La prometida de mi hermano

CAPÍTULO 6

LA MUJER QUE AMA

«En tu sonrisa encuentro el sol que ilumina mi alma y despierta en mí la sed de volver a creer en la magia del amor».

Corban llegó a Dubai hace un par de horas.

En esos momentos, ya se encuentra instalado en la suite presidencial del hotel que pertenece su familia. Se cambia a un pijama cómodo y cena algo ligero antes de recostarse en la cama.

Su mirada, aunque está fija en la pantalla del móvil, no está atenta los diferentes reels de Instagram que pasan ante sus ojos. Su mente está muy lejos de ahí. Está en Atenas, junto a ella.

Repasa el momento en que se despidió de ella. Sus labios se encontraron en un beso dulce, cargado de promesas. Sus ojos azules, siempre tan llenos de vida, lo miraron con un poco de tristeza, pero también con comprensión.

Él realmente la ama. Cada día a su lado significa más de lo que jamás hubiera imaginado.

Antes de conocerla, la vida de Corban era un abismo de desesperanza. Sin metas, sueños ni proyectos, se sentía atrapado en una rutina sin sentido. Sus días transcurrían grises, carentes de la chispa que alguna vez lo impulsaba. Desde el accidente se había encerrado en una coraza de insensibilidad, sin siquiera intentar recuperar la movilidad de su pierna.

Mucho menos quería volver a amar después de que su exesposa lo engañó de aquella manera tan vil y cobarde. Ella destruyó sus sueños, burlándose de sus sentimientos y haciéndole creer que todo lo malo que ocurrió en ese entonces fue su culpa. Esa traición lo dejó devastado, convencido de que el amor solo traía dolor.

Pese a que sus padres y su hermano le brindaban todo su apoyo y lo llenaban de cariño y comprensión, él no encontraba motivos para salir del abismo, en el que, día a día, la depresión lo hundía más y más.

Hasta que ella apareció en su vida.

Al principio, ninguno de los dos se sintió atraído de inmediato. Sin embargo, a medida que conocían sus historias, que descubrían todo lo que tenían en común, la atracción fue surgiendo poco a poco. Ambos eran personas rotas, lidiando con sus propias batallas internas. Empezaron a darse cuenta de que juntos podían reconstruirse, y eso han tratado de hacer desde entonces.

Ella se convirtió en su medicina, su faro de esperanza, en un mar de oscuridad. Le devolvió las ganas de vivir, así como la fe en el amor que él ya había perdido. Con su risa contagiosa y su fortaleza de espíritu, ella transformó su mundo, llenándolo de colores y sueños renovados.

Un suspiro profundo escapa de sus labios. Se levanta de la cama y se dirige al pequeño escritorio. Mira el reloj, tal vez aún puede conversar con ella, se dice esperanzado. Abre su laptop y realiza una videollamada.

Al tercer intento, el rostro de ella aparece en la pantalla, iluminando instantáneamente la noche de Corban.

—Hola, mi amor —la saluda Corban, sin disimular la emoción en su voz.

—Hola —responde ella con una sonrisa radiante—. Estaba deseando que me llamaras.

—Pensé que no contestarías, que ya estarías trabajando.

—Lo estoy, pero estoy en un pequeño receso. Además, te repito que estaba esperando que me llamaras.

—Lamento haber tenido que marcharme así, pero no tuve más opción.

Ella sonríe, aunque sus ojos delatan un rastro de melancolía.

—No te preocupes, mi amor —lo tranquiliza con dulzura—. Comprendo que estas son tus obligaciones. Además, sabes que aquí te voy a estar esperando.

Corban siente que una cálida emoción inunda su corazón.

—Te amo, mi amor. Eres maravillosa —dice convencido de ello—. Haré todo lo posible por estar de regreso lo antes posible.

Ella sonríe y se abraza a sí misma como si las palabras la hubiesen alcanzado y se sintieran como un agradable y cariñoso abrazo.

—Tengo que hablar contigo y con tu hermana de algo importante —dice él, un poco más serio—. Pensaba hacerlo mañana, pero este viaje inesperado me ha cambiado un poco los planes.

—¿Es sobre la terapia conductual en Suiza?

—Sí. Pero será mejor que lo hablemos cuando esté de vuelta, ¿te parece?

—De acuerdo —acepta ella con una pequeña sonrisa.

—Aprovecha este tiempo que estaré ausente para pensar en mi propuesta —le insiste amoroso—. Lo que más anhelo es pasar el resto de mi vida contigo.

Ella guarda silencio. Sus ojos reflejan un torbellino de emociones. Corban sabe que le está pidiendo mucho, pero también sabe que ella comprende la profundidad de su amor, la seriedad de su propuesta y lo mucho que desea que ella y su hermana tengan una mejor calidad vida.

—No tienes que darme una respuesta ahora —agrega él suavemente—. Tómate todo el tiempo que necesites para pensarlo. Sabes que nunca te he presionado. Quiero que tomes esta decisión con todo tu corazón, que lo hagas porque de verdad lo deseas.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 27.06.2024

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