La prometida de mi hermano

CAPÍTULO 39. HAGAMOS UNA TREGUA

HAGAMOS UNA TREGUA

«Quiero ser el amanecer que disipa las sombras de nuestro pasado y el atardecer que nos lleva a un nuevo comienzo. ¿Me acompañas?».

DOBLE ACTUALIZACIÓN. Parte 1

⛓️ Una semana antes ⛓️

El sonido rítmico de las telas ondeando en el área de gimnasia aérea se mezcla con el zumbido suave de las máquinas y las conversaciones dispersas de entrenadores, gimnastas y clientes. La luz que atraviesa los amplios ventanales inunda el gimnasio, llenándolo de una energía vibrante. Para Kaia, este lugar se ha convertido en su refugio, donde se siente fuerte y en control.

Ese día, sin embargo, se siente un poco indispuesta. Desde muy temprano las náuseas hicieron con ella lo que se les antojó y, aunque ya ha devorado dos paquetes de galletas saladas, aún siente un pequeño malestar.

—¿Ya fuiste al médico, entrenadora? —pregunta una de sus alumnas, una jovencita delgada, de enormes ojos curiosos, mientras detalla su rostro pálido.

—Sí, Loraine —responde Kaia con una sonrisa cariñosa—. Pronto se me pasará, no te preocupes.

Loraine Samaras es una de sus alumnas más talentosas. Aprende rápido, y sus movimientos son gráciles y elegantes. Kaia se ha propuesto prepararla con esmero para el campeonato que se realizará en pocas semanas. Tanto Loraine como Selene Fotiadis son las más opcionadas, las mejores candidatas para competir, aunque, Selene no cuenta con los recursos suficientes para seguir pagando las clases. Por eso, Kaia le ha concedido un pase especial para que continúe entrenando de manera gratuita.

—Vamos, sube —le ordena con amabilidad, señalando las telas—. Quiero ver si han mejorado esos ganchos.

Loraine le regala una enorme sonrisa y comienza su rutina con entusiasmo.

—Hola, Kaia. —Una voz gruesa, rasposa e inconfundible, la saca de su concentración.

El aroma particular la alerta y la hace reconocer de inmediato al hombre que está detrás de ella. Se da la vuelta, levanta el rostro y lo mira fijamente con una sonrisa gentil.

—Hola, Ángelo —saluda.

Él se inclina y le da un beso respetuoso en la mejilla. El cuerpo de Kaia reacciona de inmediato. Su respiración se entrecorta y sus nervios se alteran de manera involuntaria, pero no lo exterioriza, logra mantenerse imperturbable por fuera, y aunque, sus mejillas se sonrojan un poco, parece que Ángelo no se percata de sus emociones.

Las entrenadoras, alumnas y clientas lanzan miradas furtivas hacia él, cautivadas por su impactante atractivo. Ángelo es un hombre cuya presencia no pasa desapercibida. Alto y con un aire de aventurero, posee una personalidad hipnótica que capta la atención de todos a su alrededor.

Aunque es consciente del efecto que provoca en las mujeres, se muestra ajeno a esa admiración que genera. Su atención, mirada y su conversación se enfocan exclusivamente en Kaia.

—Iba de camino a la oficina —dice él, de manera casual—. Pasé por aquí, ya que me queda en el camino y quise aprovechar para saludarte —muestra su característica sonrisa cautivadora—. Espero no interrumpirte ni molestarte.

—No lo haces, tranquilo —responde ella con sobriedad—. Estaba supervisando a mis alumnas —señala al grupo de jovencitas que, fascinadas, han dejado de entrenar para observar al enorme y espectacular turco que conversa con su entrenadora, mientras cuchichean entre risas.

Ángelo les dirige una mirada fugaz y les sonríe. Es suficiente para que las chiquillas rían y suspiren cautivadas.

—¡Zoe! —llama Kaia a una de sus entrenadoras—. Encárgate de las chicas un momento, por favor.

Zoe mira a Ángelo de reojo y le sonríe.

—Claro, entrenadora —responde.

—He estado pensando en lo que hablamos hace unos días —comenta Ángelo cuando tiene toda la atención de Kaia—. Sobre hacer una campaña publicitaria para el gimnasio. ¿Lo recuerdas?

—Sí, por supuesto —contesta ella, cruzando los brazos y mirándolo con interés.

—Tengo un equipo de trabajo increíble. Podemos darle mayor visibilidad a este negocio con una campaña audaz e innovadora.

Kaia lo escucha atenta, estudiando la idea. La posibilidad de que el gimnasio crezca, atraiga a más personas y le permita entrenar nuevos talentos la llena de entusiasmo. Además, cualquier publicidad es importante, ya que podría atraer patrocinadores.

—Suena muy interesante —responde, devolviéndole la sonrisa—. Sería genial. ¿Qué crees que necesitamos para empezar?

—Podemos crear contenidos visuales, es decir, usar fotos y videos que muestren las instalaciones, el equipo, las clases, y los entrenadores. Los videos cortos de entrenamientos o testimonios de clientes y alumnos pueden captar mejor la atención en redes. Si lo permites, podríamos empezar tomándote fotos y grabando algunos de tus entrenamientos y…



#4 en Thriller
#1 en Misterio
#2 en Suspenso

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 26.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.