Me encontraste

Seguíamos hablando normalmente luego de esa vez, entonces él me dijo nuevamente que iría al instituto y daba la casualidad de que yo también iría allí. Me sentía muy nerviosa, después de lo que había pasado antes solo podía pensar que él definitivamente iba a odiarme. 

Repito nuevamente, la inseguridad respecto a mi color de piel reinaba en mi vida. Así que tragándome el miedo fui al instituto y realicé el examen que debía, tratando de calmar ambos nervios dirigí la mirada hacia la puerta en un momento. 

-- Maldición, él me está esperando afuera. -pensé mientras mi cara de preocupación no se hacía tardar.

Definitivamente no me sentía preparada, no ese no era mi momento. Aunque probablemente si tuviera que esperarme a mí, no llegaba nunca. Rápidamente pensé en un plan para no hablar con él, la idea era salir y camuflarme con las otras personas, el problema fue cuando salí y alguien dijo mi nombre.

-- ¡Melina! Te estuve esperando aquí están las fotocopias que te pedí. -Bianca me habló en un mal momento, giré mi mirada por cinco segundos hasta el chico que estaba a unos metros de nosotras. 

-- Oh gracias. Ya me tengo que ir, gracias. -sostuve las hojas y las guardé rápido, mientras comencé a caminar para perderme en el pasillo. 

Mi corazón estaba sufriendo demasiada presión tanto que no paraba de temblar, antes de bajar por las escaleras pude ver de reojo que él me había visto. Así que en efecto, él no tardó en alcanzarme y preguntarme si huía de él, a lo que yo decía:

-- Nada que ver, ni siquiera me di cuenta. Lo siento. 

Caminamos hablando (justo iba Bianca la cual no me acuerdo que hacía aquí con nosotros) hasta que Bianca se separó de nosotros. Íbamos yendo a la parada cuando decidimos caminar a la plaza y sentarnos a charlar allí, aunque él quería que comiéramos helado y yo llevaba un número reducido de dinero en mi bolsillo. 

Nos sentamos y charlamos por un buen tiempo, él dijo que no me había reconocido y eso me hizo sentir mal por él, mi fanatismo por la aplicación Candy en ese entonces se hacía notar en mis fotos. 

-- Lo siento. -me disculpé, él solo sonrió y me vio fijo. 

-- Aunque estoy sorprendido por eso, no es nada malo. Es divertido hablar contigo.

Me quedé asombrada, él no me había rechazado, al contrario estaba diciendo que estaba bien. Hablar con él fue como me imaginaba, era la misma persona e incluso era más divertido en persona. Él me contó sus experiencias en la carrera y yo lo escuchaba atenta ya que se notaba a leguas que era el mejor en su clase.

Cuando llegó el momento en el que iba a irse, le dije que lo acompañaría hasta la parada. Íbamos cruzando por la calle cuando él se puso en el lugar que estaba más cerca de los autos, yo estaba sorprendida por su gesto, y a la vez,  me sentía feliz aunque siempre actuaba como la más valiente de las personas... adoraba sentirme protegida y él quería protegerme. 

La primera razón de porque me enamoré de él, fue por su lado protector. Ese que te hacía sentir segura aunque estabas en medio de la oscuridad, tenerle cerca me hacía sentir que nadie me haría daño en su presencia y que, sin importar lo que ocurra limpiaría mis lágrimas y espantaría mis fantasmas. 

Su nombre, significa eso "protector".