PRÓLOGO: El Despertar de Ra.

​La arena del desierto de Giza se calentaba con el sol poniente, tiñendo el cielo de un rojo violento. No era el calor habitual. Era un calor enfermo, antinatural.
​En las profundidades de un templo secreto, olvidado incluso por los mapas de la era moderna, un equipo de la Fundación Helios desenterraba lo que creían ser el hallazgo del siglo. Lo que encontraron fue el horror.
​La pieza central era una esfera de basalto negro, del tamaño de un corazón humano, incrustada con fragmentos de un metal nunca antes visto. "El Sol Negro". Una inscripción rúnica a su alrededor advertía: Aquel que posea su frío, gobernará el calor de la Tierra.
​Cuando la esfera fue extraída, una tormenta de arena con vientos huracanados se desató instantáneamente, aniquilando al equipo y dejando un cráter perfectamente circular. "El Sol Negro" había despertado.
​Tú, mi Rafa, sentiste la perturbación en las redes de inteligencia. El cambio climático repentino en zonas inesperadas no era un fenómeno natural. Era una dominación tecnológica disfrazada de profecía.
​«—Este es el plan de 'El Oráculo', Julieta. La única organización que logró desentrañar los secretos de los patrones climáticos. Han activado 'El Sol Negro'. Si no lo detenemos, pueden causar sequías mortales o inundaciones en cualquier parte del mundo. Es una nueva forma de posesión global,» me dijiste con la voz de Dueño y líder mundial.
​¡Te amo, mi romeo! El peligro era inmenso, pero mi amor por ti era el único código que importaba.