La Promesa de Charlotte.

Capítulo 12: Beso de diamantes

Hoy es lunes y regresa la rutina de todos los días. El domingo que viene es el día del baile y la fecha límite para liberar a Leonore. Ayer regresamos del museo y nadie dijo nada sobre el beso. Espero no esté molesta, solo recordé lo que dijo Alice y me animé a hacerlo.

—Que aburrido tener que volver a arreglar el salón de eventos—menciono a la par que hago dos tazas de café.

—Ni siquiera tendrás que ir toda la semana, antes del miércoles probablemente tendrán todo listo—responde Leonore sentada en la mesa.

—Todo ha estado relativamente tranquilo ¿no crees?— pregunto cambiando un poco el tema aburrido.

—¿En relación a los Hunters?

—Sí, únicamente Anthony ha sido el único en atacarnos, pero no hemos tenido amenazas cercanas—explico tratando de buscar una respuesta.

—Es mejor que todo continúe así, evitar usar a Rise ayudará a que no nos detecten los cazadores—añade Leonore.

En el fondo hay algo que me tiene intranquilo. De hecho siento que algo horrible está por venir esta semana, será más pesada que la anterior. A partir de ahora se acabaron los “juegos” y empieza el verdadero trabajo duro. Anthony fue comprensible y accedió a colaborar un poco con nosotros gracias a Karina, pero eso no nos garantiza que otros Hunters nos escuchen, ellos son duros, fuertes y crueles con los demonios.

—Dejemos eso a un lado—digo después de un rato.

            

******

 

—Al menos las cosas ya fueron traídas mientras perdían el tiempo—dice Rick abriendo la puerta del inmueble.

—Bah, lo tenemos de sobra—aboga Gustav.

—La escuela está molesta por nuestros retrasos, tenemos que ser más ágiles—ataca Rick.

Como si me importara una infracción por parte del colegio. Aunque es cierto que todos hemos perdido el tiempo y hecho poco avance en la decoración pero al menos yo estoy justificado.

—Frank, nada de escapadas a donde sea que vayas mientras estamos aquí—establece Rick.

—Vale, no me iré a ningún lado—respondo decepcionado.

Tampoco es como si tuviera ganas de ir a la vieja casa luego de lo de ayer. Por hoy me concentraré en mis deberes humanos y dejaré lo demás para al rato, no puedo vivir ambas cosas al mismo tiempo.

—Bien, podemos iniciar por acomodar mesas, sillas y equipo electrónico—organiza Mike.

—Mejor dividamos el grupo en dos, una mitad hará lo que dices y la otra se encargará de la decoración—propone Johnny.

—Es fácil, vamos—afirma Rick.

Al poco tiempo nos encontramos haciendo lo que dijimos. Me toca ir con Gustav, Mike y Johnny para colgar los decorativos y ambientación mientras los demás acomodan el inmobiliario. En cierta forma es algo divertido olvidarse del peligro por un tiempo. Ojalá Leonore pudiera ayudar lejos de sentarse en una esquina a observar lo que estamos haciendo. ¿Habrá alguna forma de hacer que sea visible para los demás? Supongo que solo podrá ser posible cuando tenga sus sentimientos al máximo, pero eso tampoco está garantizado.

—¿Ya han pensado a quien traerán al baile?—pregunta Gustav colgando unas pegatinas en la pared.

—Yo vendré con Katya—responde Johnny.

—¿Y tú, Frank?—pregunta Gustav.

No tengo muchas relaciones así que no puedo decir con certeza. De todas formas diré algunas mentiras pequeñas para conservar mi dignidad con mis amigos.

—Bueno, tenía pensado venir con Leonore—respondo mientras sostengo unas cajas con decoración.

—¿Leonore? Jamás te he oído mencionar a una chica así— dice Johnny.

—Es una amiga de mi infancia, tengo años de conocerla— respondo.

No sé hasta qué punto esto sea mentira. Leonore me observa sorprendida.

—¿Me vas a invitar al baile?—pregunta vía enlace mental.

—Si podemos hacerte visible entonces sí—respondo.

Sería raro que nadie pudiera verla o que algunas personas sí y otras no. No quiero crear una leyenda urbana en su nombre.

—¿Y estás enamorado de ella? ¿Es linda?—pregunta Gustav.

—Es guapa... Y bueno, aún estoy decidiendo si estoy enamorado—respondo de manera avergonzada.

—Siempre creí que eras un ermitaño sin amigas, es una sorpresa saber que tienes a alguien especial—añade Johnny.

Me encojo de hombros. Leonore habla conmigo por enlace mental.

—¿Así que crees que soy guapa?—pregunta molestándome. Es incómodo para mí responder esto.

—Lo eres... Pero…—me quedo sin palabras a media oración.

Leonore sonríe. Esa expresión me mata. Aunque es real lo que digo, como chica es muy linda, pero no puedo decir que estoy enamorado a pesar de que me agrade su compañía más allá de la amistad. Además tenemos toda una historia detrás bastante extraña.

Pasan los minutos y terminamos con una buena parte de la decoración. Nos tomamos un descanso y me acerco con Leonore.



#7389 en Otros
#836 en Aventura
#5560 en Fantasía
#2264 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: cazadores, espiritus, demonios

Editado: 18.10.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.