Revelaciones
La tarde transcurrió rápidamente después de la reunión con Alejandro. Valeria regresó a la oficina con una sensación de ligereza, pero también con la certeza de que su vida estaba a punto de cambiar. Mientras organizaba sus notas y preparaba el informe del proyecto, no podía dejar de pensar en la conversación que habían tenido y en la conexión que sentía con él.
Los días siguientes se llenaron de intercambios de correos electrónicos y llamadas telefónicas entre Valeria y Alejandro. Ambos se esforzaban por mantener el tono profesional, pero había una tensión palpable, una mezcla de anticipación y deseo que se hacía evidente en cada interacción.
Una tarde, mientras revisaba los borradores de un nuevo libro, Valeria recibió una llamada inesperada de su amiga Clara.
—¡Hola, Valeria! —saludó Clara con entusiasmo—. ¿Cómo estás? Hace tiempo que no hablamos.
—Hola, Clara. Estoy bien, solo que un poco ocupada con el trabajo. ¿Y tú?
—Todo bien. Oye, tenemos que salir a tomar algo. Tengo tantas cosas que contarte. Además, necesito saber de ti. He oído rumores de que hay alguien nuevo en tu vida.
Valeria rió, sorprendida de que los rumores ya estuvieran circulando.
—Está bien, salgamos esta noche. Te contaré todo.
Esa noche, Valeria y Clara se encontraron en su bar favorito. El lugar estaba animado, con música en vivo y un ambiente relajado. Después de pedir sus bebidas, Clara no perdió tiempo y fue directo al grano.
—Vamos, suelta todo. ¿Quién es ese chico que te tiene tan distraída?
Valeria suspiró y comenzó a contarle a Clara sobre su encuentro con Alejandro, la casualidad de trabajar juntos en el nuevo proyecto y cómo se sentía cada vez que hablaba con él.
—Es increíble, Clara. Siento que lo conozco desde siempre. Hay algo entre nosotros que no puedo explicar.
Clara sonrió, emocionada por su amiga.
—Eso suena maravilloso, Valeria. Pero ten cuidado. A veces las cosas que parecen perfectas pueden tener complicaciones. ¿Sabes algo sobre su pasado?
Valeria negó con la cabeza.
—No mucho. Solo que ha estado trabajando en el extranjero y que ha regresado a la ciudad hace poco. No hemos hablado mucho sobre nuestras vidas personales.
—Pues deberías hacerlo. Es importante conocer a la persona con la que estás empezando algo. No quiero que te hagan daño.
Valeria asintió, sabiendo que Clara tenía razón. Esa noche, mientras volvía a casa, pensó en lo poco que sabía sobre el pasado de Alejandro y decidió que la próxima vez que se vieran, intentaría averiguar más.
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Unos días después, Valeria y Alejandro se encontraron de nuevo para revisar los avances del proyecto. Después de terminar la reunión, decidieron tomar un café en la misma cafetería donde se habían conocido.
—Alejandro, hay algo que me gustaría preguntarte —dijo Valeria, un poco nerviosa.
—Claro, dime —respondió él, mirándola con curiosidad.
—Bueno, hemos hablado mucho sobre el trabajo y nuestras vidas actuales, pero no sé mucho sobre tu pasado. Me gustaría conocerte mejor, saber más sobre ti.
Alejandro se quedó en silencio por un momento, como si estuviera debatiéndose internamente. Luego, suspiró y comenzó a hablar.
—Tienes razón, Valeria. No hemos hablado mucho de eso. Mi vida ha sido un poco complicada. Mis padres murieron cuando yo era joven, y me crié con mis abuelos. Después de graduarme, me mudé al extranjero para trabajar y escapar de algunos problemas familiares. Han sido años difíciles, pero también me han enseñado mucho.
Valeria escuchó atentamente, sintiendo una mezcla de compasión y admiración por Alejandro. Había algo en su voz que reflejaba una tristeza profunda, pero también una gran fortaleza.
—Lamento escuchar eso, Alejandro. Debió ser muy duro para ti.
—Lo fue, pero me hizo quien soy hoy. Y, sinceramente, conocer a alguien como tú ha sido un soplo de aire fresco en mi vida.
Valeria sonrió, sintiendo que su conexión se fortalecía aún más. Sabía que había mucho más que descubrir sobre Alejandro, y estaba dispuesta a escucharlo.