla alejada de elementos que pueden poner sus vidas en peligro- espete - Ambos sabemos como pierden la noción de lo bueno y lo malo las personas adictas a las sustancias alucinógenas o aquellas que están en una circunstancia desfavorecedora. Mental y físicamente, cualquiera que esté enfrentando un cuadro de depresión podría cometer una masacre hasta con un cuchillo oxidado. Y - me estire por sobre el mostrador para tocar su hombro- Tus dotes culinarias no alcanzan para darle de comer a los pequeños. Lo último que nos apetece que pase es que terminen hospitalizados por intoxicación alimenticia.

-Podria haberme ofendido con tu comentario, lamentablemente, es verdad. La cocina no es lo mío. Aparte amo a esas criaturas.

-Yo igual. Deberían ser eternos- susurré melancólico al recordar a mí perrita de la infancia.

-Seria tan feliz si fuese así. Sinceramente los prefiero a los seres humanos. Ellos solo ansían así sea una pizca de amor y pagan con kilos de él a cambio.

-No me entra en la cabeza como los pueden abandonar , que tan ruin puedes llegar a ser para dejarlos a su merced? No pueden hablar, o defenderse o expresar si de sienten bien o Mal, si les duele algo o si están pasando hambre. Y los de nuestra especie no son consciente de ello, les da igual. 

-Lo que es aún más desagradable son esos que los adoptan y los vuelven a dejar en la calle solo porque no eran lo que esperaban o porque les rompen un par de zapatos- renego- A esos capullos lo único que les deseo es el que el karma les de una buena patada en sus traseros y paguen el triple por sus crimenes.

-Uno de mis mayores sueños desde que tengo memoria es poder abrir un refugio. Alimentarlos, bañarlos, desparasitarlos y vacunarlos para así entregarlos a una familia decente. Estoy al tanto de que eso conlleva un gran trabajo debido a que hay que hacer un seguimiento y demás, no obstante lo haría encantado. Tristemente las responsabilidades de adultos se fueron cruzando en el camino, y como la mayoría de mis anhelos quedó así… Inconcluso.

-Es muy dulce eso. Se que en algún momento podrás conseguirlo. Eres un buen tipo, Matthew, que no se te suba a la cabeza- advirtió - Y mereces que el destino te devuelva todo lo que tu das.

-Lo mismo para ti- conteste - Ya que estoy en modo altruista, no egoísta, sueltalo, se que hay un detalle que me estás ocultando de la historia.

   -Me ha confirmado la llegada  de mí prometido. O pseudo futuro esposo.

-Siempre has estado tan negada al amor?- inquirí, recordando las palabras del rey.

-No. Por muy raro que suene proveniendo de mí hubo una época en la que estuve genuinamente enamorada, hasta la medula. Sentía mariposas, y hasta podrías pensar que mis mejillas eran rojas por naturaleza, debido a que constantemente tenían ese color cuando lo tenía cerca. Incluso llegue a dedicarle una alarmante cantidad de hojas en mí diario íntimo, en la que relataba cada cosa que él hacía conmigo y como eso me hacía sentir. Y me avergüenza admitir que dursnte meses no pude concentrarme en clases porque solo podía pensar en él, sus ojos, su sonrisa, su voz y en el futuro que podríamos tener.




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