La promesa de un te quiero bajo la lluvia

Capitulo XI

He got my heartbeat

Skipping down 16th Avenue

Got that, ah, I mean

Wanna see what's under that attitude, like

I want you, bless my soul

And I ain't gotta tell him, I think he knows

—Necesito hablar contigo.

Cierro mi casillero y volteo a ver a Evan.

—¿Sobre?

—Pues, ya sabes —rasca su nuca y yo alzo la ceja.

—No Evan, no sé.

—Pues sobre la noche.

—¿Qué noche?

—¡Brave! —sonrío cuando dice mi nombre con reclamo.

—Y te he dicho que lo he resuelto. Todo esta bien, ya he dado la cara.

Literalmente.

—Claro. Si. Bien —murmura asintiendo.

—¿Algo más que quieras saber?

—Muchas cosas —entrecierra sus ojos y sonrío.

—Algo en específico, gracias.

—¿Cómo conseguiste mi número? —pregunta mordiendo su labio.

—Soy sobrina del director —susurro para que nadie escuche—. Solo tuve que ver tu expediente y algunos otros archivos más.

—¿Puedes hacer eso?

—No, pero igual lo he hecho —Evan suelta una carcajada.

Tenía una risa maravillosa. La pondría como alarma por el resto de mi vida.

—¿Estas bien?

Me detengo y volteo a verlo.

Joder.

¿Lo habrá notado? Había hecho el mayor esfuerzo hoy por ocultar el moretón con maquillaje. Lastimosamente no pude ponerme maquillaje en el alma, pero sería algo realmente de ayuda.

—Si ¿por qué?

—Es que casi nunca te maquillas, creí que no te gustaba —murmura.

No, no me gusta.

—¿Me veo mal?

Evan voltea a verme. Sus ojos repasan cada centímetro de mi rostro y luego sonríe de lado.

—Te miras preciosa, como siempre. Pero extraño tus pecas. —su dedo deja un golpecito sobre mi nariz y siento como mi corazón da un salto.

Lo miro por un rato más y luego, siento como los recuerdos caen sobre mi como un balde de agua fría.

No podía seguir hablando con Evan. Alguien le haría daño y no soportaría haber que fue por mi culpa.

Retiro la mirada.

—Ya tengo que ir a clases así que…

—Nos toca lo mismo ¿recuerdas? —pasa su brazo por mis hombros atrayéndome hacia él.

Evan tenia un aroma delicioso entre coco y loción.

—Es verdad. Tendré que soportarte.

—Te encanta verme Brave —acerca su boca a mi oreja y susurra: —pero no te preocupes, a mi también me gusta verte.

Otro salto.

¿Evan sabrá que, cada que suelta ese tipo de cosas, me da un mini paro al corazón? Creo que no, pero ojalá lo supiera.

Ay ¿pero en que estoy pensando?

Evan y yo somos amigos. A lo mejor llegamos a ser como mi madre y Foster ¿no?

Si. Amigos.

Seguimos caminando muy juntos.

Amigos. Me recuerdo.

Esta cantando más de algo. Con esa voz ronca que tiene.

Amigos.

Y su brazo queda perfecto sobre mis hombros.

Amigos.

Y el aroma que desprende me está consumiendo la poca inteligencia que tengo.

Cuando llegamos a clase me separo rápidamente de él. Evan me mira confundido y luego sus ojos van atrás mío. Marcos nos miraba fijamente.

Pero no era solo él.

Todos nos miraban. Murmuraban. Y reían.

Mi pecho subía y bajaba al tener recuerdos del pasado.

«No de nuevo, no de nuevo» repetía en mi mente poniéndome más y más nerviosa.

Entonces siento una mano tomar la mía. Volteo para ver a Evan y él me sonríe.

—Podemos irnos o nos quedamos, tú decides —susurra. Intento devolverle la sonrisa, pero no puedo. Marcos me mira fijamente con ojos furiosos—. ¿Quieres que te suelte, Brave?

Lo vi fijamente. Sus ojos transmitían calma.

Niego con la cabeza y aprieto su mano.

—Nunca —murmuro—. No quiero estar aquí.

No dijo nada, pero volvió a rodear mis hombros y nos hizo caminar por un buen rato.

No sé en qué momento habíamos llegado al campo, pero yo no estaba del todo presente. Sentía mi respiración acelerada y me dolía la cabeza. La vista estaba borrosa, apenas distinguía a Evan hablándome.

No eres nada.




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