Había charlado con Alex por unas cuantas semanas, era un chico con el que podías hablar de diferentes temas sin cansarte y una de las cosas que más me gustaban era eso. Soy demasiado habladora, demasiado y lo digo en serio, así que me gusta encontrar a personas que hablen mucho por esta misma razón.
Él fue esa primera persona. Estaba encantada de poder ser su amiga, más al saber que él iba al mismo instituto y estábamos en la misma carrera. Aunque hablar con él a diario, poder sacar mi lado algo "otaku" que predominaba bastante en esos años de mi vida me hacían completamente feliz.
No obstante, él quería conocerme... y yo tenía pánico a no parecerle bonita o tan interesante como lo era por mensajes, así que esa vez que lo vi fue cuando él me contó que iba a ir al instituto. Allí estaba yo, observando hacía la puerta, tratando en mi mente de recordar la foto que había visto en su facebook quería comprobar que era el chico como se describía.
Me afirmé a la barandilla y cuando le vi, pude darme cuenta de una cosa de inmediato.
-- ¡Es un chico muy blanco! -casi lo gritó, sabía que su piel era blanca pero era demasiado.
Era como en su foto, su cabello era negro y tenía unos rulos de infarto, traía una remera roja y caminaba con una seguridad que llegaba a moverme el piso sin negarlo.
Mi inseguridad se presentó, tenía graves conflictos con mi piel morena y el hecho de que él fuera más blanco me llegaba a incomodar un poco. Cuando él había subido y fue caminando por los pasillos, instantáneamente me giré a un lado para que no me reconociera aunque el pánico y los nervios estaban presentes en mí.
No fui capaz de hablarle y fingí ni haberlo visto. Me sentía inferior y, en parte, una idiota insegura que debía cambiar esos pensamientos que la destruían. Sabía que a diferencia del pasado, debía actuar, sólo iba a ser su amiga no tenía que estar tan asustada... pero lo estaba.
Ese día, no pude hablarlo pero... más adelante, él logro atraparme.