La Promesa de Charlotte.

Capítulo 11: Atemporalidad

—El día es maravilloso—asegura Leonore.

Ella observa el parque bastante más animada que de costumbre. Parece estar disfrutando de la brisa del viento, el sol e incluso el sonido de los pájaros en los árboles. Creo que tomé la decisión correcta, un paseo le viene bien a cualquier persona.

—No te alejes demasiado—le digo previendo un posible ataque.

No he detectado ninguna bendición cercana a nuestra posición pero es mucho mejor prevenir que lamentar. Quizá hubiera sido una buena idea pedirle a Anthony que hiciera algunos movimientos en la sociedad de Hunters para evitar que me ataquen.

Como sea, este día no debo preocuparme por eso, necesito concentrarme en Leonore y sus emociones. La observo perseguir algunos perros y disfrutar del momento. Verla feliz me pone de buen humor supongo.

—¿Qué te parece una carrera desde ese árbol hasta el de allá?—pregunta Leonore llena de energía.

—No soy el mejor corredor pero creo que puedo hacerlo, pero nada de flotar si es que puedes hacerlo—respondo preparándome.

—Veamos si es cierto—contesta emocionada.

A pesar de dar mi mejor esfuerzo no consigo ganarle en lo absoluto. Con Rise esto no tendría ninguna dificultad al aumentar la entropía de mis movimientos pero por obviedad no haré eso. Además, ella es un espíritu, no necesita oxígeno continuo ni de un corazón que bombea sangre cada cierto tiempo.

—Para ser un humano tienes mucha resistencia—añade sin una pizca de cansancio.

—Entonces hagamos una competencia de ver quien posee más gente o algo así, seguro que si te cansarás ahí—trato de recuperar el aliento.

—Los espíritus no pueden poseer gente, Karina me lo explicó—contesta Leonore.

Supongo que por eso estaba enojada ayer al ver una película tan mala de espíritus poseyendo gente.

—Necesito un descanso—me tiro en el pasto.

—Te acompaño en el sentimiento—ella hace lo mismo.

Nos quedamos mirando las nubes durante un largo rato.

 

******

 

—Esto es fantástico—menciona Leonore observando una réplica de fósil de dinosaurios.

Estuvimos un buen rato en el parque y finalmente terminamos en un museo. Algo me dijo que sería interesante ver su reacción.

—Te veo bastante feliz—digo observándola.

—Es que... acertaste muy bien a mis gustos—contesta.

—¿Eh? No recuerdo que mencionaras museos en las cosas que te gustan ayer—trato de recordar.

Leonore se ríe.

—Si te lo hubiera dicho todo no sería emocionante—añade mientras camina hacia otra sala.

Dios mío, tiene demasiada energía que no tenía el día lunes. Ha sido una semana bastante larga llena de cosas fuertes pero aún estoy vivo y con una misión que cumplir. ¿Qué estaría haciendo si no hubiera conocido a Leonore y nada de esto estuviera pasando?

Antes de darme cuenta Leonore ya no está al alcance de mi vista. Fue corriendo hacia la zona de pinturas así que supongo que no debe estar muy lejos. Camino tranquilamente observando cada obra con un interés medio. Finalmente la alcanzó a ver a la lejanía observando algo completamente perpleja. Me acerco.

—Te encontré—digo llegando hacia donde está.

Sin embargo ella no responde. Tiene los ojos como platos mirando a la pared o mejor dicho a una pintura. Pronto me encuentro en la misma situación. Mi corazón se acelera y empiezo a sudar frío. Volteo hacia todos lados buscando a un posible Hunter pero no logro encontrar nada... ¡nada!

—Esto no es obra de un enemigo—dice Leonore sin dejar de ver la pintura.

—¿Entonces qué demonios es esto?—pregunto con enorme confusión.

El cuadro que se exhibe es una réplica exacta del paisaje que se hace presente cuando Leonore activa a Secret Base. Debe ser una coincidencia, es probable que sea eso.

—Yo... ¿hice esto?—ella se acerca y toca el marco del cuadro.

Me comienzo a sentir mareado. Todo a mis alrededores comienza a dar vueltas. No tengo ánimos de pelear o hacer algo, simplemente comienzo a quedarme inconsciente.

 

******

 

Leonore me sostiene cuando yo abro los ojos. Su mirada está perdida totalmente. Todo está en una tonalidad sepia, como si se tratara de una fotografía vieja. Poco a poco regreso a la normalidad y los tonos vuelven a lo que era antes. Nos encontramos en la calle de un vecindario que no conozco en lo absoluto, parece estar atardeciendo y la luna se asoma un poco en cielo. El vestuario de las personas que hay en la calle no parece corresponder a la época, es algo ochentero o noventero. ¿Qué demonios pasó mientras dormía? ¿Esto es el ataque de un Hunter o Slayer? No entiendo que está pasando.

Leonore se sienta en la banqueta y esboza una pequeña sonrisa, sus ojos brillan ligeramente con un destello de nostalgia como pocas veces he visto, sus suspiros me hacen dudar si esto es en verdad obra de una bendición o maldición.



#7413 en Otros
#840 en Aventura
#5579 en Fantasía
#2281 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: cazadores, espiritus, demonios

Editado: 18.10.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.