1.El atraco del siglo.

Cuando dos jóvenes reciben la noticia de que serán padres estos plasman en ese nuevo ser humano muchas expectativas y sueños. Anhelan que estos sea la mejor persona del planeta, el próximo premio Nobel de la paz o que sea quien descubra la cura contra el cáncer o ayude a gente que vive en condiciones poco favorables.

Pues esto es lo que supongo que ocurrió con mis progenitores, quienes durante muchos años no hicieron otra cosa que invertir mucho dinero y tiempo para que yo me convirtiese en una buena mujer que el día de mañana pudiese dejar su marca en este mundo.

Pues pongámoslo de esta forma, con esa parte si estaba cumpliendo, no obstante no en el modo que ellos querían, no por una causa noble. En realidad, podía en realidad estaba segura de que nadie olvidaría mí nombre porque adónde iba me encargaba de que todos me recordarán.

Me había hecho de una reputación y estaba orgullosa de ella. No había sido nada sencillo ganarme ni conservarla: en cuestión de meses me había convertido en la mejor y más joven ladrona de mí ciudad. Una hábil, estratega, ingeniosa. Era una especie de viuda negra, iba atrás de mis víctimas y no paraba hasta conseguir lo que quería de ellas: joyas, dinero, ropa, todo lo que tuviesen. 

Luego de obtenerlo, huía. Escapaba, sin mirar atrás, siendo sumamente cautelosa para no dejar rastros que pudiesen conducir a la policía hacia mí.

Pero no estaba sola. Tenía mí equipo de secuaces: Irwin, Tom, y Jess. Los había conocido una noche en un bar y desde el primer momento se las ingeniaron para darme a entender que yo sería una buena adición a su grupo. De acuerdo a las palabras de Irwin, quien era el líder de la banda, tenía mucho potencial y ellos se encargarían de potenciarlo y explotarlo.

En un principio dude un poco cuando ellos me plantearon sus intenciones para conmigo sin embargo estaba un poco cansada de ser la niña buena de mamá y papá y posiblemente por ello termine aceptando.

Las primeras veces no fue sencillo, tengo que reconocer que sentí bastante culpa ya que yo no era así, no era propio de mí hacer una cosa como esa aunque con el pasar de las semanas, me volví adicta a la adrenalina que los robos traían consigo y esa culpabilidad se fue extinguiendo hasta dejar de existir.

Hoy, el lunes 27 de marzo de 2019, estábamos en el apartamento que los padres de Tom le habían heredado organizando uno de nuestros mayores atracos, el número 25. Número que coincidía con la cantidad de años que cumplía hoy.

— ¿Debería sentirme halagada porque hayan elegido este día en particular para llevar a cabo esto?—pregunte sentándome en la mesa— ¿Tan especial soy para ustedes, chicos?— añadí llevando ambas manos a mí pecho.

—Claro que lo eres. No seríamos nada sin ti— respondió Jess caminando hacia donde yo estaba, cargando un pastel.

—No te hagas tantas ilusiones. Sí, es cierto que eres un miembro fundamental de este grupo, todos tenemos el mismo nivel de importancia— aclaro Irwin, quien era el más amargado de los cuatro.

—Tanto te costaba decir simplemente "si, eres todo para nosotros".

—Oh, cállate y haz lo tuyo. Lo mismo que haces todos los años — ordenó a la vez que con su encendedor prendía la vela rosa que habían comprado para la ocasión.

— ¿Listos, chicos? — inquirió Tom con una enorme sonrisa.

Ambos asintieron y como si fuesen un grupo musical reconocido a nivel mundial, se dispusieron a "entonar" una versión bastante original de "Feliz cumpleaños". Cuando terminaron, Jess exclamó:

— ¡Pide tus 3 deseos! — dijo dando brinquitos en su lugar.

Tire mí cabello hacía atrás para que evitar que este se quemara y en silencio, solo para mí pedí una sola cosa: que todo saliera bien hoy.

Me incline hacia adelante y formando una pequeña "o" expulse una pequeña ráfaga de viento para que la habitación así quedará nuevamente a oscuras. Mis amigos aprovecharon la oportunidad para explotar en aplausos.

—Bien— señaló Irwin— Ya que terminamos con el protocolo, ¿podemos pasar a lo siguiente? 

— ¿Que sería?

—Repasar lo que haremos llegar al banco— contesto tomando su libreta dónde anotaba todos los movimientos que teníamos que llevar a cabo— Ni bien lleguemos allí, tu pedirás hablar con el gerente, argumentando que quieres sacar una cuantiosa cantidad de dinero de tu cuenta la cual estará al nombre de Holly Gails— afirmó entregándome la identificación que validados que yo era ella— Si se pone en pesado y quiere saber porque necesitas eso, tu solo le dirás que es para abrir tu nuevo negocio de pastelería. Para que puedas escapar de su despacho sin despertar sospecha alguna, te recomiendo que apliques esa maniobra que te enseñe.

— ¿La de agarrar su muñeca y apretarla hasta que algo en su interior se desconfigure y caiga inconsciente?

—Exacto, veo que eres buena reteniendo información... Por otro lado Jess y yo estaremos en medio de la sala dándoles a todos  la magnífica noticia de que nuestra visita no tiene otro propósito que despojarlos de sus bienes materiales y no solo su dinero.

—Ay si— grito este  lleno de entusiasmo— No puedo esperar a conseguir un nuevo móvil. Ya estoy cansado de este que tengo. 

— ¿No lo conseguiste esa tarde cuando nos subimos al metro? 

—Exacto. Se lo quite del bolsillo de su saco a una chica que iba distraída observando los carteles de la calle.

—Ojala puedas conseguir algo nuevo, compañero — comento Irwin cortando el pastel—  ¿ Y yo que haré?

—Tú te quedarás en la caja número 3, que es la que mayor cantidad de dinero depositan y le solicitadas amablemente al cajero que te lleve a la caja fuerte. Cuando eso esté listo, tocaras el silbato y acudiremos a ayudarte. ¿Estamos de acuerdo?

—O sea que solo seré una distracción — murmure haciendo un mohín— Si es así, espero que la recompensa sea grande.

—Se supone que el botín es de 15 millones por lo que a ti te tocarían— movió en el aire su lapiz— Casi 4 millones. Es más, como hoy es tu cumpleaños, seremos considerados contigo y te daremos un poco más para que te lleves una tajada mayor. ¿Qué te parece?