La Promesa de Charlotte.

Capitulo final: La Promesa de Charlotte

—¡No saldrás nunca de aquí!—grita Alice agarrándose de mi pierna.

Andrea salió de quien sabe dónde para sujetarme. Parece que cuando solté la mano de Basilio el reloj llegó a las doce. Fuimos liberados del pacto de los ojos y perdí a Rise.

Sin embargo Alice no se iba a dar por vencida y logró agarrarme para llevarme con ella.

—No te rindas chico, ya has vencido, un último esfuerzo—Basilio intenta apoyar un poco más.

—No seas un inútil y al menos pon resistencia—Leon también ayuda.

Sin embargo la fuerza de Alice es mucho mayor. Comienzo a sentir que perderé la pierna. De pronto se me prende el foco y recuerdo la última carta que me queda.

—¡Trágate esto, Alice!—alcanzo el último de los frascos de mi cinturón y se lo arrojo en la cara.

Alice me suelta y da un grito. Al hacerlo, las manos se la llevan al fondo del infierno.

—¡Frank!—es su último grito.

Inmediatamente me suben fuera del agujero y este se cierra rápidamente. Respiro profundamente... he salido vivo de milagro.

—Tienes mucha suerte chico, quien diría que ganarías una apuesta como esa—dice Basilio.

—Lo que hiciste fue estúpido, si hubieras pisado el infierno ahora mismo estarías siendo devorado por cientos de demonios—me regaña Andrea.

Suspiro.

—Lo siento... en verdad agradezco que me hayan sacado de esta situación, todos ustedes, les debo una—contesto.

Leon gruñe.

—Basilio, ¿Cuál será nuestro informe?—pregunta Leon.

—La amenaza fue “erradicada”, sin embargo nos queda mucho trabajo por delante—responde él observando el entorno.

Cientos de personas observaron todo. Grabaron la mayor parte del tiempo, sus rostros son de confusión y temor... el fenómeno espiritual ha quedado registrado.

—Parece que ha llegado la hora de desaparecer un tiempo—dice Andrea.

—Nunca se me pasó por la cabeza que fueras un ángel—le digo.

Me pregunto que estará haciendo en la tierra. Como sea, Alice sigue viva en algún lugar del infierno, no sé cuánto tardará en volver o si lo hará, estas dos semanas han marcado mi vida para siempre.

—Tengo que acompañar a Leonore, es hora de la despedida—recuerda Andrea.

El corazón se me encoge.

—¿Pueden hacer una excepción con ella?—pregunto apresuradamente.

—Lo siento, las reglas son claras y La Voz espera su presencia, Leonore es el segundo espíritu en reencarnar—Andrea se dirige con mi amiga

—No, por favor—le suplico.

Me acerco con Leonore. Un halo de luz blanca envuelve a ambas.

—Supongo que es hora de irme—dice ella con tristeza.

—Debe haber una manera de...

Leonore niega.

—Estaba dos semanas fueron divertidas. Hoy “desperté” sabiendo que era el momento de mi despedida, disfruté el baile, comí mucho chocolate y reí. Bromeamos y pensé en todas las cosas que me voy a perder aquí—el nudo en su garganta es evidente.

Mis labios comienzan a temblar y mis ojos a lubricarse.

—Hoy nos divertimos, sonreímos, rompimos reglas y nos sentimos agradecidos—continúa.

Mis lágrimas salen de mis ojos sin poder controlarlas.

—Dios mío, tuve mucha suerte, nuestro tiempo fue corto, pero me dieron una segunda oportunidad para vivirlo a tu lado—Leonore comienza a desmoronarse en pequeñas luces.

Le doy un abrazo grande, ¡no quiero soltarla!

—Pero sobre todo, hoy me sentí amada—añade con una gran sonrisa.

—¡No te vayas, por favor! ¡Aún debemos hacer muchas cosas juntos!—mis lágrimas se estrellan contra el suelo.

—Sabes que no he dicho adiós, esto es un “hasta que nuestros caminos se crucen de nuevo”—responde.

Su mano seca mi mejilla. Quiero hablar, quiero decirle que la necesito... pero las palabras no salen de mi garganta. Mis sollozos comienzan a ser notorios...

—Protege este mundo que tanto quiero hasta el momento que vuelva a tenerte frente a mí—sonríe nuevamente.

Mis brazos la traspasan. Las luces comienzan a ascender.

—Cuídate mucho, te amo—me besa la mejilla.

Andrea toca mi hombro.

—Iré a dejarla, hablaré contigo más tarde—ella comienza a convertirse en pequeñas luces también.

—Leonore... ¡volveremos a vernos! ¡Tú irás caminando y yo chocaré contigo, hablaremos, saldremos y nos enamoraremos como si fuera la primera vez!—grito con tristeza.

Ella asiente y sonríe.

—Así será, nos vemos en la otra vida—se despide.

Finalmente las luces ascienden y desaparece de mí vista. Es como si me hubieran arrancado el alma, me han quitado una parte importante. Una esfera de luz baja y se posa frente a mí.



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En el texto hay: cazadores, espiritus, demonios

Editado: 18.10.2023

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