La reina del sur

Capítulo 8

Me quedo pasmado cuando junto a Asteria veo bajar a un niño largo y castaño. No tiene que ser muy mayor. Ellos hablan y ríen animadamente mientras se acercan a nosotros, también está Pashal, quien ya le ha dicho a su jefa que se marcha con nosotros. La señora no se lo ha tomado bien pero Brien se ha encargado de aplacar toda su furia. Yo la veía capaz de lanzarnos una silla. De hecho estaba muy furiosa con Asteria, no con nosotros.

– Buenos días. – sonríe antes de agarrar una silla para su nuevo invitado. – ¿Quieres desayunar? – el niño asiente y ella sonríe antes de pedir otro plato de desayuno mientras le da el suyo al niño.

– Gracias. – le sonríe con algo parecido a la adoración.

– Daven, voy a necesitar que encuentres el orfanato al que pertenece Xion. – veo como el niño palidece. – No puedo secuestrarlo, tengo que llevarmelo por la vía legal.

– No vamos a llevarnos a un niño. – le discuto yo.

– Lo voy a hacer Daven, quieras o no. – él niño se acerca mucho a la mujer que amo, buscando su protección.

Hay algo profundo entre ellos, algo que creo comprender. Por la tonalidad del niño y el miedo de este a los extraños, algo me dice que sabe lo que es estar rodeado de gente cruel, mala. Y por como Asteria lo mira, puedo asegurar que hay un tipo de complicidad entre ellos.

– Sufrió lo mismo que yo Daven, no lo voy a dejar aquí. – y entonces lo comprendo.

– Solo hay un orfanato. – me avisa Pashal que le sonríe al niño, se conocen. – Puedo llevarte.

– Bien, viene con nosotros. – le sonrío al niño pero él no me devuelve la sonrisa, me tiene miedo y supongo que es normal.

– Nosotros dos iremos a por Zoen. – dice señalando al niño y a ella misma. – Solo confiará en nosotros, puede incluso que él conozca a Xion, cuando vuelva quiero todos los documentos para firmar y ser la tutora de Xion. Seguro que puedes utilizar el nombre de tu padre para acelerar las cosas.

– Claro que puedo.

– Gracias. – se levanta y me planta un beso de agradecimiento en la mejilla.

El niño me mira con cautela ante de hablar en un idioma que no comprendo con Asteria, claro ella habla tantos idiomas que es casi imposible que no pueda hablar con el niño. Por lo que me dijo que mi madre los lectores de futuro conocen innumerables idiomas, casi no tienen que practicarlos. Es algo que va con ellos, los idiomas son algo para lo que tienen facilidad, supongo que para poder recitar sus lecturas en diferentes idiomas y que así lleguen a más personas.

Ellos se levantan justo cuando lo hacemos el resto, la dueña del lugar mira mal a Asteria pero ella ni le hace caso, no puede importarle menos a quien le agrade y a quien no. Ella solo tiene en mente su misión. Ella no está hecha para agradar sino para gobernar si te gusta bien y sino pues simplemente ignorala, no va a cambiar sus formas de ser, no tiene porque hacerlo.

– Daven. – me llama cuando estamos fuera de la taberna. – Él era de Alddea, no sé de quien seria hijo, podría ser de alguno de mis violadores, pero allí todos los niños sufrimos lo mismo. – casi se atraganta con sus palabras. – Puede que no lo violaran, pero es un validus, de una u otra forma abusaron de él.

– ¿También de Zoen?

– ¿No has visto su delgadez Daven? – asiento, era más que evidente. – Zoen fue vendido, no era de Alddea sino de Ylion, es un reino céntrico, si yo no le llevaba de comer él casi no comía. – asiento. – Sé que para ti es difícil de entender, has vivido en la perfección pero yo no.

– Sé que no lo entiendo, pero no puedes rescatar a todo el mundo Asteria. – ella resopla y asiente.

– Déjame salvarlo, es un niño. – solo asiento antes de irme con el chico del oeste.

Me espero un poco mientras los veo desaparecer por una calle. Ella parecía feliz, la he visto sonreír como si fuese una niña, con una inocencia que a su edad no debería conservar y menos con todo lo que le ha tocado vivir.

Brien me mira, ha visto lo mismo que yo en ella. Ese anhelo de darle a alguien la infancia que ella nunca pudo tener. No sé si es porque el niño era de Alddea o por si es un validus, pero ella quiere salvarlo y por una vez, voy a dejar que lo salvé. No quiero ir en contra de ella, no esto, no en algo que parece devolverle buenos recuerdos.

Sigo por las calles a Pashal. Si miro al chico parece ser de mi edad, y junto a él y los otros dos nuevos que se unen a nosotros, en total somos seis validus. Eso nos da alguna ventaja en futuros enfrentamientos aunque si es como la bestia del bosque, creo que nuestra única oportunidad sería Asteria. No creo que ninguno de nosotros domine sus dones como lo hace ella. Es decir, son los mismos Dioses quienes la entrenan. Nadie puede luchar con eso.

En el orfanato no tuvieron mucho reparo en que nos fuésemos a llevar a Xion, según ellos es un niño rebelde pero por las condiciones de delgadez en que lo vi, puedo asegurar que es mejor estar en la calle que en este orfanato. Además, conocían a Pashal y que yo sea príncipe lo hace aún más fácil. Aunque algo me dice que si hubiesen sabido de Asteria hubiesen dicho que no, en los ojos de estas personas puedo saber que ellos saben que el niño es un validus y no les hace ninguna gracia.

Al llegar de vuelta a la taberna, los tres validus están sentados en una mesa, conversando, ¿cómo el niño puede hablar con ellos como si nada? Aunque en verdad, los dos adultos parecen concentrados en el niño. Es como haberles devuelto algo que les fue arrebatado. La infancia supongo.

– Asteria. – la llamo. – Aquí están los documentos, solo tienes que firmarlos. – ella no tarda ni dos segundos en firmar todos los papeles.

– ¿Qué son esos papeles As?

– Son papeles para que te puedas venir conmigo. – le sonríe. – Para que seas un irkej a nuestro lado. – ellos tres se miran con secretismo. – Gracias. – me susurra mientras el pequeño la abraza. – Ahora tenemos que ponernos en marcha o se nos hará de noche.




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